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La revolución de la vitamina A, el activo antiedad más potente

Estamos ante un elemento clave en tratamientos dermatológicos y en cosméticos 'antiaging'


Actualizado 28 de septiembre de 2020 - 12:09 CEST

La vitamina C se ha convertido, en opinión de muchos expertos en uno de los activos cosméticos que no pueden faltar en tu neceser de belleza, lo tienes asumido. Pero, ¿qué hay de la vitamina A, definida por muchos expertos como el activo antiedad más potente? En este mundo de los activos utilizados en cosmética, el primer paso es definir bien ante quién nos encontramos. “La vitamina A en todas sus variantes es una vitamina liposoluble, es decir, soluble solo en aceites, que actúa como reguladora del tejido epitelial cutáneo. En otras palabras, reduce la excesiva síntesis de queratina en las capas superficiales de la piel que conllevan sequedad y, como consecuencia, la aparición de líneas de expresión”, nos cuenta Pedro Catalá, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty, quien añade que estamos ante “un principio activo que, bien tolerado (existen casos documentados de intolerancia o reacciones alérgicas a la vitamina A tópica), funciona muy bien y los resultados son muy visibles”. Tanto es así, que es uno de los activos recomendados, por ejemplo, por Sarah Chapman, la gurú que cuida de la piel de Meghan Markle o Victoria Beckham.

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¿Te suenan el retinol y el ácido retinoico? Pues tienen que ver con esta vitamina. El doctor José Vicente Lajo-Plaza, director del Centro Médico Lajo-Plaza, nos explica que “existen dos formas en las que podemos encontrar la vitamina A para su aplicación tópica, el ácido retinoico, la más pura y activa, y el retinol, una forma menos activa pero que resulta mucho menos irritante”. Laura Izquierdo, química y cofundadora de Izba Nature, añade que el ácido retinoico se debe aplicar bajo supervisión. "Es muy fotosensible y no es para todo tipo de pieles ya que, aunque es muy efectiva como regenerador de la piel, pues es un potente exfoliante y controla la pigmentación, aumenta la hidratación y aporta firmeza al favorecer la síntesis de colágeno, es muy reactiva, sólo puede emplearse de noche y en pieles sensibles puede provocar eritema o enrojecimiento”, nos explica Laura Izquierdo.

El retinol, la alternativa más suave

El doctor Lajo-Plaza explica que el ácido retinoico se convierte así en uno de los activos más recomendados por los dermatólogos, por sus propiedades, entre las que destaca su gran poder de renovación de la piel a nivel del estrato córneo, siendo un muy eficaz agente exfoliante, a lo que hay que sumar que incrementa mucho la hidratación de la piel, controla la pigmentación cutánea, mejora la textura de la piel y aporta firmeza estimulando la síntesis de colágeno.

Y, junto a este ácido de uso dermatológico nos encontramos con el que podríamos llamar su 'hermano', el retinol. Debido a las contrandicaciones del primero, los laboratorios cosméticos comenzaron a trabajar para buscar un activo que replicara su eficacia antiedad, pero sin sus efectos irritantes. El resultado fue el popular retinol, una variante de la vitamina A que, al ser menos potente que el ácido retinoico, no arremete de forma tan agresiva contra el cutis. “Conocemos muchos productos que lo utilizan en sus formulaciones como una importante forma de reducir las arrugas, alisar la piel y mejorar el aspecto. El retinol como tal es una forma oleosa, que de por sí actuará mejorando las arrugas. Es una forma más suave que el ácido retinoico, que tiene una acción activa frente las arrugas, flacidez y estrías en la piel, y es un buen estimulante de la producción de colágeno”, nos explica la farmacéutica Meritxell Martí. “El retinol, en sus diferentes formatos es el que suele emplearse en los sérum, cremas y mascarillas, es muy efectivo (aunque menos que el ácido retinoico), pues favorece la renovación celular, promueve la síntesis de colágeno y elastina, repara los daños en la piel como manchas y marcas de acné, pero también es una molécula inestable, por lo que es importante que esté estabilizada o encapsulada para que realmente sea efectiva”, añade Laura Izquierdo.

