Las dietas parecen tan marcadas por las tendencias como la misma moda, aunque, como las prendas básicas, hay claves que las superan y se mantienen en el tiempo. Ni el ayuno intermitente ni la Keto son capaces de rebatir a todos los expertos que sustentan que, a la hora de perder peso, no hay nada tan efectivo como reducir las calorías... ¿o no siempre es así? Un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad de California (Los Angeles) ha demostrado que, cuando se quiere adelgazar, no se trata de recortar energía sino de elegir alimentos con un perfil nutricional beneficioso, y ahí las grasas "buenas" (las insaturadas) son las nuevas reinas de la nutrición.
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No restringir alimentos ni hacer operación bikini; solo seguir una alimentación saludable y equilibrada como forma de vida es la filosofía que siguen las mujeres con tipazo. Ariadne Artiles, Nieves Álvarez, Hiba Abouk... todas ellas apoyan esta forma de plantearse su dieta. Y los expertos en nutrición no podrían coincidir más con ellas. De hecho, la mayoría de dietistas afirman que, aunque en cierto momento sea necesario un plan de adelgazamiento hipocalórico, lo importante es interiorizar el "comer sano" como hábito y no obsesionarse por contar calorías, sino aprender qué alimentos tienen una composición nutricional beneficiosa para el organismo. Verduras, frutas, cereales integrales o legumbres formarían siempre parte de esa lista de la compra, y también el snack healthy por antonomasia: los frutos secos. Un equipo de investigadores de Estados Unidos ha revalidado que las nueces, los anacardos, los piñones o los pistachos son el mejor aperitivo para picar entre horas, a pesar de tener un alto aporte calórico. ¿La razón? Su alto contenido en grasas insaturadas, coloquialmente conocidas como "buenas".
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Las calorías no importan, la composición nutricional, sí
Esos frutos secos -nueces, anacardos, piñones y pistachos- fueron, precisamente, los que se incluyeron en el estudio recientemente publicado en la revista científica Nutrients cuyas conclusiones se basaron en los resultados obtenidos de 95 participantes, hombres y mujeres. Divididos en dos grupos, todos siguieron una dieta hipocalórica, durante 3 meses, y una dieta de mantenimiento, los 3 siguientes. Sin embargo, el primer grupo incluyó 42 gramos de frutos secos en su menú diario, una cantidad que, según demostró otro estudio, ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares. El segundo grupo, reemplazó ese aperitivo sano por un pretzel, ese lazo salado típico de Estados Unidos, con el mismo aporte calórico.
Aunque ambos grupos perdieron peso durante la fase de adelgazamiento, a la hora de mantenerse, al grupo que tomaba frutos secos le resultó más fácil no engordar de nuevo. Además, decían sentirse más saciados y tuvieron menos tentativas de abandonar el estudio. La explicación, según los investigadores, estaría en las grasas beneficiosas de esta clase de alimentos que prolongan la saciedad, así como en su fibra, otro nutriente con el mismo efecto. Como extra, algunos frutos secos, por ejemplo las nueces o los cacahuetes, son ricos en triptófano, un aminoácido imprescindible para que el organismo produzca serotonina, más conocida como la hormona de la felicidad. Y quien haya hecho un régimen para adelgazar confirmará que mantenerse de buen humor es esencial (y muy difícil) cuando se persigue ese objetivo.