Lactobacillus, bifidus, bifidobacterium... son palabras que seguramente ya has incorporado a tu diccionario. Son de sobra conocidas las propiedades nutricionales de estas bacterias "buenas" que actúan en el organismo reforzando y manteniendo el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. De la misma forma que han ganado peso en la alimentación, esos probióticos llegaron para quedarse también a las cremas. Pero, ¿qué papel juegan en la cosmética? Sus beneficios parten de que uno principales mecanismos de defensa de la piel, su función esencial, se debe precisamente a esas bacterias que la cubren y protegen.
Los expertos de la firma Dr. Schrammek confirman que las bacterias tienen efectos positivos en nuestra piel porque construyen una flora natural, el llamado microbioma de la piel. Esto es tan individual como nuestra forma de ser o nuestra huella dactilar. Así, los microorganismos difieren de una persona a otra y varían según el ADN, la edad, el sexo y el estilo de vida. En los últimos años, los investigadores han descubierto que cuando la diversidad bacteriana natural en la piel, o el microbioma, está equilibrado, es un escudo de protección natural imprescindible para mantener una piel sana.