Hidratantes, nutritivas, sérum, cremas con vitamina C... tienes ante ti todo un universo de cosméticos cuyo objetivo es mejorar la apariencia de tu piel. Pero tal vez no tienes demasiado claro cuándo ha llegado el momento conviene empezar a utilizar cada uno de ellos. Y es que ¿en qué momento deberías incluir en tu ritual de belleza el contorno de ojos? ¿Y un exfoliante facial? La genética influye, así como los hábitos de vida. Pero lo cierto es que cada edad tiene unas necesidades concretas y requiere del uso de unos determinados productos. Hemos querido ponértelo más fácil con esta pequeña guía, con ayuda de los expertos en cuidado de la piel.
Crema hidratante
“La crema hidratante debe usarse de cualquier edad, es decir, toda la vida, para mantener el nivel de hidratación cutánea y evitar la pérdida de agua. Es esencial para mantener la piel sana. Una piel deshidratada quedará apagada, sin vida y tendrá un envejecimiento más prematuro”, nos cuenta la doctora Pilar de Frutos, experta en cirugía plástica y medicina estética. "Antes de los 20, conviene una hidratación con antioxidantes que actúen regulando la 5-alfa-reductasa, encima que regula la excesiva producción de sebo", nos cuenta Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en Farmacia y fundador de la firma Twelve Beauty, haciendo referencia a uno de los problemas más habituales en las pieles más jóvenes, el acné. “A partir de los 20-25, en función de factores externos como el estilo de vida, el lugar donde vivimos... la pérdida de colágeno y elastina comienza a ser mayor. A partir de esta edad deberíamos incluir cremas hidratantes ricas en alantoina, ácido hialurónico y polisacáridos de origen vegetal, que imitan el factor natural de hidratación”, añade Catalá.
Limpiador
“Antes de los 20 deberíamos introducir una rutina de limpieza delicada de la piel, preferiblemente con tensoactivos de origen natural”, nos cuenta Pedro Catalá. En opinión de la farmacéutica Esther Sansi, sobre todo a partir de esta segunda década de la vida “es de vital importancia tener este ritual de limpieza diario de la piel. De hecho, debería ser una rutina de limpieza por la mañana y otra por la noche (que es el hábito que se debería haber adquirido desde la pubertad)”.
Contorno de ojos
“Hay que empezar a los 25 años. La piel de la zona periocular es muy delicada y conviene cuidarla desde edades muy tempranas para mantener las ojeras y bolsas a raya, así como retrasar la aparición de arrugas en esa zona”, explica la doctora. Coincide en recomendar su uso en torno a esta edad el cosmetólogo Pedro Catalá.
Ácidos cosméticos
“A partir de los 25 años se puede empezar a trabajar con ellos de manera suave y progresiva. Van a facilitar la renovación cutánea, equilibrando su estado y eliminado las capas más superficiales, para que la piel luzca con menos imperfecciones y más luminosa. Los beta-hidroxiácidos como el ácido salicílico pueden usarse desde joven para pieles grasas y con tendencia al acné, para eliminar impurezas, mejorar poros y regular el sebo. Los Alfa-hidroxiácidos como el ácido glicólico o el ferúlico, están más indicados a partir de los 35, para dar luminosidad y conseguir una regeneración cutánea”, nos explica la doctora.
Sérum
“Mi consejo es incorporarlo a la rutina a partir de los 30 años. Es buen momento para empezar a aportar un plus de activos concentrados que cubran las necesidades de cada piel y en cada momento del día, puesto que en los sérum encontramos principios activos a mucha mayor concentración, y son capaces de penetrar y actuar con mayor efectividad en nuestra piel”, nos resume la doctora Pilar de Frutos.
Exfoliante y mascarilla
“A los 30, se debería incluir una exfoliación a la semana para oxigenar la piel y la aplicación de mascarillas cada 15 días como mínimo”, nos cuenta la farmacéutica Esther Sansi, que explica que en su farmacia que apuestan “por prevenir, ya que corregir es mucho más complicado".
Crema antiarrugas
“Lo ideal es empezar a partir de los 35 años. Desde los 25 años comienza a disminuir la producción de colágeno y elastina en nuestro cuerpo y esto se acentúa a partir de los 30-35, apareciendo las primeras arrugas. Este tipo de cremas están destinadas a mejorar el metabolismo celular y aumentar los niveles de colágeno, elastina y ácido hialurónico en nuestra piel”, explica la doctora De Frutos.
Aceites faciales
“De los 30 a los 40 años, la producción de colágeno ha caído considerablemente. Como consecuencia, el metabolismo celular comienza a disminuir. Al mismo tiempo, el fenómeno de pérdida de agua transepidérmica, ligado a una barrera comprometida, se hace más evidente. Es por ello por lo que deberíamos introducir aceites vegetales, sobre todo su parte no saponificable, para aportar lípidos claves a la barrera hidrolipídica manteniendo así su estado óptimo”, explica el fundador de Twelve Beauty.
Productos con vitamina C
Para Esther Sansi, los 40 es una época de cambios. “La fuerza de la gravedad del que no se cuida y confía, empieza a notarse hasta en las pieles con muy buena carga genética. Es el momento de incorporar vitaminas, en especial la vitamina C, ya que aporta luminosidad y deja el aspecto juvenil de los 30 debido a su elevada carga de antioxidante”, nos cuenta, y añade que recomiendan reforzar con nutricosméticos (se toman todo el año y se descansa los meses de verano).
Crema de noche
“Cuando se cumplen los 40, es el momento en que la crema de noche empieza a ser importantísima, para que la piel se regenere mientras duermes. Se puede incorporar alguna de baja concentración de retinol desde 55 €. El ácido hialurónico es vital ya hasta la vejez, pues el índice hídrico de la piel empieza a disminuir”, nos explica la responsable de Sansi Farma. Y en su opinión, a partir de los 50, cuando debido a la menopausia y los trastornos hormonales la piel se reseca más, esa rutina nocturna debería incluir "alguna crema regeneradora que además incorpore nutrición”.
Protector solar
No hay una edad para recomendar su aplicación. Debería ser nuestro compañero indispensable en el neceser desde una temprana edad. Insistimos: la piel tiene memoria. "Recomiendo encarecidamente (¡siempre!) la aplicación de un fotoprotector solar diario para evitar la aparición de manchas”, concluye la farmacéutica Esther Sansi.