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dieta nordica© Faithfull the Brand

Lo que podemos aprender de la dieta nórdica, la tendencia 'healthy' que apuesta por la sostenibilidad

Entre sus mejores características destacan el apoyo al comercio local y sus beneficios antiedad


Actualizado 14 de septiembre de 2021 - 11:58 CEST

Hacer ejercicio, no fumar, limitar el consumo de alcohol, mantener un peso saludable y comer bien: estos son los 5 consejos que han demostrado desde la Universidad de Harvard que ayudan a vivir más años y evitar enfermedades como la diabetes o los problemas cardíacos. Para cumplir con las dos últimas, los expertos recomiendan una alimentación en la que se anteponga el consumo de frutas y verduras, y ahí los trucos que aprendemos de las celebrities como el aperitivo que se prepara Sandra Gago para picar entre horas o la ensalada digestiva favorita de Irina Shayk vienen muy bien. Y como última tendencia en dieta saludable llega la nórdica, una clara competidora de la aclamada mediterránea que apuesta por apoyar al comercio local, una manera de hacer del planeta un lugar más sostenible.

dieta-sana-nordica© @frida_aasen
En cuanto a las materias primas a evitar, las ricas en sal o en azúcares, las bebidas carbonatadas o los alimentos ultraprocesados encabezan la lista. 

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¿Qué es la dieta nórdica?

Se trata de un método de alimentación creado por el chef Claus Meyer que ha vivido un boom sin precedentes durante los últimos años, llegando este 2021 a ocupar el noveno puesto en el famoso ránking U.S. News & World Report, una lista de las mejores dietas del mundo diseñada por nutricionistas expertos. Para seguirla, Meyer apuesta por recetas basadas en alimentos estacionales, locales, orgánicos y obtenidos de manera sostenible, es decir, los que suelen protagonizar el menú diario de los nórdicos. Entre algunas de las razones por las que este sistema ha ganado en popularidad, una de las principales podría ser el interés cada vez mayor por encontrar una solución al consumismo en masa. De hecho, la tendencia llega a otras industrias como la de la belleza, donde cada vez surgen más marcas que se comprometen con hacer del planeta un lugar mejor.

Los beneficios de comer alimentos de temporada

Esta apuesta por los alimentos estacionales tiene un impacto tanto a nivel interno como externo: "Según la estación, nuestro cuerpo demanda determinados nutrientes para hacer frente a los agentes externos y comiendo alimentos en temporada, estarás ofreciéndole a tu organismo justo los que más necesita", aseguran los especialistas de la plataforma de alimentación Cocopí sobre las bondades para la salud de la dieta nórdica. También añaden que "un estudio publicado en Public Health Nutrition afirma que comer vegetales de invierno produce mayor protección frente al cáncer y comer hortalizas de verano previene las enfermedades cardiovasculares, por lo que siempre conviene aprovechar los alimentos de temporada".

En lo que respecta a sus ventajas hacia el exterior, cuando se hace lo contrario y se fuerza la producción de alimentos no aptos para la climatología del momento, "se utilizan fertilizantes que dañan considerablemente el ecosistema. Hoy en día conseguimos en invierno frutas de verano y viceversa gracias a la importación de las mismas, algo que lleva asociado una gran huella de carbono y, por ende, un elevado impacto ambiental", apuntan desde Cocopí.

dieta-nordica-sostenible© @alison_wu
Los vegetales, las frutas, los cereales como la avena o la cebada y el salmón y otros pescados azules son muy recomendados en esta dieta creada por el chef Claus Meyer.

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Otra razón para seguir los preceptos de la dieta nórdica es que se ayuda al negocio local: "Los alimentos de temporada son aquellos que se cultivan y producen cerca de nuestro lugar de residencia, con las mismas condiciones medio ambientales y sin necesidad de importación extranjera", explican los especialistas de la plataforma de alimentación, desde donde recuerdan que "priorizar los productos de estación fomenta el desarrollo y la economía de los productores locales, al mismo tiempo que favorece el crecimiento social y económico de nuestro país".

Qué comer y qué no comer en la dieta nórdica

Como guía básica para entender cuáles son el tipo de alimentos típicos de las regiones en las que se inspira este sistema, favorece el consumo de cereales de grano integral como la avena o la cebada, frutas, vegetales como la patata, la col o la zanahoria, legumbres como los guisantes o las judías, lácteos desnatados o pescados ricos en ácidos grasos esenciales como el salmón o el arenque. En general, hablamos de materias primas que son sinónimo de un estilo de vida saludable y conocidas por su poder antiedad, sobre todo en el caso de los pescados azules como el salmón: "El salmón tiene un alto contenido en DMAE (un activo famoso por su poder para reafirmar la piel), axantina y ácidos grasos esenciales (más del 5% de su contenido son grasas ‘buenas’)", asegura el Dr. Nichollas Perricone, autor de la dieta Perricone.

Además, el especialista también apunta al comercio sostenible como clave para beneficiarse de verdad de sus nutrientes: "Su alta proporción de Omega-3 aumenta en los no criados en piscifactorías, los salmones criados en libertad se alimentan de plancton, micro-organismos en los que abundan este tipo de grasas". Por último, los alimentos no recomendados son los ultraprocesados, los que incluyen azúcares añadidos, los de alto contenido en sal o las bebidas carbonatadas. Es por todo esto que un estudio publicado en The Americal Journal of Clinical Nutrition descubrió que la dieta nórdica ayuda a perder peso en personas con obesidad y a reducir la presión arterial.