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blacklimba© Black Limba

Todo sobre el tratamiento que borra la celulitis en 20 minutos

Una lectora nos cuenta su experiencia real con el protocolo que logra lo imposible: acabar con la piel de naranja en una sola sesión


Actualizado 23 de marzo de 2020 - 9:58 CET

Cellfina. Quédate con este nombre, que no es el de nuestra lectora, sino el del aparato procedente de Estados Unidos que te acompaña a despedirte de la celulitis. Aunque el sistema no es nuevo (se lleva utilizando cinco años), hemos podido sacar las conclusiones suficientes durante los últimos meses como para confesarte que creemos en él. No tiene nada que ver con todos los tratamientos anticelulíticos que hayas podido conocer, que minimizan los hoyuelos, cierto, pero terminar, lo que se dice terminar con ella de manera definitiva, es verdaderamente difícil. Porque, ¿a cuántas mujeres conoces, delgadas o deportistas que, a pesar de alimentarse bien, hidratarse y seguir una férrea rutina deportiva han sido capaces de acabar con ella? Y es que, a fin de cuentas, es propio de la condición femenina (el 85% de mujeres en el mundo la padecen) y un asunto con el que convivimos desde la pubertad y que va anidando en nuestros glúteos, muslos, caderas y abdomen.

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El 85% de las mujeres padecen celulitis, un problema con el que convivimos desde la pubertad y que va anidando en nuestros glúteos, muslos, caderas y abdomen. Eliminarla es complicado, pero no imposible. Requiere una combinación de dieta saludable, ejercicios, cosmética y tratamientos como Cellfina, el más puntero del momento.

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Por qué tienes celulitis

¿Sabes a qué se debe la celulitis? Las células grasas se depositan en pequeñas cámaras; y a medida que van creciendo de tamaño, los tejidos que las rodean se comprimen y endurecen, dificultando la circulación de la sangre y reteniendo fluidos. Pero lo que no sabíamos hasta ahora es el origen de los hoyuelos que nos traen por la calle de la amargura (la media es de unos 20 en glúteos y parte posterior de las piernas, dependiendo siempre de factores hormonales, genéticos y estructurales). Y es que ese vestíbulo lleno de bolsitas grasas que se encuentra bajo la superficie de la piel está salpicado por una serie de columnas (los septos fibrosos) que surcan el tejido hasta llegar a la zona cutánea más superficial. Cuando las cámaras grasas aumentan de tamaño empujan hacia afuera mientras que esas columnas se tensan y tiran de la dermis hacia dentro, creando los hoyitos. Exactamente como ocurre con el capitoné de las tapicerías. Actúan como si fueran bandas elásticas en tensión.

Cómo se puede borrar la celulitis

Lo que hace diferente a Cellfina es algo muy sencillo: realmente funciona. ¿Por qué? Porque corta directamente esas columnas para eliminar la presión, con lo que la piel se alisa al instante. El procedimiento, aprobado tanto en la Unión Europea como por la FDA (Food and Drug Administration) americana es el siguiente: mientras una pieza de mano de vacío estabiliza el tejido, una microcuchilla oscilante va seccionando controladamente los septos fibrosos (las columnas), actuando directamente sobre la causa estructural de la celulitis. O sea, que no acaba con la grasa, sino con lo que causa la presión sobre la piel. Por tanto, una vez liberada, esta recupera su forma original.

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¿Sabes a qué se debe la celulitis? Las células grasas se depositan en pequeñas cámaras; y a medida que van creciendo de tamaño, los tejidos que las rodean se comprimen y endurecen, dificultando la circulación de la sangre y reteniendo fluidos.

Por si fuera poco, tras el tratamiento el tejido se contrae, con lo que además se obtiene un efecto push-up. «Las pacientes a las que le he hecho este tratamiento notan el glúteo ligeramente elevado porque esa fibrosis tendía a tensarlo hacia abajo. Este es un plus del tratamiento; no se habla de ello, pero mis clientas me lo han trasladado», relata la doctora Electa Navarrete. "Además, nosotras, en consulta, tratamos las causas de la celulitis con dietas y tratamientos antiflacidez, con lo que el cuerpo mejora muchísimo", concluye la experta. También el doctor Enrique Gálvez Amate, de la Clínica Endul, enriquece el procedimiento con técnicas como la mesoterapia (inyecciones de sustancias drenantes y reafirmantes) o la carboxiterapia (infiltraciones de dióxido de carbono).

La tecnología que incorpora Cellfina se llama Tissue Stabilized-Guided Subcision (TS-GS) y "es una subcisión controlada: se trata de realizar un corte de los septos fibrosos (su función es mantener la piel unida al músculo) a una profundidad y presión homogénea y controlada (solo cortamos los septos que, por razones hormonales o genéticas, están patológicamente acortados, provocando los molestos hoyuelos), minimizando las complicaciones", detalla el doctor Carlos Morales, dermatólogo y experto en Cellfina del Grupo Pedro Jaén. Los septos no se vuelven a conectar con la piel. En algunos lugares donde se comenzó con Cellfina hace siete años, los pacientes siguen sin hoyuelos después del tratamiento.

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Lo que hace diferente a Cellfina es que realmente funciona. Así nos lo cuenta una lectora: "Noto los glúteos más elevados y la flacidez ha desaparecido (la piel crea nuevo colágeno). Y a día de hoy, un año después, no tengo ni un sólo hoyuelo".

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La experiencia de una lectora

Hasta aquí la teoría y la parte médica. Pero para contar con todos los detalles también hemos hablado con una paciente que lo probó la pasada primavera, precisamente con el doctor Morales. Eugenia, deportista tenaz de 43 años: "Siempre tuve celulitis, aunque tenía más cartucheras cuando era adolescente, porque con dieta y ejercicio (body pump, spartan, cardio, spinning…) había conseguido mejorarlas. Fui a la primera consulta informativa, en la que el doctor Morales me dio todas las explicaciones. El día “D”, en primer lugar, me pintó los hoyuelos para controlar exactamente el lugar donde actuar, seguidamente vino la anestesia local (los primeros pinchazos son un poco molestos), un procedimiento que dura unos 35 minutos. Y a partir de ahí, no me enteré de nada, solo de la presión de la succión. El tratamiento en sí dura unos 20 minutos. Al acabar me drenaron para eliminar el máximo de anestesia, salí con unos apósitos, y me fui a mi casa conduciendo yo misma. La sensación de los tres días siguientes fue de agujetas intensas y hematomas. Al cuarto día ya estaba saliendo a correr, y a las dos semanas, perfecta... y feliz. De lo único que me arrepiento es de no haberlo hecho antes. Noto los glúteos más elevados y la flacidez ha desaparecido (la piel crea nuevo colágeno). Y a día de hoy, un año después, no tengo ni un sólo hoyuelo", concluye.

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