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Un activo 'nocturno'

Ahora bien, ¿cuál es la mejor forma de sacarle partido? “Hay que limitarse a su uso recomendado y cantidades diarias prescritas. También hay estudios que indican que aplicar un sérum de ácido hialurónico de alto peso molecular crea un film permeable sobre la piel que minimiza la temida reacción alérgica”, nos explica Pedro Catalá, quien recomienda cuándo son más aconsejables los tratamientos a base de retinol: por la noche. ¿El motivo? “Alguna de sus formas pueden ser fotosensibles”. Coincide Meritxell Martí, quien nos explica que cuando se usan cosméticos formulados con este activo es aconsejable utilizarlos por la noche, recurriendo a productos no irritantes durante el día. “Los cosméticos que contienen retinol específico para el día suelen tener una dosis muy baja y filtro solar, que es imprescindible cuando estamos usando alguna de las formas de la vitamina A”, matiza la propietaria de Farmacia Meritxell, en Andorra.

Ante la pregunta de si les va bien a todo tipo de pieles, el experto de Twelve Beauty nos explica que una buena idea es hacer un pequeño test en el antebrazo para ver cómo reaccionamos. Y, sin duda, recomienda que deberían abstenerse de utilizarla las pieles más sensibles. “Este producto está contraindicado en pieles muy sensibles, ya que puede provocar una especial irritación, como rojez excesiva o descamación de la piel. Esto es muy habitual al principio del uso del retinol. Generalmente su uso es aconsejable que sea progresivo y gradual hasta que la piel se vaya acostumbrando al mismo. No todo el mundo llega a habituarse a su uso, algunas pieles son demasiado sensibles”, cuenta Meritxell Martí, quien añade que la vitamina A se oxida fácilmente con la luz, "por lo que cuando tengamos un producto con este componente es aconsejable mantenerlo alejado de la luz y bien cerrado".

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¿Por qué genera controversia?

Estamos, eso sí, ante un activo que genera cierta controversia, pese a su eficacia demostrada, y no todos los expertos son defensores de su uso habitual. “Hay una diferencia importante entre el retinol y sus derivados, aceptados para el uso cosmético, y otros como el ácido retinoico o transretinoico, que son de uso médico. Pero lo cierto es que todos trabajan activando los receptores retinoicos de la piel, que desencadena una regeneración muy potente, pero se trata también de una regeneración a base de una acción muy agresiva y de amenaza en la piel. Trabaja creando una fuerte ‘urgencia’ en la piel para que tenga la necesidad de regenerarse muy rápidamente borrando las capas más superficiales y generando células nuevas que van pasando a la superficie en otra calidad”, nos explica Paula Gugliotta, fundadora de Sepai y master en Dermocosmética. Por ese motivo, ella no es partidaria de utilizar retinoides en la rutina diaria, “solo los utilizaría en casos puntuales y momentos específicos como una piel con acné, muchas cicatrices o muy fotoenvejecida, pero solo como un tratamiento de choque y siempre bajo un estricto control dermatológico. Una piel correcta y normal no necesita un retinol”, afirma contundente. De hecho, nos explica que en las fórmulas de la firma no utilizan ningún derivado del mismo. Y nos habla de una de las alternativas que pega con fuerza: “En Sepai utilizamos bakuchiol como sustituto, un activo procede de una planta que nace en India y lo que han demostrado es que esta planta tiene un comportamiento muy similar al retinol porque activa los mismos receptores retinoicos. Es un activo súper fácil de utilizar, se puede añadir en la formulación en cualquier momento, no tiene ninguna contraindicación con otros ingredientes de la formulación, no es fotosensible, no tiene ningún efecto secundario adverso”, nos explica.