Es un hecho: el frío agrede la piel. Las bajas temperaturas propias de estas fechas contribuyen a que se contraigan los capilares, se reduzca la oxigenación celular y la epidermis se vuelva más seca. Es el momento de ponerse manos a la obra si no queremos pagar las consecuencias en forma de un cutis más débil. “Durante los meses de frío, lo más importante es cuidar muchísimo su hidratación, ya que los cambios bruscos de temperatura, unidos a otros factores como la contaminación, el viento o el estrés, provocan que nuestra piel pierda agua de manera más profunda, lo que da lugar a la sensación de tirantez, sequedad e, incluso, la aparición de arrugas”, nos cuentan Marta y Elena del centro madrileño The Secret Lab, quienes nos dan, además, la solución: limpieza e hidratación diarias. “Nuestra recomendación es aplicar, antes de nuestra crema hidratante diaria, un sérum hidratante rico en antioxidantes, así como utilizar una mascarilla una vez por semana. Y, aunque parezca muy obvio, la protección externa (guantes, gorro, orejeras, etc.) resulta fundamental”.
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¿Cuánto tarda la piel en adaptarse al contraste térmico?
Carmen Navarro, experta en cuidado de la piel, nos explica que debemos recordar que “sufre más una epidermis expuesta a los choques térmicos propios de las grandes urbes, que las que habitan en un clima duro pero regular, como la fría Alaska. El paso continuo del calor al frío y viceversa al que sometemos al cutis durante todo el año, pero especialmente en invierno, es veneno puro. Debilita el manto hidrolipídico (el escudo protector natural de la piel), provoca deshidratación, tirantez, rojeces, irritación, cuperosis, sequedad….Y toda una letanía de daños que terminan por acrecentar las arrugas y apagar la luz de la tez”, nos cuenta. “Los dermatólogos afirman que una piel sana tarda en 'aclimartarse' de un ambiente cálido a uno frío, o al contrario, entre 15 y 20 minutos. Sin embargo, nadie respeta el tiempo de espera porque las prisas nos persiguen. Por eso es imprescindible protegerla de los choques térmicos”, añade Navarro. Así, en invierno, lo más importante es reforzar la barrera de protección natural de la piel y optar por texturas cosméticas más ricas. "La capa de protección natural de la piel se debilita y para reforzarla hay que aportar un extra de lípidos”, explica Paola Gugliotta, fundarora de las firmas Sepai y ApoEM. En opinión de Pedro García Maggi, fundador de Skeen, “la piel necesita cremas más nutritivas enriquecidas con agentes reparadores. Funcionan muy bien ingredientes como la vitamina E y aloe vera”.
Zonas especialmente delicadas
Además, hay que prestar especial atención a zonas delicadas, como pueden ser los labios o los ojos. “Un bálsamo ya no es suficiente. Por la noche, y al abrigo del viento y el frío, los labios necesitan una cura intensiva a base de productos ricos en aceites y ácido hialurónico capaces de reparar y aportar una nutrición adicional”, cuenta el doctor Pedro Catalá, Cosmetólogo y fundador de Twelve Beauty. Carmen Navarro apunta también a la zona de los ojos. “La piel de la zona periocular es 4 veces más fina que la del resto de la cara y está siempre expuesta al frío, al viento, a los rigores del invierno. Si a eso sumamos que no llegan bien los nutrientes porque los capilares están muy cerrados y la circulación sanguínea y linfática no es la adecuada a causa de las bajas temperaturas, surgen las patas de gallo por la deshidratación de la piel, y las bolsas y las ojeras por la mala circulación sanguínea”, nos cuenta. Y no hay que olvidarse de las manos, que también padecen la bajada de las temperaturas. “Evita lavarlas con agua muy caliente. Esta agrede la capa protectora de la piel y contribuye a la deshidratación cutánea”, nos explica Paola Gugliotta. Las cremas de manos se convierten en imprescindibles.
Preparar la piel antes de salir de casa
Según Carmen Navarro, ya por la mañana, cuando vamos a exponernos a las bajas temperaturas debemos hidratar y regenerar, antes de salir a la calle. Son muy útiles en su opinión los cosméticos con Factor de Crecimiento Epidérmico. Se trata de proteínas que estimulan los procesos metabólicos que regeneran y reparan nuestro tejido. "Incrementaremos así la síntesis de colágeno y elastina y estaremos consiguiendo mayor firmeza en la piel. También aconsejo incorporar Vitamina C a nuestros protocolos de mañana por su función antioxidante y potente iluminadora”, nos cuenta la experta. Añade, además, que en esta época también es recomendable realizar una cura con cosméticos que contengan soja, especialmente durante el fin de semana, momento que podemos aprovechar, al disponer de más tiempo, para mimarnos un poco más y poder presumir de piel. “Es rica en vitaminas y minerales. Conocemos sus amplias virtudes nutricionales pero también lo son las que aporta a los cosméticos. Es una fuente esencial de aminoácidos y deja nuestra piel firme e hidratada. Si nuestra piel lo necesita también podemos aplicar estas ampollas en días alternos entre semana”, nos cuenta, resumiendo además algo que nunca debemos descuidar: a pesar de estar en invierno el sol sigue saliendo. Nunca salgas de casa sin utilizar filtro solar.
Un último truco experto, que nos da el cosmetólogo Pedro Catalá: “Una a dos veces por semana es aconsejable aplicar una capa más gruesa de lo normal de la crema de noche. Al día siguiente, hay que retirar el exceso de producto con agua”.
¿Y qué hay del cuerpo?
También hay que tener en cuenta que el invierno puede hacer mella en la piel de tu cuerpo. Carmen Navarro recomienda, sobre todo, evitar la calefacción demasiado alta, y mantenerse hidratado por dentro y por fuera. Además, sugiere utilizar capas para poder ir regulando la ropa que necesitas según la situación, así como huir de prendas de nylon, ya que es altamente sensible a las altas temperaturas y puede provocar reacciones alérgicas y escozor. Y hay que evitar también las duchas a temperatura caliente, ya que favorecen la deshidratación de la piel, así que mejor elegir el agua templada.
No olvides en tu neceser…
Son útiles, además de los que hemos comentado, aquellos cosméticos formulados con manteca de karité, extracto de flor de las nieves y vitamina E, muy eficaces a la hora de neutralizar la acción dañina de los radicales libres y además reducen el envejecimiento prematuro de la piel que provocan las influencias externas negativas. También los que contienen manteca de cacao o aceite de germen de arroz, capaces de fortalecer las resistencia de las pieles sometidas a las agresiones externas y evitar así su deshidratación.