'¡Vaya cuerpazo!'. Penélope Cruz no pudo resistirse a escribir este comentario en una foto que su colega y amiga Gwyneth Paltrow compartió en Instagram. En ella, con un minivestido dorado champán, Paltrow dejaba patente por qué sus piernas son una inspiración para cientos de mujeres. La responsable, en gran medida, de este físico es la entrenadora Tracy Anderson. Pero Olivia Palermo, Alessandra Ambrosio, Lena Dunham, Jennifer Lopez, Victoria Beckham, Christy Turlington, Jennifer Aniston, Madonna... y hasta Kim Kardashian también deben parte de su figura al método de Tracy Anderson, la entrenadora de las famosas que no quiso que su popularidad se limitara a esa sobrenombre. "Entrené a actrices y modelos durante diez años y lo dejé porque no quería ser conocida solo como una 'entrenadora de celebrities'", explica a HOLA.com en su recién inaugurado estudio de Madrid, el único fuera de Estados Unidos por el momento.
Con motivo de esta apertura, hablamos con esta experta en fitness femenino, quien nos explica que lo que realmente le apasiona de su trabajo es la investigación y el contacto directo con sus seguidores, dos tareas incompatibles con la atención que requieren las modelos y actrices. "Las celebrities necesitan mucho apoyo y viajan mucho. Es muy difícil compaginarlo con ser una investigadora y creadora de entrenamientos para cada mujer. Yo diseño el entrenamiento de muchas famosas, pero son mis entrenadores quienes trabajan con ellas. Por ejemplo, tengo dos entrenadores con Jennifer Lopez", nos cuenta al finalizar la ViTAlity Week en Madrid, un encuentro de varios días con sus seguidores de todo el mundo, organizada por primera vez en su nueva sede de la capital española.
La razón que ha traído a Tracy Anderson a Madrid es mucho más personal de lo que cabría imagina en una mujer tan analítica y prudente como ella. "Cuando la familia de mi amiga Magally [Padron de Capriles] comenzó con el proyecto del edificio Lamarca (una antigua fábrica de carruajes rehabilitada), ella, que ha seguido mi método durante años, me propuso traer el estudio aquí, para todas las mujeres de Madrid. En cuanto me lo preguntó, dije: “sí, absolutamente”. No tenía ni idea de quién vendría, pero quería hacerlo", nos explica. Y así, en el número 10 de la céntrica (y exclusiva) calle de Fernando VI, abría hace unas semanas esta sala de fitness, "un sueño hecho realidad".
"Tengo streamers (clientes que siguen sus clases en streaming cada día, entre los que se encuentra Olivia Palermo) en 50 países diferentes y siempre quise contar con estudios internacionalmente. Significa mucho para mí. Y abrir el primero en Madrid es muy emocionante. ¡Londres está muy celoso!", explica a HOLA.com en su nuevo local, antes de revelar que planea abrir otros gimnasios próximamente, probablemente en Miami y Londres. "Lo quiero hacer de una forma cuidadosa. Me preocupo mucho de cada mujer que sigue mi método. No he creado una experiencia de entrenamiento genérica, sino que busco que, cuando vengas aquí, mejoren todos los aspectos de tu vida y de tu bienestar. Y para ser capaz de conseguirlo, no puedes hacerlo irresponsablemente; no puedes abrir muchos estudios porque no puedes controlar todos adecuadamente".
Las conclusiones de 20 años de investigación sobre 'fitness' femenino
El método de Tracy Anderson está inspirado en los movimientos de baile, ya que ella fue bailarina durante años y porque sirven para estilizar todo el cuerpo, pero es resultado de un análisis concienzudo durante 20 años de cómo afecta el deporte al cuerpo femenino. No en vano, Tracy ha llevado a cabo los estudios más extensos sobre fitness y mujeres. "Hice un estudio de cinco años de duración en los 90, y otros dos (de uno y dos años) después. Creo que es algo que definitivamente diferencia mi programa de otros", afirma. Entre las conclusiones que obtuvo de estas investigaciones está la importancia de entrenar a diario, o al menos "moverse", cuando realmente quieres cambiar tu cuerpo. "Cada día que no entrenas, estás ganando peso o quedándote igual. Puedes hacer entrenamientos más ligeros algunos días. Por ejemplo, puedes entrenar una hora cuatro o seis a la semana. Otros puedes dedicar una hora y media (una hora de tonificación y 30 minutos de cardio). Y luego, uno o dos días puedes hacer solo media hora, o no venir al gimnasio y simplemente ir a dar un paseo", recomienda.
