Adelantarse al futuro. Ese es el objetivo de la medicina estética más innovadora en opinión de las doctoras Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto, directoras de la clínica madrileña Mira + Cueto. Conseguir anticiparse a una arruga que se formará por un gesto que se repite -véase, fruncir el ceño- es el ejemplo, tal vez, más básico y que mejor podemos entender. Pero han sido muchos años de investigación y todavía más de experiencia los que han dado lugar a su nuevo Sistema de Diagnóstico Multidimensional, que permite adelantarse al futuro hasta en 30 años y así predecir y redirigir el envejecimiento para mejorar la belleza y la salud global de cada paciente.
Hemos hablado con las doctoras, que acaban de estrenar su recién renovada clínica madrileña, un espacio concebido y diseñado precisamente teniendo en cuenta este nuevo sistema de diagnóstico en torno al cual gira todo. Cuenta, de hecho, con varias salas 'negras' para automatizar y estandarizar las sesiones fotográficas de los pacientes. Lo han denominado medicina apercitiva, “un término que encaja al 100% con nuestro personal enfoque de la medicina estética, en el cual el diagnóstico es el cimiento principal y la prevención la piedra angular”. Debemos ir incorporando este término a nuestro diccionario de belleza. Y es que según las doctoras es un paso más de la medicina preventiva. “Estamos avisando y alertando cómo se va a desarrollar el envejecimiento. Y tenemos la capacidad de prevenir y tratar para conseguir, realmente, redirigir el envejecimiento”, explican.
La clave del nuevo sistema de diagnóstico es adelantarse a los posibles problemas estéticos. Pero, ¿podemos de verdad prever cómo va a evolucionar un rostro con el paso de los años? “Sí que se puede prever. Primero por nuestro ojo clínico y experiencia y luego por todo lo que hemos incorporado al diagnóstico multidimensional que analiza y desmenuza un rostro y nos ayuda a poder prever su evolución y poderlo tratar. Con este nuevo software exclusivo y propio de Mira+Cueto podemos escanear un rostro (en mitades y tercios) y ver cómo cada una de esas áreas va a evolucionar y así realizar una reestructuración facial preventiva para redirigir el envejecimiento”, nos cuentan las doctoras. Este nuevo sistema les permite analizar las cuatro dimensiones que intervienen en la estética: tiempo, espacio, proporción y emociones. Así, parten de una entrevista médica individualizada, para seguir con una medición cutánea y de las estructuras subdérmicas de alta precisión, que permite evaluar desde la tasa de hidratación al nivel de colágeno o la calidad del músculo. El tercer paso es un estudio morfológico de armonía de facciones, volúmenes y estructuras, tanto dinámico como estático, realizado gracias a la tecnología de reconocimiento facial. Por último, hay casos que se completan con un test genético individualizado.
La tecnología es, no hay duda, una herramienta muy útil para el desarrollo de la medicina estética, pero ¿hasta qué punto es determinante también la intuición o el ojo clínico de los profesionales? Las doctoras nos hablan del “ojo clínico y la experiencia, más que la intuición, factores determinantes a la hora de hacer un tratamiento médico estético, porque tienen esa parte artística y de identidad y capacidad del que ve y eso únicamente te lo aporta la expertise. Y si además te apoyas en medidas objetivas, como nuestro nuevo Diagnóstico Multidimensional, puedes comprobar que has dado en la diana, ser más sutil, minucioso y realizar un tratamiento mucho más completo”.
Les preguntamos qué es lo que más les piden sus pacientes cuando acuden a su recién estrenado centro en Madrid. “Además de naturalidad, tener buena cara, ‘verse guapos’, lo que ahora solicitan es ponerse en nuestras manos. Últimamente la pregunta que más nos hacen es '¿qué necesito doctora?'. Y eso es un orgullo para nosotras porque confían en nuestra experiencia, ojo clínico, método de diagnóstico y tratamientos para cumplir sus objetivos”, dicen orgullosas.
¿Creen que en medicina estética también se puede aplicar la máxima del ‘menos es más’? "No es cierto que menos es más, todo debe ser en su justa medida. Para que menos sea más debe administrarse de forma adecuada. Un arquitecto con dos tablas y cuatro cables puede hacer un maravilloso puente que aunque parezca flotar, sin embargo sostiene un convoy de camiones. Yo, con esos mismos materiales, no consigo que sostengan siquiera mi peso. Ahí radica la importancia de la experiencia y la formación. No es solo cuestión de materiales ni cantidades, el secreto está en saber utilizarlos y para ello la pericia y el diagnóstico preciso es esencial. Lo importante es tener un objetivo claro tras un diagnóstico, de ahí la importancia de un diagnóstico multidimensional”, concluyen.
Casi a diario tenemos noticias de nuevos avances en medicina estética. Pero, ¿cuáles han sido los cambios más destacables en medicina estética en los últimos años? "Aunque nuestra filosofía base y nuestra defensa en pos de la naturalidad, la armonía y la prevención no han variado desde que comenzamos nuestra trayectoria conjunta, lo cierto es que hemos evolucionado mucho desde entonces. Entre los cambios más destacables, uno estructural: si hace una década el concepto central de la estética era el antiaging, hoy hablamos de wellaging, lo cual equivale a no fijar la atención en rasgos aislados o arrugas concretas, sino en adelantarse para poder dirigir el envejecimiento de una forma global y multifactorial. Para ello se ponen en juego herramientas como la medicina estética emocional, que se centra en adecuar las emociones que refleja el rostro a las verdaderamente sentidas o lo que es lo mismo: buscar como objetivo quitarse la cara de estrés o de cansancio 'versus' buscar quitarse años. Porque con la cara relajada vas a estar más guapa, tengas la edad que tengas".