¿Has incluido ya las arcillas en tu rutina de belleza?

Son una de las últimas tendencias en el mundo de la cosmética

Por hola.com

Existe una tendencia muy actual en cosmética, que nos lleva a buscar productos naturales, cosméticos ecológicos y efectivos; pues bien, ¿qué hay más natural que las arcillas, lodos y fangos? Estos productos, tal y como nos explica nuestra colaboradora Meritxell Martí, son propios de la tierra y ricos en minerales, y nos van a ayudar a nutrir y a remineralizar la piel, a mejorar la limpieza, pueden tener efecto detox, son efectivos para la flacidez, para eliminar la grasa corporal o adelgazar, en problemas de psoriasis y eczemas... Y no solo eso, también puede ser útiles para los dolores musculares y las contracturas. Pero, ¿cuáles son sus diferencias?

Arcilla: es un mineral hecho de pequeñísimos cristales de minerales, procedentes de rocas o el suelo, concretamente silicato de aluminio hidratado, que además tienen trazas de óxidos de metales y materia orgánica, la arcilla es un material arenoso y casi seco.

Barros: es la mezcla de la arcilla con agua, es mucho más líquido y la consistencia es más cremosa, por lo que además es hidratante.

Lodos: entendemos el lodo cuando el barro y el agua que lo forma tiene alto contenido de material orgánico, puede ser de agua salada y material marino (por ejemplo restos de algas o plancton) o de agua dulce (con restos de plantas de pantanos o ríos, por ejemplo).

Generalmente, cuando hablamos de barros o lodos entendemos tratamientos en spas, balnearios o centros profesionales, como pueden ser zonas como el Mar Muerto o no tan lejos, son también conocidos los baños de lodo o fangos en las playas de Ibiza. Dependiendo de las zonas, tendrán unas u otras propiedades.

ARCILLAS
La propiedad de la arcilla principalmente es la de absorber las impurezas, sin embargo, dependiendo del color, que viene dado por los minerales que contiene, estos minerales también son los que van a aportar las diferentes propiedades, además de la limpieza de las mascarillas o los cosméticos en general de arcilla. Cuando vamos a hacernos una mascarilla de arcilla, como comentamos, nos encontramos que tienen colores muy diferentes.

Bentonita. Es quizás la arcilla más habitual, tiene un alto contenido en hierro, es la más utilizada en los problemas de acné, ya que absorbe mucho la grasa. Se recomienda sobre todo cuando hay un problema de acné. Cuando se mezcla con agua tiene una alta capacidad eléctrica y actúa en cierto modo como un imán, lo que absorbe las impurezas y hasta bacterias. Esta es la arcilla conocida como gris.

Arcilla esmectita. Tiene una alta capacidad absorbente de la grasa, por lo que también es muy útil en los problemas de acné, aunque también tiene capacidad de blanquear, es específica para la piel con manchas o hiperpigmentada. Esta arcilla antiguamente fue usada para limpiar la lana de las ovejas que se destinaba a la producción de lana textil.

Arcilla caolín. Encontramos el caolín de varios colores, blanco, amarillo, rojo o rosa. Y estos son muy habituales, dependiendo de los minerales que aportan servirán para unos u otros usos.

Caolín blanco. Es específico para la piel sensible y seca, es un suave exfoliante.

Caolín amarillo. Es más potente que el blanco, aunque continúa siendo para la piel sensible, estimula la circulación sanguínea y la suelen llevar las mascarillas para dar luminosidad.

Caolín rojo. Es el que tiene más poder de absorción y es preferible para piel grasa, tiene importante acción detox.

Caolín rosa. Se trata de una mezcla del blanco y el rojo, para equilibrar, y se usa en pieles sensibles que necesitan una limpieza y una exfoliación extra.

Arcilla verde (muy típica en Francia). Es quizás otra de la más recomendadas por su acción exfoliante, contiene hierro pero también alto contenido de material orgánico. Además de absorber las grasas y las impurezas, estimulan el riego sanguíneo.

Arcilla Rhassoul (típica de Marruecos). De procedencia marroquí, es realmente muy rica en minerales, esta arcilla ayuda a absorber las impurezas, es perfecta sobre todo cuando se tienen puntos negros o incluso en el cuero cabelludo muy graso. Es astringente, sin embargo, no tanto como para secar mucho la piel, por lo que puede usarse a diario. En Marruecos es habitual mezclarlo con extracto de avena o harina de almendras para que sea scrub. Es una arcilla roja.

BARROS Y LODOS
Cuando la arcilla se mezcla con agua tanto salada como dulce, contiene además otras sustancias de origen mineral y orgánico, y se forman los barros, fangos o lodos . Estos se usan igualmente para hacer mascarillas o envoltorios.

Por ejemplo, los barros del Mar Muerto son muy ricos en minerales, lo que les da unas acciones excelentes en problemas cutáneos como la psoriasis o los eczemas. Además de limpiar la piel, estimulan el riego sanguíneo, por lo que así la piel se ve más brillante, hidratada y limpia.

