Tez ultrajugosa y satinada, iluminador, un toque de gloss y, a veces, un poco de sombra irisada. No hace falta más para recrear el look más actual de esta temporada, caracterizado por una sobriedad exquisita y muy sofisticada, de una naturalidad perfeccionada.
Los secretos del look
Menos maquillaje y más naturalidad. Poca cobertura y un extra de hidratación. Y mucha, mucha, mucha luminosidad en una piel radiante y pluscuamperfecta. Es la clave de la tendencia baby skin –piel de bebé–, que se transforma en la versión sublimada del no makeup makeup , huyendo de los acabados mates y apostando por un aspecto fresco, acompañado de tonos nude y acabados luminosos con un punto glossy.
¿Natural? Sí. ¿Desvaída? ¡No!
Uno de los grandes retos de este tipo de look es mantener la naturalidad y, a la vez, resultar favorecedor, pues extender base por todo el rostro y luego no “jugar” un poco con el maquillaje y aportar color tiene el efecto contrario al buscado: lejos de vernos mejor, el rostro parece sumergido en lejía, como si fuéramos familia cercana de Casper. Así se evita:
Menos es más
A la hora de extender la base , es preferible empezar donde hace falta más cobertura y, en el resto de la tez, aplicar menos producto. Es un gesto sencillo que (a) permite ahorrar cantidad de producto (¡y dinerito!) y (b) ayuda a crear volumen en los rasgos de forma automática, manteniendo, además, la naturalidad del cutis.
Si no se va a usar apenas maquillaje de color, es preferible no extender la base ni por los párpados ni sobre los labios, pues les da un tono demasiado claro. En cambio, este gesto sí resulta aconsejable cuando se van a maquillar ojos y boca, ya que aporta un lienzo donde luego se fija mejor el color.
La justa definición
Para evitar ese efecto “borrado” que puede conllevar el no makeup makeup, hay que destacar de forma muy sutil algunos puntos estratégicos del rostro. Sin colores llamativos ni líneas intensas ni muy marcadas, pero sí creando un suave contorneado. Definir las cejas –imprescindible–, un toque de colorete para aportar frescor, quizás un suavísimo contouring para proyectar volúmenes, un toque de gloss en los labios y algo de máscara, especialmente cuando las pestañas son claras, resulta necesario para aportar armonía a los rasgos.
Aceites
Más brillo que color
Recrear el look baby skin no significa ir a cara descubierta, al contrario: es puro trampantojo, una ficción creada para sublimar los rasgos de forma que parezca que no llevamos nada y engañar a la vista. Por eso, es esencial acertar con los tonos para ojos y boca y moverse con sofisticación en la gama “segunda piel” de los nude más favorecedores: han de ser similares al tono de la piel, pero ligeramente más oscuros y con un reflejo rosado o melocotón (según el subtono cutáneo, frío o cálido), para dar un aspecto juvenil. Se deben evitar los nude más claros que la tez y con reflejos rosa azulado o gris, pues restan expresividad.
Juego de luz
El iluminador es el perfecto todoterreno. No solo para dar volumen a los pómulos, sino también para jugar con él sobre los labios o a modo de sombra, creando coquetos reflejos.
Polvos de acabado vs. polvos fijadores
Aviso para no usuarias: un toque muy –pero muy, muy– ligero de polvos es el secreto para finalizar con éxito un gran maquillaje. Pero...no basta con saber usarlos, también conviene diferenciar los fijadores (los más tradicionales) de la nueva generación de polvos de acabado o finishing powder . Los primeros contienen mayor cantidad de talco (lo que les puede hacer más pesados) y están destinados, sobre todo, a controlar brillos (¡tan agradable en pieles grasas!), a matificar y a alargar la duración del fondo de maquillaje. Los polvos de acabado son más ligeros, no matizan de la misma forma (su poder de control de brillo es reducido) y están pensados para sublimar, más que para matificar. ¿Hay alguno mejor que otro? No. Se trata solo de saber cuál es el efecto buscado. En pieles con brillos , en climas húmedos o cuando se busca un efecto ‘non-transfer’ o de larga duración, son preferibles los polvos fijadores, mientras que los de acabado son idóneos para una textura de piel de porcelana, para sellar el corrector (por su delicadeza, se pueden aplicar en la ojera) o para dar un brillo satinado.
Gloss
Acabado dewy
El aceite facial, aliado
La tendencia baby skin pasa por un cutis de aspecto muy jugoso. Mucho. Hidratado a la máxima potencia, luminoso y con el brillo que tiene la piel joven, y un buen aceite de tratamiento es clave.
De noche
Aplicado antes de la crema, aporta nutrición y suavidad, complementando la acción del tratamiento habitual, siendo, además, el complemento perfecto para el masaje facial.
De día
Un regalo para las pieles que necesitan nutrición o los climas muy secos. Se aplica después o en vez del sérum , en poca cantidad y extendiendo también por cuello y escote.
Mezclado
El aceite es el secreto del acabado más jugoso del maquillaje. ¿Cómo? Se pueden mezclar dos gotas con la base: esto le da un aspecto muy fresco e hidratado a la piel. Eso sí: hará falta trabajar más el fondo y darle tiempo para que seque y se fije.
Iluminadores
Efecto highlighter
Este truco pertenece al baúl de los secretos de los grandes maquilladores: para un acabado de piel superglowy , nada como extender un poco de aceite sobre la base, con el maquillaje ya finalizado, que actuará como iluminador. Cuidado con aplicarlo directamente sobre la piel: para evitar que todo el look se emborrone, primero hay que depositar una gota –una y no más, palabra– sobre el dorso de la mano, dar unos toquecitos con las yemas y posar los dedos con suavidad sobre la piel, sin arrastrar. El efecto final es pura luz, pero ¡ojo!, mejor reservar este tip para el pelo recogido, o el cabello acabará pegándose a la piel.
Mirada suave
El mayor reto de este tipo de looks es resistir la tentación de marcar los ojos: mantenerlos sin maquillar aporta un aire de inocencia muy Bridgerton al rostro, pero resta intensidad a la expresión. Para darles fuerza, se puede aplicar una única capa de máscara –sin rizar las pestañas–, marcar la cuenca con una sombra nude y extender iluminador por todo el párpado móvil.
Cuestión de acabado
Como si estuviéramos escogiendo la pintura de una estancia, cuando se trata del look baby skin, el acabado es tan importante como el color. Tanto al aplicar el fond de teint como al extender el colorete, la sombra o el labial, hay que olvidarse de las texturas ultramates y pesadas para jugar con lociones, fluidos, cremas y geles. Al ser más ricos en elementos hidratantes, estos productos dejan un acabado jugoso que transmite frescura. A medida que el agua de las fórmulas se evapora, se pierde el acabado; para recuperarlo, basta vaporizar una bruma hidratante para que la piel vuelva a tener su aspecto luminoso.