Seguro que a lo largo de este fin de semana escucharás hablar de la importancia de proteger la piel de una exposición solar excesiva. Siempre es importante, pero en jornadas de concienciación como el Día Europeo para la prevención del cáncer de piel, que se celebra mañana día 13 de junio, este mensaje encuentra un altavoz aún mucho más fuerte.
Aunque existe mayor concienciación sobre la protección frente al sol entre la población española, aún queda mucho por hacer para adoptar unos hábitos saludables. Mensaje que cobra aún más sentido ahora que estamos a punto de dar la bienvenida al verano, la época del año en la que tenemos un mayor contacto con la radiación solar, pero ojo, ¡no la única! La mayoría se protege solamente en verano y, principalmente, cuando acude a la playa o la piscina, pero muy pocos tienen la costumbre de tomar medidas adecuadas a lo largo de todo el año. Asimismo, hay una tendencia general a descuidar aquellas zonas altamente sensibles, como labios, orejas, nariz o párpados. Sin embargo, se ha detectado que muchos de los cánceres de piel tienen su origen en la falta de protección adecuada en estas zonas más vulnerables.
Por eso, a pesar de que los españoles empezamos a concienciarnos con el uso de protección solar, cada año se diagnostican cerca de 3.200 nuevos casos de cáncer de piel y la incidencia continúa aumentando un 10% anualmente. Aquí aparecen dos conceptos mágicos: prevención y diagnóstico precoz. El primero, como la mejor forma de evitar estos tumores, y el segundo, porque una vez aparecen los primeros síntomas de enfermedad, si se diagnostica en una fase temprana, permite curar hasta el 95% de los casos, por lo que es fundamental realizarse evaluaciones periódicas para detectar cualquier alteración cutánea.
Para hablar de cuál debe ser nuestra actitud frente al sol y de cómo prevenir y afrontar el cáncer de piel, hemos hablado con el doctor Juan Francisco Rodríguez Moreno, de la Unidad de Tumores Genito-Urinarios, Ginecológicos y Cáncer de Piel del Centro Integral Oncológico Clara Campal, y colaborador de la Fundación Intheos.
Estamos ante uno de los tipos de cáncer más frecuentes y además, de los que más crecen año a año… ¿tal vez estamos recogiendo los frutos de una mala actitud frente al sol durante años?
Efectivamente, la aparición de tumores provocados por factores ambientales (como el caso del melanoma y la exposición al sol) tiene lugar años después de haber entrado en contacto con el agente que los provoca.
Así los casos diagnosticados en la actualidad son debidos a la radiación ultravioleta recibida en años anteriores. Sin duda, una mayor cultura sanitaria hubiera prevenido muchos de estos casos.
¿Cree que la población está más concienciada ahora de la importancia de proteger la piel frente a los efectos negativos de la exposición al sol?
Sin duda. En este sentido es fundamental el papel de distintos organismos, tanto públicos como privados, que de forma sistemática vienen lanzando intensas campañas de concienciación en las temporadas próximas al verano desde hace varios años.
Igualmente, los medios de comunicación e iniciativas como el día mundial del melanoma, o esta misma entrevista, son claves para la divulgación del problema en la sociedad. El melanoma que mejor se cura es aquel que no llega a aparecer.
¿Quiénes deben tener especial cuidado a la hora de tomar el sol?
Por un lado los niños, pues está demostrado que las quemaduras solares en la edad pediátrica favorecen claramente la aparición de melanomas en la edad adulta.
Por otro, las personas con fototipos de piel clara (es decir, aquellos con facilidad para quemarse por el sol y con pelo y ojos claros). Sin embargo, ningún grupo étnico está a salvo de esta patología.
¿Es el cáncer de piel un tipo de cáncer prevenible?
Sí, hay muchas cosas sencillas que cualquiera de nosotros puede hacer para protegerse de esta enfermedad.
1-Protección ante la radiación ultravioleta. Consiste en maniobras tan simples como evitar el sol (deambular por zonas en sombra o fuera las horas centrales del día), emplear cremas protectoras o utilizar prendas de vestir y gafas con capacidad de protección contra los rayos UV.
2- Detección precoz. Aunque no todos los melanomas aparecen en regiones de piel expuestas al sol y algunas personas desarrollan melanomas en órganos internos (como por ejemplo la mucosa intestinal), si prestamos atención a nuestra piel y la observamos con regularidad, podremos detectar tumores en etapas precoces que pueden curarse en casi todos los casos.
Todos hemos oído hablar del melanoma, pero ¿cuáles son los tipos de cáncer de piel más habituales?
