Todo lo que tocan las Kardashian se convierte en oro. Nadie lo pone en duda. Y más aún si es relacionado con el universo de la belleza. Desde sus labiales a sus cremas favoritas, pasando por los protocolos de cuidado facial a los que recurren para cuidar su piel. Por eso, gracias a Kim Kardashian, saltó a la palestra un tratamiento al que se bautizó como vampire facial, por razones obvias, pues la mayor y más mediática del clan compartió una imagen en su cuenta de Instagram en la que podíamos verla con el rostro cubierto de pequeñas gotitas de sangre tras someterse a este tratamiento. Aunque a la socialité no acabó de convencerla -confesó a posteriori que le resultó molesto, pese a los resultados que se obtienen-, algunas otras celebrities se han atrevido a probar esta técnica, entre ellas, recientemente, la influencer española Gala González. Por eso, hemos querido hablar con varios expertos en medicina estética, con quienes hemos analizado al detalle este tipo de tratamientos que parten de una combinación de microdermabrasión con el uso de plasma rico en plaquetas (PRP) -obtenido tras centrifugar la sangre del paciente-, que contribuye a la renovación celular de la piel.
La doctora Ana Molina, dermatóloga de Clínica Dermatológica Internacional, nos cuenta que se trata de “un tratamiento de medicina estética enfocado a mejorar la calidad de la piel que combina dos técnicas, la aplicación de plasma rico en plaquetas, con la micropunción repetida con un dispositivo denominado Dermapen”. Así, la experta cuenta que es un tratamiento enfocado a mejorar textura y calidad de la piel, realizando una exfoliación superficial de tipo mecánico que favorece su renovación superficial. Además, éste realiza la apertura de múltiples microcanales en la piel que favorecen la penetración uniforme del PRP a nivel dérmico.
La experta nos cuenta que una de las bondades del tratamiento es que produce un efecto flash de luminosidad debido al aumento de la microcirculación a nivel cutáneo por la micropunción de repetición y un efecto leve en la síntesis de colágeno y elástica al combinarlo con plasma rico en factores de crecimiento plaquetario. De hecho, la doctora de CDI explica que los efectos se ven a partir del día siguiente de haber realizado la técnica y su duración depende de cada paciente, aunque, en general, se trata más de un efecto flash que un efecto a largo plazo, aunque matiza que la realización de tratamientos de repetición puede ayudar a obtener resultados más duraderos en casos de cicatrices de acné leves o incluso pigmentación cutánea. Se recomienda, eso sí, esperar al menos entre 15 o 30 días entre sesiones.
Para la doctora Mar Mira, médico estético y codirectora de la Clínica Mira + Cueto, el tratamiento que se han hecho tanto Gala González como otras celebrities en el rostro ha sido sido realizado con la técnica de microneedling. “Consiste en pasar un rodillo con microagujas por el rostro que, mediante punciones, provoca heridas y, en consecuencia, aflora la propia sangre. Una vez que se han realizado todas las punciones, se aplican factores de crecimiento por el rostro. Este tipo de protocolo se realiza para que los factores de crecimiento penetren fácilmente en las capas profundas de la piel y se mezclen con la sangre, que contiene plasma rico en plaquetas y son factores de crecimiento naturales”, nos cuenta la doctora. “De esta manera, el proceso de regeneración que promete conseguir este tratamiento es doble”, añade.
La doctora Mar Mira propone, eso sí, una técnica alternativa que realizan en su centro, y que define como "igual de efectiva y menos traumática", la mesoterapia superficial manual con la sangre centrifugada del paciente. “Mediante esta técnica, no hay ningún rastro de heridas en el cutis, ni aparece la cara manchada de sangre. De hecho, puedes seguir con tu vida normal y el resultado es el mismo: luminosidad y arrugas difuminadas”, nos cuenta.
¿Es una técnica dolorosa?
Uno de los principales problemas es el posible dolor que experimenta la paciente mientras se realiza. Kim Kardashian así lo manifestó –estaba embarazada y no pudo recurrir a la crema anestésica que suele utilizarse-, reconociendo que no volvería a probarla. La doctora Molina cuenta que las microagujas son múltiples y de pequeño tamaño, pero la punción repetida puede resultar molesta tras unos minutos de tratamiento. Y precisamente por eso existe la posibilidad de realizarlo habiendo aplicado previamente una crema de anestesia tópica que hará que el tratamiento sea mucho más cómodo para el paciente. También es posible regular la profundidad de penetración de las microagujas en la piel, que cuanto menor sea, menos doloroso resultará a priori.
La doctora Pilar Benito, experta de Slow Life House, nos da, además, un dato de gran importancia, teniendo en cuenta que este y otros procedimientos que se basan en el uso de plasma rico en plaquetas, sometido a exigencias sanitarias muy estrictas: desconfía de un centro donde no te exijan una analítica previa que corrobore que no tienes enfermedades infecciosas. “En la resolución de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios se establecen de forma precisa las condiciones de uso y se obliga a la adopción de medidas precisas de control, vigilancia y trazabilidad que impidan la transmisión de enfermedades infecciosas. Esto significa que antes de la realización de cualquier tratamiento con plasma deben hacerse al paciente las analíticas que corresponden”.
La experta, además, da su visión además sobre las técnicas en abierto. “Si la extracción del plasma se realiza en abierto hay un mayor riesgo de que la sangre se contamine y el centro médico o estético está expuesto a que puedan acudir supervisores del Ministerio de Sanidad para comprobar todo el proceso. En Slow Life House utilizamos el sistema cerrado, con el que en ningún momento del proceso el especialista manipula con las manos la sangre ni los factores de crecimiento obtenidos”, asegura la Dra. Benito, que precisa que no estamos ante un material de relleno como tal. “Lo que sí hace es mejorar la apariencia de las arrugas y minimizarlas a medida que la piel se va regenerando. El tono de la piel se unifica y desaparecen las pequeñas discromías por fotodaño o marcas de acné. Aumenta la luminosidad de la piel y se produce una revitalización global”. Estamos, eso sí, ante un tratamiento de larga duración, pues frente a la toxina botulínica, que dura 4 meses, o al ácido hialurónico que se mantiene alrededor de 6 ó 9 meses, los efectos del PRP duran un año. Un último dato útil: el precio es muy variable según el centro en que se realice, pero suelen rondar los 200-300 euros por sesión.