El fenómeno de la cosmética de bebé, ¿por qué la compramos aunque no tengamos hijos?
Las cremas para niños son más naturales y delicadas con la piel, pero ¿son buenas también para los adultos?
¿Hay algo más suave y delicado que la piel de un bebé? Tanto, que usamos en ocasiones hasta esa expresión 'piel de bebé', para referirnos a un cutis sano, libre de imperfecciones. Por eso, hay que esmerarse en su cuidado y no es extraño que la cosmética destinada a la infancia esté viviendo un auténtico auge. Y no solo entre los niños. Al llevar la etiqueta de productos naturales, ideales para la sensible dermis de los más pequeños de la casa, muchas personas también optan por probar estas gamas de cuidado facial y corporal con el sello kid. Pero nos hemos preguntado si realmente le van bien estos productos a nuestro cutis. "El sistema inmunitario de los bebés y la piel es un órgano que no está maduro hasta que cumplen los 3 años, por lo que se podría decir que su piel es extremadamente sensible. Este hecho hace pensar a muchas personas que si un cosmético es apto para un niño también lo es para un adulto. Además, en muchas ocasiones el precio de estos cosméticos es más económico que el de los cosméticos para adultos. Dos razones de peso para que se haya popularizado el uso de este tipo de productos por los adultos, tengan o no tengan bebés”, nos explica el doctor Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral.
Shopping: Cremas para cuidar la piel de los más pequeños de la casa
Así, tal vez la clave está en que pensamos -y las marcas se encargan de transmitir este mensaje- que no hay piel más delicada que la de un bebé, por lo que puede ser también una buena opción para nosotros. “Esa es una de las razones. La cosmética infantil pasa por estrictos controles de seguridad y utiliza ingredientes naturales como la caléndula, la camomila, el aloe vera o la lavanda, que son muy suaves y que se pueden utilizar en cualquier tipo de piel, tanto de bebé como de un adulto (salvo en aquellos casos en los que la exista algún tipo de problema cutáneo como dermatitis, acné, alergias, etc.)”, cuenta el doctor Sánchez Viera, quien añade que además, estos productos tienen menos conservantes y perfumes y son menos irritantes, lo que los hace aptos para dermis sensibles.
Productos muy seguros
“Un adulto puede usar fórmulas de bebés pero un bebé no debe de usar una crema de un adulto. Ese es el mensaje clave que se debe transmitir a todos los padres”, nos cuenta por su parte la doctora Aurora Garre, medical marketing manager en Isdin. Para el doctor Pedro Rodríguez, dermatólogo de Clínica Dermatológica Internacional, “en general los productos para bebés son más seguros ya que siempre intentan llevar menos ingredientes”. Susana Mezquita, experta del Departamento científico de CINFA, considera que "los productos desarrollados para bebes y niños tienen en cuenta su tipo de piel pero, además, los ingredientes que se utilizan, ya que tienen que tener un perfil de seguridad muy alto y una larga historia de uso. De esta forma se minimiza el riesgo de reacciones alérgicas".
En opinión de la doctora Garre, hay que tener en cuenta cinco factores a la hora de formular estos productos infantiles:
1. La relación entre la superficie cutánea y la masa corporal (el peso) es superior en el caso de los niños, en comparación con los adultos. Por eso en caso de absorción de los productos o de paso a la sangre, se podrían producir efectos secundarios.
2. El metabolismo de los niños es inmaduro hasta los 12 meses de vida y se siguen desarrollando hasta los 2 años. Es por ello que pueden ser más sensibles a ciertos tóxicos.
3. Los bebés prematuros tienen una especial sensibilidad debido a que su piel es más permeable y su metabolismo es inmaduro.
4. Es importante tener en cuenta la zona de aplicación del producto cosmético (por ejemplo en la región glútea cubierta por un pañal aumenta la absorción).
5. Hay un mayor riesgo de absorción por el propio comportamiento de los niños (por ejemplo chuparse las manos, los labios...).
¿Pueden usarlas los adultos?
Todo ello, por lo tanto, incide en el desarrollo de estas cremas destinadas a los más pequeños. “Los fabricantes saben que la cosmética para niños menores de 3 años debe ser diferente: se formula con ingredientes 'antiguos' o clásicos, es decir bien conocidos. Se tiende a usar fórmulas simples, con texturas fluidas que se absorban rápidamente para evitar que el niño las pueda chupar e ingerir. Las concentraciones máximas de ciertos ingredientes cosméticos tiene que ser menor que en los adultos (por ejemplo con determinados filtros solares)”, matiza la experta. ¿Pueden, entonces, usarlos los adultos? “Algunos productos sí que se pueden utilizar en pieles adultas sin problema, y pueden ser muy útiles. Pero no se cumple la regla general 'si es bueno para mi bebé, lo es para mí', ya que la piel adulta es más variable y puede requerir principios activos específicos para cada tipo que una crema infantil no va a cubrir”, concluye el doctor de Clínica Dermatológica Internacional. "Si aplicamos los productos de niños en adultos, seguramente no estés usando el más adecuado para los requisitos de esa piel en su franja de edad y estés perdiendo beneficios adicionales que aportan ciertos activos, que no deben utilizarse en los más pequeños y sí se pueden usar en adultos", nos explica Susana Mezquita.
Coincide el doctor Sánchez Viera, para quien "la cosmética infantil cubre solo algunas de las necesidades de la piel de un adulto, sobre todo, en lo referido a la hidratación corporal. Hay cremas hidratantes o aceites para bebés que se pueden utilizar perfectamente para el cuerpo de un adulto, aunque en algunos casos será necesario combinarlos con antiestrías, anticelulíticas o para pieles muy secas. Sin embargo, si hablamos de la hidratación facial, estas cremas podríamos decir que 'se quedan cortas'. Uno de los motivos es que según se van cumpliendo años, la piel va perdiendo la capacidad de retener agua, por lo que las hidratantes deben llevar activos como el ácido hialurónico, para ayudar al cuerpo a retener más agua". Y es que el doctor nos explica que llega un momento en el que la piel del adulto también comienza a mostrar arrugas y flacidez, por lo que son necesarios ingredientes como el colágeno, la elastina, los factores de crecimiento epidérmico (de origen vegetal), etc. "Por otra parte, las cremas de bebé son más grasas, por lo que no están indicadas para los cutis acnéicos. El paso de los años hace que los radicales libres oxiden la piel en mayor medida, por lo que los cosméticos con antioxidantes como el resveratrol, las vitaminas A, C y E, minerales como el selenio y el zinc, etc", concluye el director del Instituto de Dermatología Integral.