Si alguna vez te has preguntado cuál es el gesto más efectivo para prevenir las arrugas, los dermatólogos colocan a la protección solar en una posición de honor. Aunque recomiendan el uso de fotoprotectores durante todos los días del año, resulta lógico que haya que redoblar esfuerzos en verano, cuando la intensidad del sol y la subida de las temperaturas aumentan el daño que infligen sus rayos. Es por ello que el neceser de vacaciones debe dejar un merecido espacio a las fórmulas que trabajan como escudo protector y, si ya te avisábamos de que los fotoprotectores específicos para el pelo van a ayudarte a que llegues a septiembre con una melena bonita e hidratada, ahora son los expertos quienes advierten de la importancia de aplicar una crema solar para el rostro y otra para el cuerpo. Evitar los granitos de las texturas más grasas, potenciar el efecto antiaging o facilitar la aplicación son algunos de los beneficios que notarás si sigues los consejos de los profesionales.
“Como dermatóloga recomiendo la protección de la piel dentro y fuera de casa los 7 días de la semana de forma prolongada y consistente para evitar las consecuencias de la sobreexposición a los rayos UV (ultravioleta) y a los rayos HEV (luz visible de alta energía)”, explica la Dra. Carla Ferrándiz-Pulido, Dermatóloga del Instituto Médico Ferrándiz-Pulido en Barcelona.
Si antes de llevar a cabo tu ritual protector te preguntas si de verdad es importante invertir en cremas diferentes para la cara y para el cuerpo, los expertos contestan con un sí rotundo, pues cada una de ellas ha sido creada para responder a las necesidades de cada zona específica. Descubre las 3 razones por las que transformarás tu rutina de protección solar a partir de este verano:
1. Evitarás los granitos y la deshidratación
“Al elegir una crema solar para el rostro, podemos adecuarla a nuestro tipo de piel: grasa, mixta, normal o seca. De esta manera evitamos problemas posteriores”, revela Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia, quien señala uno de los más comunes y el tipo de fórmula con la que solucionarlo: ”Las pieles con acné, para las que elegir un fotoprotector no comedogénico, oil free y con acabado mate es fundamental”.
2. Prevendrás las arrugas
“El envejecimiento de la piel es un trastorno natural que la mayoría de las personas empiezan a padecer a partir de los 25 años. En muchos casos, este envejecimiento prematuro se produce por cuestiones genéticas, sin embargo, nuestra piel se expone constantemente a situaciones poco saludables”, revelan los especialistas de Masderm. Para combatir no solo la aparición de arrugas, sino de manchas y otras imperfecciones, Rocío Escalante avisa de que la respuesta está en el tipo de fórmulas que eliges: “Muchas cremas solares para el rostro incluyen activos antiedad, despigmentantes, antioxidantes… que no suelen estar presentes en los solares para el cuerpo” y también recomienda un fotoprotector de amplio espectro para evitar las quemaduras.
Otra de las dudas que les surgen a muchas a la hora de elegir la fórmula ideal es si los cuidados hidratantes que inlcuyen protección solar serían suficientes para ir a la playa o a la piscina... la respuesta es un no: “Las cremas hidratantes con SPF no suelen presentar filtros tan altos como los fotoprotectores. Además, al aplicarlas no solemos ser tan generosos como como la crema solar”, aclara la titular de Arbosana Farmacia, quien recomienda que en verano se refuerce la protección incluso en el día a día, aunque no vayas a tomar el sol.
3. Facilitar la aplicación
Y es que, la textura de cada una de las cremas que utilizas durante tu rutina protectora está pensada para una aplicación a medida: “Las características de la piel y sus necesidades no son las mismas. La piel del rostro es mucho más sensible y está más expuesta al sol, por lo que es normal necesitar un factor de protección más alto. La piel del cuerpo, en general, es más seca y resistente, aunque también hay que protegerla del sol”, comienza Rocío Escalante, quien añade que “para el rostro se utilizan fluidos y cremas, mientras que para el cuerpo podemos elegir leches, bálsamos, aceites, brumas o sprays que se aplican más fácilmente que las cremas, y son más adecuados para zonas más amplias”.
Por último, uno de los problemas que evitarás cuando adaptas la fórmula a la superficie en la que la usas es combatir la pereza. Los dermatólogos te recomiendan que vuelvas a aplicar el fotoprotector cada 2 horas y también siempre que salgas del agua, por lo que cuánto más fácil sea el proceso, menos tentaciones tendrás de saltártelo. Como consejo extra, los labios: “Mención especial merece la piel de los labios, mucho más fina que la del resto del rostro. Los labios también sufren las consecuencias de la radiación solar (aunque no sean tan visibles, pueden sufrir quemaduras, que podrían dar lugar a un carcinoma)”, concluye la experta farmacéutica, quien recomienda un bálsamo con SPF 30 o superior.