Entre las técnicas más populares se encuentra también el shading. A diferencia del nanoblading, este procedimiento que consiste en una combinación de técnicas de micropigmentación para lograr unas cejas perfectas y con un diseño personalizado. Consiste en un proceso de dos sesiones, separada una de otra por cuatro semanas. En las que primero se crea un diseño, un color y forma para las cejas personalizadas y luego procede a micropigmentar con una técnica completamente manual.