Que somos lo que comemos es un hecho. Nuestra alimentación influye, y de qué manera en muchos aspectos relacionados con nuestra salud y, también con nuestra belleza. La piel es uno de los reflejos más claros de lo que comemos y los alimentos que incluímos en la dieta diaria pueden ayudarnos, incluso, a frenar la aparición de las arrugas. Así nos lo confirma nuestra colaboradora Meritxell Martí, propietaria de la Farmacia Meritxell, quien nos ha resumido una serie de alimentos que debes incluir en tu lista de la compra si quieres intentar prevenir esas huellas del paso del tiempo en tu piel. Y es que no solo la cosmética puede echarte una mano. Pero, eso sí, nuestra experta matiza que "cuando hablamos de una dieta que va a servir para prevenir la aparición de las arrugas deberíamos empezar sabiendo por qué aparecen las arrugas y cuáles son los puntos en los que la dieta puede llegar a influir".
En un primer grupo, estarían las causadas por la flacidez, que surgen con el paso de los años, cuando las fibras que sostienen la matriz cutánea y muscular empiezan a flojear, porque los volúmenes de grasa facial va cambiando y con ello la forma de la cara. Disminuye el contenido de grasa facial y a la vez esta cambia de posición, va bajando. Tal y como nos explica Meritxell Martí, “estas arrugas cambian el óvalo facial y son grandes arrugas, como puede ser la papada, las arrugas del cuello o las nasogenianas”.
Por otra parte, también nos encontramos con las típicas arrugas de expresión. No podemos dejar de sonreír ni de fruncir el ceño cuando nos enfadamos o cuando estamos tristes, lo que deja líneas que poco a poco se van a ir marcando. “En cierto modo, es como cuando un tejano de tanto ponértelo se va a adaptando y desgastando con nuestros movimientos diarios, igualmente la piel se va a adaptando a los movimientos y los gestos que vamos haciendo", nos cuenta Meritxell Martí. Son, por ejemplo, las patas de gallo o las arrugas de la frente. Y el tercer tipo de arrugas son las finas líneas, que aparecen sobre todo cuando ha habido una sobreexposición al sol, o cuando la piel es demasiado seca. Esa pérdida de flexibilidad hace que aparezcan las líneas finas y el cutis se nota menos fino y menos flexible, más seco. “Los responsables de estas líneas son un exceso de sol y mucha sequedad. Aparecen en medio de las mejillas o en el contorno de los labios”, nos cuenta nuestra colaboradora, quien añade que en una dieta antiarrugas deberíamos tener en cuenta estos tres tipos y sus causas. Evidentemente, hay que partir de la base de que es muy diferente una persona de 20 años que una de 50 años, en la que la piel es mucho más madura y tiene una capacidad de renovación natural mucho más lenta. “Con 20 años la piel lo resiste casi todo, a partir de los 27 años la calidad y cantidad de colágeno empieza a disminuir, pero todo depende de los hábitos de vida, la dieta y de cómo nos vayamos cuidando”, explica la propietaria de la Farmacia Meritxell.
El azúcar, enemigo del colágeno de tu piel ✗
Cuando hablamos de evitar la flacidez, lo primero que hay que conseguir es preservar las fibras de colágeno, intentando que este se forme fuerte y entero y que las fibras sean normalmente largas. Una matriz fuerte con fibras de colágeno y elastina va a ser mucho más resistente a las pérdidas de volumen. ¿Y cuál es el principal enemigo de las fibras de colágeno? El azúcar simple, que va a provocar la glicación de las fibras de colágeno y con ella la capacidad de sujeción de las mismas y su calidad. Por eso, hay que seguir estas pautas de alimentación:
· Evitar en la medida de lo posible el azúcar, así como los alimentos en los que se añade.
· Evitar el alcohol y el tabaco, que van a aumentar el contenido de radicales libres, y con ello la malformación de las fibras de colágeno y elastina.
· Añadir en la dieta alimentos frescos que capten los radicales libres. Entre ellos tenemos los alimentos ricos en vitamina C, flavonoides, y vegetales de hoja verde, que además ayudarán a detoxificar el organismo.
· Aumentar el contenido de silicio (presente en cereales integrales, semillas, puerros, espinacas...), que además de captador de radicales libres, también interviene la formación del tejido conjuntivo.
Las patatas, el aliado 'inesperado' de tu piel ✓
En el caso de que el objetivo sea evitar las arrugas de expresión, también puede echarnos una mano la alimentación, que también juega su papel para conseguir una piel más elástica. Para mantener la elasticidad de la piel, es importante que en nuestra dieta no falten los aminoácidos, que contienen alimentos como la carne, los huevos o el pescado. Son los elementos que forman las proteínas y estas son los 'ladrillos' de la formación del tejido. Tampoco hay que olvidar las patatas, que son muy ricas en cobre (de hecho, un patata aporta ya el 75% de cobre diario), uno de los elementos olvidados, y de los que no se menciona tanto, y que junto con el zinc y la vitamina C, ayudan a la formación de las fibras de elastina.
Di sí a los ácidos grasos y el té verde ✓
Para evitar las arrugas causadas por sequedad y exceso de sol, aparte de mantener la hidratación con cremas y preservarla del sol con filtro solar y pocas exposiciones solares, es imprescindible que la dieta sea rica en ácidos grasos, en omega 3, que pueden tener su origen tanto en el pescado -sobre todo azul- como en los frutos secos. También es muy importante incluir los alimentos ricos en vitamina A, como es el caso de las zanahorias, los frutos o bayas rojas y los tomates, que, además tienen también licopeno. Para preservar las arruguitas finas, también son muy efectivos los probióticos, que además disminuyen la inflamación crónica y el estrés oxidativo. Además, mantener la piel hidratada es muy importante para evitar las arrugas finas, y no solo poniéndonos cremas, sino hidratándonos por dentro, con agua, zumos, infusiones y alimentos líquidos como sopas. Uno de los alimentos mas efectivos para preservar la juventud de la piel es el té verde, un potente antioxidante.
En resumen, en nuestra batalla contra las arrugas, debemos incorporar a nuestra dieta: frutas y verduras frescas, sobre todo cítricos, y vegetales como las zanahorias y tomates, y también es importante añadir patatas; una ración de proteínas diarias, variadas, huevos, pescado o carne magra; mantenerse bien hidratado, incluyendo entre nuestras bebidas el té verde; añadir probióticos, puede ser una buena opción el kéfir u otros fermentados, que tiene un alto contenido en probiótico y va a ayudar a mejorar el tránsito intestinal y así la absorción de los nutrientes de los alimentos. Y por el contrario, hay que eliminar: toxinas como el tabaco, el exceso de alcohol, grasas saturadas, comida rica en azúcares como puede ser la bollería, comida industrial y alimentos de digestiones pesadas y lentas.