El efecto labios mordidos consiste básicamente en lograr un efecto de naturalidad en el labio como si no estuviese maquillado a conciencia, sino más bien como si fuese el mismo rojo de la pigmentación del labio cuando nos mordemos. Para ello, y paradójicamente, Marian Martínez, especialista de Sephora, asegura que "es muy importante que el labio esté bien acondicionado, que no tengamos pielecitas (habiéndolo exfoliado previamente) y bien hidratado".
Conviene escoger labiales en tonalidades rojo fresa que son los idóneos para conseguir este efecto. Después, continúa Marian, "aplicaremos el color directamente con la barra o a suaves toquecitos con el dedo depositando la mayor cantidad en el centro del labio y degradándolo hacia las comisuras para que la mayor pigmentación quede en el centro". Un truco para lograr este acabado es huir de los perfiladores y las brochas de labios, ya que según Marian, "nos van a dar un trazo más marcado y precisamente lo que buscamos es un labio muy natural y sutil".