Leonor Greyl lleva más de 45 años formulando cosmética natural para el cabello y, además, respetuosa con el medio ambiente. Y todavía hoy, más que nunca, apuestan al 100% por tratamientos altamente eficaces respetuosos con el medio ambiente y a base activos naturales. Su línea está siempre libre de siliconas, sulfatos y parabenos.
Un caso muy destacable es el de su L’Huile de Leonor Greyl. Originariamente llamado Huile de Palme y uno de los productos míticos en el cuidado capilar, nació en 1971 como un aceite natural para nutrir, cuidar y mimar el cabello. Ya entonces, Leonor Greyl se preocupaba de respetar el medio ambiente: “El aceite que utilizábamos era siempre 100% orgánico, producido en una plantación de Colombia que trabajaba únicamente con sistema que respetaban la biodiversidad, conservando la herencia natural de las áreas locales. Ninguna de nuestras prácticas causaba deforestación alguna, ni siquiera parcial”, explica la directora de la marca e hija de su fundadora, Caroline Greyl. A pesar de ello, en el año 2013, siendo de nuevo pioneros y conscientes del problema ecológico que el uso del aceite de palma estaba provocando en todo el mundo, la marca decidió renunciar al mismo por completo. El aceite pasó a llamarse L’Huile y eliminó el polémico aceite no sólo de su nombre, sino, sobre todo, de su fórmula -cambiando el aceite de palma por aceite de copra refinado purificado con certificado bio-, una decisión arriesgada teniendo en cuenta que era el best seller de la marca. Pero una decisión ética que se ha visto respaldada por el apoyo de los seguidores de la marca: las ventas son hoy incluso mayores.