Aunque el refranero popular da en el clavo con eso de que hasta el 40 de mayo no te quites el sayo, los días de lluvia se alternan con jornadas de un sol reluciente en los que las temperaturas traspasan los 20ºC. Una de las consecuencias más apetecibles de esta antesala del verano es un cambio de armario protagonizado por vestidos ligeros y otros conjuntos que dejan al descubierto más centímetros de piel y, por ello, los autobronceadores se convierten en los cosméticos estrella de la primavera junto a las fórmulas de vitamina C de acción iluminadora y otros cuidados beauty que te ayudan a llevar con la mejor cara el cambio de estación. Sin embargo, la experiencia de muchas a la hora de conseguir que este moreno artificial parezca natural es cuanto menos complicada. Si tú también has acabado con los brazos y piernas a parches o con un tono demasiado exagerado, los expertos revelan cuáles son los errores de principiante que te hacían renegar de estas cremas corporales que imitan el efecto de una semana en la playa.
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Más cuidado que nunca
Aunque el sol en su justa medida es muy bueno para la salud, de hecho, juega un papel fundamental a la hora de sintetizar la vitamina D y por ello los expertos señalaban durante el confinamiento del año pasado cuáles eran los alimentos más ricos en esta sustancia, los problemas derivados de su abuso son de sobra conocidos. De hecho, el uso de la mascarilla agrava este tipo de daños como explica el Doctor Gabriel Serrano, dermatólogo y fundador de Laboratorios Sesderma: "Ha provocado que la piel del tercio inferior del rostro esté mucho más sensible, a causa de la fricción continuada y el ambiente húmedo que se crea en su interior. Si a esto le sumamos el efecto de los rayos solares, debemos tener en cuenta que el uso de fotoprotección solar sigue siendo imprescindible" incluso debajo del tejido sanitario. Para combatir la intensidad de la luz natural, además de evitarla en las horas centrales del día, el experto recomienda la línea de fotoprotección REPASKIN.
Como alternativa a los baños intensos de sol y a los efectos dañinos que los acompañan -mayor sensibilidad en la piel, envejecimiento prematuro o la aparición de manchas, entre otros-, las fórmulas autobronceadoras se convierten en el truco con el que lucir moreno de la manera más segura. Eso sí, existen algunos errores que provocan que el resultado no sea el esperado, entre los que se encuentran el subestimar la exfoliación o no usar un guante específico para aplicar el producto.
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1. Subestimar la exfoliación
Es una de las primeras normas del manual de uso de autobronceadores: "Es esencial exfoliar la piel 24 horas antes, así como hidratarla mucho. De esta manera conseguiremos un bronceado uniforme, bonito y duradero", promete la farmacéutica y experta en dermofarmacia Rocío Escalante. Si no lo haces, las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel generan irregularidades, lo que que provocan las temidas zonas parcheadas.
2. No cuentas con accesorios a medida
Cuando llega el momento de pasar a la acción, la farmacéutica señala que "conviene aplicar los autobronceadores con manopla (excepto en la cara), porque el resultado será más homogéneo". Y no solo eso, si inviertes en un guante a medida para extender el producto, te ahorras las antiestéticas manchas oscuras de las que se tiñen las manos al masajear el producto sin protección. Como truco para broncearlas una vez te quitas las manoplas, usar una broncha de maquillaje para hacerlo aumenta la precisión y consigue un resultado perfecto. Y en el caso de las zonas difíciles como codos, axilas o rodillas, Elena Comes, directora de Le Petit Salon y experta en belleza, revela que "podemos utilizar un disco desmaquillante o un tisú seco para retirar el exceso de producto".
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3. Te pasas con la cantidad
Más no es más en el caso de los autobronceadores, de hecho, ocurre justo al contrario: "El bronceado se va produciendo de forma gradual, así que no conviene excederse con la cantidad, sino que debemos esperar a ver qué color va tomando nuestra piel y seguir aplicándolo si buscamos un tono más fuerte", aconseja Escalante, quien añade que a pesar de que "sube cada día, podemos controlarlo, cuando llegue el momento en el que no quieras potenciarlo más, solo hay que dejar de aplicarlo a diario".
4. Prescindes del protector solar
"Claro que tienes que aplicar filtro solar, con o sin autobronceador. El autobronceador no protege de los rayos solares, así que si vamos a estar expuestos, aunque hayamos aplicado autobronceador, debemos usar una crema con protección", avisa la farmacéutica. Como secreto extra, la especialista contesta a la duda lógica de si el color desaparece en el momento de la ducha: "No son como un maquillaje, que se elimina fácilmente. Los autobronceadores actúan por oxidación y el bronceado se va de forma gradual con la renovación natural de nuestras células".