Curiosamente los tumores de piel más habituales no son el melanoma sino los carcinomas espino y basocelulares. Sin embargo, éstas son enfermedades de curso más lento y en los que una detección precoz y su extirpación alcanza la curación en la inmensa mayoría de los casos.
De hecho, suelen ser excluidos de las estadísticas de incidencia del cáncer por su elevadísima frecuencia y excelente pronóstico.
¿Hay algún tipo de predisposición genética a desarrollar este tipo de cáncer? ¿Una persona con muchos lunares y manchas tiene más posibilidades de padecer la enfermedad?
Efectivamente, se han descrito alteraciones genéticas hereditarias que favorecen la aparición de melanoma. Así el tener un familiar con melanoma hace aumentar el riesgo de padecerlo comparado con la población general, y este riesgo se incrementa con cada familiar afecto.
Aunque la inmensa mayoría de lunares jamás degenerará en melanoma, aquellos individuos con múltiples lunares y, sobre todo, si presentan lunares atípicos tiene un mayor riesgo por lo que deben ser seguidos por un especialista en dermatología de forma regular.
¿Cómo debemos actuar cuando notamos alguna lesión pigmentada en nuestra piel?
Cualquier lesión de nueva aparición o que presente cambios debe ser examinada por un especialista. Aunque diferenciar un simple lunar de un melanoma puede ser complejo, se ha descrito la regla del “ABCDE” como una forma de recordar los principales signos de alarma:
-Asimetría (los melanomas suelen tener un contorno asimétrico).
-Bordes (la presencia de bordes irregulares o anfractuosos de un lunar pueden ser signos de malignización).
-Color (los cambios de color en un lunar pueden ser signos de malignización).
-Diámetro (los melanomas suelen alcanzar diámetros mayores que las lesiones benignas)
-Evolución (cualquier lunar que experimente cambios: crecimiento, dolor, enrojecimiento, picor sagrado… deben ser revisados por un especialista).
Una vez que se confirma el diagnóstico y estamos ante un cáncer de piel, ¿cuál es el protocolo a seguir? ¿Cuál es el pronóstico de la enfermedad?
Aunque será nuestro especialista en dermatología quien nos guíe en este proceso las pautas a seguir son muy homogéneas.
-Extirpación de la lesión sospechosa.
-Resección de márgenes suficientemente amplios en función de la profundidad de invasión que tuviera el melanoma.
-Estudio de la posibilidad de afectación a distancia del tumor inicial con técnicas como la biopsia del ganglio centinela y prueba de imagen como el PET-CT (solo en casos con alto riesgo de diseminación de la enfermedad a distancia).
Fotoenvejecimiento y, en los casos más graves, cáncer. Todos tenemos claros los efectos negativos del sol en la piel, pero ¿tiene también algún efecto positivo? ¿Es el sol sólo un enemigo?
El sol es un elemento imprescindible para cualquier forma de vida, y el ser humano no es una excepción. Así, por ejemplo, está demostrado que los países con baja exposición al sol tiene problemas en la producción síntesis de vitamina D y que bajos niveles de esa vitamina pueden favorecer, paradójicamente, la aparición de algunos cánceres. Es la exposición excesiva, la que debe evitarse.
¿Conviene incluir la visita al dermatólogo en nuestra rutina de chequeos anuales o sólo en casos de riesgo?
Aunque no se recomienda un screening poblacional anual de melanoma (es decir, no toda la población tiene que ir al dermatólogo) sí deben hacerlo aquellas personas con lesiones pigmentadas sospechosas o múltiples lunares (especialmente si son lunares atípicos).
Algunas cifras precisan que uno de cada cuatro españoles padecerá cáncer de piel, pero en el lado positivo está que un elevadísimo porcentaje de los casos tratados precozmente se pueden curar. ¿Es la detección precoz nuestro mejor aliado frente a este tipo de cáncer?
Después de la prevención primaria (evitar la exposición excesiva a radiación ultravioleta, especialmente al sol) la detección precoz puede evitar que un melanoma llegue a diseminarse.
Así la inmensa mayoría de casos que se extirpan de forma precoz quedan curados con la resección de la lesión cutánea.
En 1985, A. Bernard Ackerman publicó un editorial en el Journal of the American Academy of Dermatology con el título “Nadie debería morir de melanoma”. Han pasado 30 años, ¿cree que estamos más cerca de este objetivo?
Aunque utópica, es una frase que define muy bien cuánto podemos hacer para combatir este tumor. Desafortunadamente las estadísticas muestran un aumento constante en frecuencia de esta enfermedad en los últimos años. Las campañas activas de prevención deberían sin embargo invertir esta tendencia en los próximos años.