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La cosmética no solo evoluciona de la mano de la investigación y los descubrimientos científicos, sino que para acertar en sus lanzamientos también debe responder a la gran pregunta: ¿qué es lo que realmente quieren las mujeres? Conocer, casi antes que ellas, qué es lo que les preocupa o qué priorizan con respecto al cuidado de su piel es esencial para tener éxito. Y la llegada de la Generacion Z ha revolucionado la industria –las firmas han asumido sus valores de sostenibilidad como propios- pero también al resto de consumidoras de belleza. ¿O es que ahora no te fijas mucho más en si una crema tiene ingredientes naturales, si se ha testado sobre animales o si su frasco es reutilizable?
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Según una encuesta llevada a cabo por Birchbox, más de la mitad de las mujeres se fija en la composición de sus cosméticos. Sin embargo, son las chicas de la Generación Z (aquellas nacidas entre 1994 y 2001) las que van un paso más allá y buscan etiquetas como bio, vegano o cruelty-free en los productos que compran. Son muchas las firmas de belleza que han nacido sobre estos valores (por ejemplo, Origins, Handmade Beauty o Freshly Cosmetics), pero también las marcas con una larga trayectoria han tenido que adaptarse. ¿Su respuesta a esta creciente tendencia? Lanzar nuevas fórmulas más respetuosas con el medioambiente y con la propia piel, sin que esto comprometa su efectividad, y utilizar packagings reciclados, libres de plásticos o que contribuyan de algún modo a la conservación del planeta.
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Igual que firmas de lujo como Dior, que este año anunciaba la actualización de su línea antiedad Capture Totalle C.E.L.L. para incrementar los ingredientes naturales hasta un 94% y reducir el efecto medioambiental de sus envases, también las más asequibles quieren sumarse a esta tendencia que no solo sirve para llegar a una clientela mayor, sino que además supone un impacto positivo en el planeta. Una de los lanzamientos más recientes y completos ha sido la nueva línea BIO Plastic Free de Babaria. Compuesta por los tres esenciales de cuidado facial antiedad (crema de día, crema de noche y contorno de ojos), la gama cuenta con un 99% de ingredientes naturales y 100% veganos; una extensa lista que incluye plantas como aloe, savia, orquídea o melisa y que le dotan del nombre, BIO. El distintivo Plastic Free se lo debe a que es 100% libre de plásticos y todos sus envases son acordes con la filosofía 'cero desperdicios', es decir, son reciclados, reusables y proceden de fuentes sostenibles
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Y es que, por una vez, ahora el exterior es tan importante como el interior, y para la Generación Z el envase puede ser tan determinante como la propia crema a la hora de elegirla. ¿Cómo distinguir un producto eco-sostenible? La regla número uno es que menos es más. En el caso de Bio Plastic Free, por ejemplo, sus tarros -de cristal reciclable y con tapas de aluminio- no incluyen ningún recubrimiento o adorno más allá de la etiqueta (hecha de celulosa libre y exentas de barnices, para que sean más fáciles de reciclar). Los estuches son de cartón reciclado, e incluso el precinto que las cierra es de papel. Porque ya no solo miramos la etiqueta de los ingredientes de una fórmula cosmética, que también, sino todo lo que rodea al producto, desde el envoltorio hasta su procedencia o el que será su final.