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Hoy, 5 de junio, se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, y hemos querido aprovechar la ocasión para acercarte a un buen número de firmas cosméticas comprometidas con esta causa.

La tendencia de una cosmética natural, más respetuosa con el planeta, orgánica, que no testa en animales, es cada vez más una realidad. Pero aún queda mucho camino por hacer. Y si los grandes imperios de la cosmética ya toman nota y van adquiriendo cada vez más compromisos con la defensa del planeta, hay otras firmas que han hecho de ese compromiso su filosofía. ¿Quieres ver algunos ejemplos?

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Si hay una firma que relacionamos con su compromiso con el medio ambiente y con la cosmética responsable, esa es The Body Shop, que tiene en marcha distintos programas respetuosos con el planeta, sin renunciar a la calidad. En la firma, están en contra de las pruebas en animales, producen PET 100% reciclable y apoyan a los agricultores. Una de sus últimas iniciativas es su objetivo de reducir el uso de plásticos derivados de combustible fósiles en sus envases en un 70% para el año 2020. Así, la empresa de cosmética ética se asocia con expertos en tecnología e investigación para crear nuevas soluciones de envasado para productos, que incluyan el packaging, el diseño del producto y estrategias para la prolongación de la vida del mismo.

En la imagen, su Aceite Corporal de Lima Kafir de Tailandia, de su línea Spa of the World, reafirmante y tonificante, y que contiene aceite de marula de Comercio con Comunidades .

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APIVITA es una compañía que nace en Grecia y desde 1979 crea productos naturales, eficaces y holísticos para la salud y la belleza. Estos factores son los pilares sobre los que se ha construido la marca a lo largo de su historia. Con el fin de mantenerse fiel a sus valores y su misión APIVITA promueve un estilo de vida natural con responsabilidad y respeto por el medio ambiente. Para ello, además de utilizar ingredientes naturales y respetuosos, a la hora de fabricar los productos, minimizan lo máximo posible los materiales que usan para el envasado, e incrementan con el tiempo, el uso de materias primas recicladas o certificadas ecológicamente.

Su filosofía verde se refleja de manera evidente en sus instalaciones bioclimáticas en Grecia, que incluyen un sistema de tratamiento de residuos biológicos para los residuos procedentes de la fabricación, además de contar con un sistema de fuentes de energía renovable.

En la línea Queen Bee (en la imagen, el sérum), la firma ha sustituido el agua por una infusión de rosa silvestre griega orgánica procedente de Nymfaio, Florina, que posee un elevado contenido de polifenoles y potencia el efecto antioxidante de los productos.

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Otra de las firmas que tiene un lugar privilegiado en su compromiso medioambiental es APoEM: todos los productos tienen mínimo un 95% de ingredientes naturales. Libre de conservantes, derivados del petróleo, siliconas, colorantes artificiales, sulfatos e ingredientes de origen animal.

Además es una marca verdaderamente “obsesionada” con la seguridad y la transparencia en la información sobre sus productos. Muchas veces se confunde seguridad con el origen natural de los ingredientes, asociación no siempre correcta. Sin embargo el compromiso de APoEM es declarar una naturalidad de al menos el 95% de los ingredientes. 

En la imagen,  APoEM Replenish Body Oil, un aceite corporal con maderas preciosas e incienso.

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AVEDA merece una mención especial. Fundada en 1978 con el objetivo de proporcionar a los profesionales de la industria de la belleza productos de elevado rendimiento basados en plantas, que fueran mejores para los profesionales y para sus clientes, además de para el planeta. Aveda fabrica productos para el cuidado del cabello, de la piel y accesorios de estilo de vida que no testan en animales, y basa su filosofía en un ecosistema empresarial en el que los objetivos económicos, medioambientales y de comercio justo funcionan en sinergia.

En armonía con esta ética, Aveda se dedica por entero a dirigir sus negocios de una manera sostenible y responsable desde el punto de vista medioambiental, liderando con el ejemplo y demostrando que la naturaleza puede ser un modelo de éxito empresarial. Esta forma de entender la belleza ha llevado a la firma a convertirse en líder en la utilización de ingredientes con certificado orgánico y de material reciclado en los envases de sus productos. Además es la primera empresa del sector de la belleza cuyo centro de distribución y la planta de fabricación primaria se abastece 100% de energía eólica.

Aveda Sun Care Protective Hair Veil, de su línea solar, cuyo ingrediente principal es la jara o Cistus ladaniferus. En 2002 la firma ayudó a que un proveedor de Andalucía iniciara los trámites para lograr la certificación orgánica de su aceite esencial de jara, que ya es un hecho. Actualmente, la marca compra el 90% del aceite de jara orgánica producido por este proveedor en Andalucía.

 

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En Handmade Beauty parten de un manifiesto que es toda una declaración de intenciones: "Creemos en la naturaleza por eso sólo usamos productos orgánicos. En el poder de las plantas. En menos es más cuando los ingredientes son los adecuados. En la vida, no testamos con animales. En el trabajo manual, productos hechos con cuidado y cariño. En el comercio justo. En nuestros artesanos. En la colaboración con otras comunidades que comparten nuestra filosofía".