Los barros hidratan más que la arcilla, y además, en los barros se pueden añadir aceites esenciales, que además aportan los beneficios de la aromaterapia (el aceite de rosa, para calmar la piel, aceite de lavanda, de albahaca...).

Los lodos suelen contener además algas, que tienen propiedades adelgazantes, ya que activan el metabolismo y mejoran la combustión de las grasas, por lo que son excelentes para la celulitis.

¿Qué necesita nuestra piel, arcillas, barros o lodos?

Eliminar toxinas y limpiar impurezas
Es su uso más habitual, lo que ayuda a absorber las impurezas, dependiendo del tipo de barro o arcilla o de la composición de la mascarilla que usemos. Si contiene a su vez aceites como el de argán, coco o jojoba serán además hidratantes. Se pueden usar como depuradoras pero también como limpiador. Un ejemplo es el jabón de arcilla gris a la bardana de la marca Armonía Cosmética natural.

Eliminar grasas, activar la circulación sanguínea para mejorar la celulitis
Los barros o lodos, que además contienen extractos de algas y minerales, ayudarán a mejorar la circulación y tienen una acción hipertérmica, lo que ayudará a disminuir la celulitis, sobre todo cuando se hacen mascarillas y luego se realizan envoltorios. Un ejemplo es el fango exfoliante remodelante de Collistar o el Somatoline Cosmetic Reductor 7 Noches Intensivo.

Problemas articulares
Es conocido el barro del Mar Muerto para el dolor articular y la psoriasis, ya que tiene capacidad antiinflamatoria. Sabemos que tiene capacidad magnética por los minerales que contiene, elimina las toxinas, y mejora el sistema circulatorio.

Problemas capilares
Las arcillas son útiles para usarlas como “detox” del cuero cabelludo. Las mascarillas capilares que contienen arcillas para el cuero cabelludo son efectivas para eliminar toxinas e impurezas. Estas se suelen acumular en el cuero cabelludo, cuando se realizan muchos tratamientos profesionales, ya que algunos productos contienen siliconas, demasiadas grasas u otras sustancias que se quedan en cierto modo “pegadas" a la piel de la cabeza .

Son también específicamente beneficiosas cuando se sufre exceso de grasa o seborrea. Se debe tener la precaución que estas mascarillas son muy absorbentes, es por tanto para evitar que el pelo se seque demasiado es aconsejable utilizar un acondicionador en el cabello (solo en los largos y puntas) evitando aplicarlo en el cuero cabelludo.

MANUAL DE USO

-Mascarillas de arcilla

Si compramos la arcilla en polvo, la debemos preparar antes, en las pieles más secas, Meritxell Martí aconseja mezclar con agua la arcilla y para que quede algo más fluida se puede añadir un poco de glicerina. En las pieles más secas, añadir en lugar de glicerina unas gotas de aceite de jojoba, almendras dulces o rosa mosqueta, por ejemplo.

En el caso de las pieles más grasas no se debe añadir ningún tipo de aceite. Primero se debe limpiar la piel, con la piel húmeda, hay que aplicar la mascarilla de forma homogénea, aconsejo hacerlo con un pincel para poder llegar a todas las partes de la cara, sobre todo al lado de la nariz o en la barbilla.

Los laboratorios fabricantes suelen recomendar el tiempo de exposición de la misma. Como pauta, si nos la preparamos nosotros, se suele tener durante 15 minutos aproximadamente, en el caso de las pieles más sensibles, algo menos. Las pieles más grasas pueden tenerla más tiempo en la piel. Al aplicarla, la mascarilla esta húmeda y oscura, cuando pasa un rato, se seca y se aclara, entonces es el momento de eliminarla.

Para hacerlo, es preferible retirarla con agua templada y una esponja o toalla húmeda. Una vez retirada, conviene usar un tónico para acabar de eliminar los posibles restos o calmar la piel si se ha irritado ligeramente. El agua termal es una opción excelente para ello. Posteriormente, aconsejo aplicar un sérum o ampolla hidratante, siempre adecuada para el tipo de piel que tengamos.

-Fangos y lodos

Generalmente estos tratamientos suelen ser corporales, como conocemos en los balnearios o zonas de lodos, en los que se cubre todo el cuerpo de fangos y se reposa si es posible al aire libre y al sol.

En casa, nuestra experta aconseja usar los lodos o barros con envoltorios, aplicar el fango en todas las partes que deseemos, y envolver la zona con papel film (el típico de cocina) dejarlo actuar aproximadamente 40 minutos y posteriormente ducharse. Es normal que se enrojezca algo la piel, pues los fangos suelen tener efecto hipertérmico y vasodilatador. Por eso, en el caso de las personas con la piel sensible y cuando se desea usar para problemas articulares, aconsejo no ponerlo directamente en la piel, poner en medio un paño fino para no irritar demasiado, pero sí sentir el calor del fango. En el caso de las pieles más normales, sobre todo cuando se desea un efecto reductor de la grasa o celulitis, se aplica directamente. Después de lavar la piel, aconsejo aplicar una crema reafirmante. El tratamiento se puede hacer cada dos o tres días.