No sólo de zanahoria vive tu bronceado. Es, de eso no hay duda, el alimento que más relacionamos con una piel dorada, pero no es el único. Hay más aliados en tu dieta que pueden ayudarte, ahora que empieza el mes de junio, cuando daremos la bienvenida oficial al verano. Y es que, como nos explica la doctora Dra. María Amaro, especialista en nutrición y directora de la Clínica Feel Good, independientemente de que la tez sea más o menos clara, es una buena opción empezar a consumir determinados en estas semanas aún de primavera y preparar así la piel desde dentro además de la cosmética que pueda utilizarse como por ejemplo aceleradores del bronceado. Haciéndolo, facilitamos el proceso de bronceado cuando demos el pistoletazo de salida a los días de piscina o playa, sin olvidar, eso sí, que hay que usar a diario la crema de protección solar.
“Conviene ingerir una serie de alimentos que por su composición favorecen la producción de melanina y aportan elevados contenidos de vitamina E, encargada de ayudar también en este campo. El consumo de los mismos sirven para poder prepararnos mejor de cara al sol”, explica la Dra. Amaro.
Seis alimentos que potencian el bronceado
- Zanahoria. Es el clásico entre los clásicos cuando hablamos de bronceado. Tiene alto contenido en vitaminas y es altamente nutritiva. Entre sus propiedades, hay que citar que fomenta la producción de melanina, ayudando al bronceado natural y además ejerce cierta protección ante las radiaciones solares.
- Las espinacas son menos conocidas en este campo, pero gracias al alto contenido en betacaroteno, esta verdura fomenta y prolonga el bronceado durante más tiempo. Así que además de recomendarlo para cualquier dieta, es un alimento que cumple con la función de prepararnos para el sol.
- La manzana es una de las frutas que más ayuda en la fijación del bronceado. Cuenta también con cualidades saciantes, anticatarrales, antiinflamatorias...
- El tomate tiene una serie de cualidades que ayudan, si no al bronceado, sí a luchar contra el envejecimiento de la piel que provoca el exceso de sol. Son muy ricos en licopeno, lo que ayuda a luchar contra los problemas de arrugas y envejecimiento de la piel.
- La soja. Es un potente antioxidante y como tal ayuda a fijar el moreno. Es aconsejable para prolongar ese tono bronceado que vamos consiguiendo poco a poco.
- La pitaya. La superfruta del próximo verano aporta, entre otros nutrientes, ácidos grasos beneficiosos y polifenoles, dos aliados de una piel bonita y joven.
Los 12 antioxidantes más poderosos
Desde IML nos explican que, además, incluir estos alimentos en las comidas de vacaciones, a través de ciertas frutas o verduras, contribuye a un bronceado intenso y luminoso. Los más ricos en antioxidantes 'clave' contra el fotoenvejecimiento -por su capacidad de neutralizar la acción de los radicales libres- son: los aguacates (vitamina E); las bayas, como las moras, fresas, frambuesas o arándanos (betacarotenos); el brócoli (betacarotenos, vitamina C, oligoelementos como el zinc y el selenio); el repollo y las coles (vitamina C); las zanahorias (betacarotenos); los cítricos (vitamina C); las vuvas (20 antioxidantes, incluido el resveratrol); las cebollas, especialmente laa moradas (flavonoides), las espinacas (pro vitamina A, C y E) y los tomates (licopenos).
Agua y ácidos Omega 3
Hay que tener en cuenta que siempre es esencial la hidratación, pero más si se quiere mantener una piel tersa y bronceada. El agua no sólo se encuentra en el grifo, también los zumos de frutas poseen un alto contenido en agua que además de ayudar con la hidratación favorecen el bronceado natural.
Además, los expertos de la Clínica Feel Good recomiendan también mantener hábitos alimenticios en los que se incluya pescado rico en Omega 3, ya que es un potente reparador que hidrata en profundidad la piel y la da una elasticidad que repercute en un bronceado mucho más duradero. Y, por su parte, la Dra. Olga Hernández de la Unidad de Nutrición de la Clínica Tufet nos aporta pautas extra para un bronceado saludable a través de la alimentación:
1. Aumentar el consumo de frutas y verduras de temporada.
2. Seguir una dieta rica en Omega 3 y antioxidantes.
3. Disminuir la proteína animal procedente de las carnes y aumentar el consumo de proteína vegetal procedentes de las legumbres.
4. Aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina D y A.
5. Tomar jengibre y té verde ya que facilitan los procesos antiinflamatorios.
6. Eliminar los alimentos refinados, procesados o altos en azúcar.
7. Eliminar lácteos y más en concreto los desnatados, ya que la grasa que eliminan es sustituida por azúcar.
8. Evitar las cocciones a altas temperaturas: ayuda a disminuir los radicales libres.