Diana Burillo, alma mater de la firma, lleva su filosofía a todos los rincones tanto de sus centros como de sus cosméticos. Un ejemplo es este Exfoliante de Azúcar Orgánico y Pomelo, que se presenta en un envase de cristal que, además, es reutilizable.

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Leonor Greyl lleva más de 45 años formulando cosmética natural para el cabello y, además, respetuosa con el medio ambiente. Y todavía hoy, más que nunca, apuestan al 100% por tratamientos altamente eficaces respetuosos con el medio ambiente y a base activos naturales. Su línea está siempre libre de siliconas, sulfatos y parabenos. 

Un caso muy destacable es el de su L’Huile de Leonor Greyl. Originariamente llamado Huile de Palme y uno de los productos míticos en el cuidado capilar, nació en 1971 como un aceite natural para nutrir, cuidar y mimar el cabello. Ya entonces, Leonor Greyl se preocupaba de respetar el medio ambiente: “El aceite que utilizábamos era siempre 100% orgánico, producido en una plantación de Colombia que trabajaba únicamente con sistema que respetaban la biodiversidad, conservando la herencia natural de las áreas locales. Ninguna de nuestras prácticas causaba deforestación alguna, ni siquiera parcial”, explica la directora de la marca e hija de su fundadora, Caroline Greyl. A pesar de ello, en el año 2013, siendo de nuevo pioneros y conscientes del problema ecológico que el uso del aceite de palma estaba provocando en todo el mundo, la marca decidió renunciar al mismo por completo. El aceite pasó a llamarse L’Huile y eliminó el polémico aceite no sólo de su nombre, sino, sobre todo, de su fórmula -cambiando el aceite de palma por aceite de copra refinado purificado con certificado bio-, una decisión arriesgada teniendo en cuenta que era el best seller de la marca. Pero una decisión ética que se ha visto respaldada por el apoyo de los seguidores de la marca: las ventas son hoy incluso mayores. 

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En Mádara insisten en que no hay solo un día dedicado al medio ambiente, hay todo un año. Y es que sus productos se desarrollan en el avanzado laboratorio propio de la firma en Riga (Letonia) partiendo de ingredientes 100% naturales procedentes de cultivos ecológicos de los países Nórdicos y Bálticos.

Todas las fórmulas de la firma cumplen, hasta en el packaging, con los más altos estándares internacionales de ecologismo, sostenibilidad, respeto por el medio ambiente, los animales y la piel (incluido el evitar potenciales alérgenos como los frutos secos o el gluten) y cuentan con las más prestigiosas certificaciones oficiales. En España se pueden encontrar en e-shops como www.adonianatur.com (que también cuenta con tiendas físicas en Madrid y Barcelona).

En la imagen, su mascarilla hidratante SOS Instant Moisture Hydra Mask.

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La marca americana StriVectin, para cumplir con su responsabilidad social y medio ambiental, elabora cosméticos de origen vegetal libres de parabenos y alcohol puro, además de no incluir ingredientes nocivos para el entorno. Este es el caso especial de sus exfoliantes, en los que no incluyen las micropartículas de plástico que muchos otros productos de este tipo incorporan para facilitarla exfoliación y que contribuyen a la alarmante contaminación de ríos, lagos y mares.

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Tata Harper es una firma de cosmética ecofriendly que sólo usa ingredientes 100 % naturales y no tóxicos, libres de sintéticos químicos; con fórmulas originales de principio a fin, invierte en investigación para seguir mejorando cada día y con hasta 29 ingredientes activos.

Produce sus productos en su totalidad en la ciudad de Vermont (USA) y tienen un carácter que respeta a la naturaleza, utilizando siempre que es posible envases de cristal y etiquetas procedentes de fuentes no nocivas.

¿Su producto estrella? Illuminating Eye Cream, un contorno de ojos iluminador que usa polvo de diamante y una mezcla especial de minerales para crear un sutil velo difuminador que ilumina y abre la mirada. Hidrata en profundidad la delicada piel de esta zona, ayuda a reducir la apariencia de las arrugas y las patas de gallo, y atenúa las bolsas, las ojeras y otros signos de fatiga. No contiene agentes tóxicos, colorantes artificiales, fragancias artificiales, componentes químicos de síntesis ni organismos genéticamente modificados.

En España, puedes encontrar esta firma solo en www.jcapotecari.com

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Por su parte, la firma Lush inventa, fabrica y vende al por menor cosméticos elaborados a mano con productos frescos. Estamnos ante una empresa de belleza con alma activista, que cuenta con una estricta política sobre las pruebas en animales y lidera la industria cosmética para combatir el uso de envases mediante el desarrollo de productos que puedan venderse 'tal cual' al consumidor.

La barra de champú New es un champú sólido con canela, clavo y menta para estimular el cuero cabelludo.

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