Siguiendo este sistema, afirma que veremos los resultados pronto: "Dependerá de cuánto peso tengas que perder, pero si durante un año completo entrenas seis días por semana, no te reconocerás a ti misma. Estarás asombrada de qué sucede en tu cuerpo". Por supuesto, Tracy también destaca el papel fundamental de la dieta a la hora de perder peso, conseguir el cuerpo que deseas o mantenerte sana. "Yo diría que es igual de importante que el entrenamiento para tu salud. Quiero decir, los estudios han demostrado que hacer ejercicio es más importante para la salud que lo que comes. En general, sería 50% de importante la dieta, 50% el ejercicio. Pero para mí ahora, que entreno todos los días entre una hora y dos, el deporte tiene el 80% de importancia para mantenerme. Puedo comer lo que quiera, siempre que entrene, y seguiré estando bien", explica ella, que reconoce que siempre se ha alimentado de forma saludable, pero sin obsesionarse. "Ayer, por ejemplo, tome la mejor pizza que he comida nunca, con queso… También he probado el helado aquí, en Madrid, estaba buenísimo. Como de todo, de forma equilibrada".
Las investigaciones de Tracy Anderson le han permitido aclarar otro de los mitos más extendidos sobre fitness: ¿es necesario cambiar de entrenamiento para acelerar el resultado? Sí y no. "Es importante cambiar de rutina, pero siempre manteniendo el mismo lenguaje y el mismo tipo de entrenamiento. Si cambias de disciplina, no es efectivo porque no hay una estrategia constante. Cuando mantienes el mismo lenguaje y estrategia, cada día tienes una conversación mejor con tu cuerpo y es cuando la magia sucede", explica. Por eso, las rutinas de su método cambian cada semana, pero siempre manteniendo un estilo constante. "Variando los ejercicios voy diseñando el cuerpo de mis clientes", nos explica. ¿El objetivo? Una figura esbelta, tonificada y equilibrada, que será diferente en cada mujer.
Y es que, como Tracy advierte, cada persona es un caso particular, también las famosas. En su opinión, tener el cuerpo de una modelo o actriz como referencia y meta es un grave error. "Son mujeres diferentes a ti. No debes querer tener el cuerpo de otra persona porque entonces estás perdiendo la oportunidad de tener tu mejor cuerpo, y eso es lo que realmente importa. No puedes ser Gwyneth Paltrow. Puedes decir “woh, qué cuerpo tiene”, pero no tienes ni idea de qué hace realmente la gente famosa para lograr esa imagen", afirma con rotundidad. "Lo que importa es a quién escoges para entrenar, como si escogieras a tu doctor. No vas a un doctor porque las celebrities vayan. Está bien decir “esa mujer es guay”, pero no obsesionarte con ser como ella porque pierdes conexión con lo que realmente quieres para ti".
Lo más sorprendente de este método
Esa opinión tan concisa sobre los cuerpos de sus clientas como fuente de inspiración no es lo único llamativo de Tracy Anderson: las clases en su estudio son todavía más sorprendentes. Durante casi una hora, un grupo muy reducido de clientes, en su mayoría mujeres aunque no exclusivamente, se deja guiar por una profesora que, semana tras semana, debe aprender las nuevas secuencias que la estadounidense ha ideado. Las sesiones se diferencian entre tonificación, trabajo cardiovascular y entrenamiento combinado, y todas comparten tres rasgos que a priori resultan desconcertantes, pero que realmente consiguen diferenciar el método de Tracy Anderson de otros entrenamientos en grupo.
1. El ambiente de la sala
En los estudios de Tracy Anderson se crea un entorno especial y determinado para entrenar: las clases están a unos 35ºC de temperatura y tienen una humedad de, aproximadamente, 75%. ¿La razón? También científica, según nos explica Tracy. "Al entrar, el cerebro dice: “hace mucho calor aquí, quiero salir”. Pero tú le dices: "no, nos quedamos". Tu cuerpo entonces produce adrenalina (como si estuviera asustado). Pero cuando empiezas a sudar, cambia la adrelina por oxitocina (la hormona del amor y de la felicidad), consiguiendo una experiencia saludable que te hace sentir bien, en vez de cortisol", que es la hormona que normalmente se libera con algunos entrenamientos y que se relaciona con el estrés.
2. La profesora no explica los ejercicios
La música, muy divertida y festiva, es lo único que se oye en la clase durante la sesión. "Yo no hablo durante el entrenamiento porque quiero que sea como un juego. El aprendizaje de los ejercicios y el coaching de motivación sucede en otros lugares, fuera de la clase o a través de la web, pero siempre separado del ejercicio. Lo hago así porque quiero que cuando estás entrenando, estés concentrada y conectada con tu cuerpo, y si yo hablara, perderías esa conexión contigo mismo", afirma Tracy.
3. No necesitas estirar
Aunque las clases sí comienzan con una parte de calentamiento como en la mayoría de métodos de fitness, no terminan con las habituales secuencias de estiramiento. La razón está en el tipo de ejercicios funcionales que se realizan a lo largo de toda la sesión. Así lo explica Tracy Anderson: "Durante toda la clase, estás haciendo estiramientos dinámicos, más beneficiosos para tu cuerpo que el estiramiento estático. Por supuesto, puedes dedicar unos minutos tras la clase a estirar si lo necesitas. Pero cuando haces estiramientos estáticos, alargas demasiado el músculo y creas desequilibrio. Y, además, cuando lo haces a una edad, la piel no es tan elástica como cuando eres joven y se estropea".