Como cada año, Mónaco se ha vestido de gala para celebrar por todo lo alto una nueva edición de su famoso Baile de la Rosa. Una gran velada que se remonta al año 1954, cuando Grace Kelly lo organizó por primera vez para dar la bienvenida a la primavera y conseguir, además, recaudar fondos para causas benéficas. Desde entonces, la familia Grimaldi sigue la tradición y reúne en el salón Salle des Étoiles del Sporting de Montecarlo a lo más selecto de la sociedad, que participa en este acontecimiento para contribuir con la Fundación Princesa Grace, destinada a ayudar a niños desfavorecidos y a personas con diferentes dificultades.
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Así, el pasado sábado en la 68ª edición del baile, Carlota Casiraghi volvió a ser una de las más aclamadas gracias a su indudable belleza. La hija de Carolina de Mónaco siguió dress code de la fiesta, que en esta ocasión trataba sobre la temática disco de los años 70 y 80, pero eso sí, no renunció a su estilo sencillo. La Royal se decantó por adaptar su maquillaje y su peinado a la tendencia coquette, esa que no hemos dejado de ver los últimos meses y en el que el rosa es el protagonista, luciendo su melena en un semirecogido muy favorecedor peinado sin raya hacia atrás. Aunque no añadió un lazo al peinado como suele ser habitual en esta beauty trend, sí que optó por la delicadeza del mismo, dejando varios mechones sueltos sobre los laterales de su rostro.
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En cuanto al maquillaje, Carlota quiso resaltar sobre todas las cosas, su mirada, apostando por delinear intensamente sus párpados alargando el eyeliner negro hasta el extremo del ojo creando un efecto cat-eye. La hija de la princesa Carolina sucumbió al rosa para dar a su sencillo beauty look un toque romántico y coquette, resaltando sus mejillas con un colorete en este tono tan favorecedor para la primavera y para todas las tonalidades de piel. Un color que también utilizó en sus labios, que maquilló con un labial mate rosado para lograr un resultado muy natural con el que acertó.
No hay duda de que Carlota Casiraghi ha heredado la belleza de su madre Carolina de Mónaco y de su abuela, la icónica Grace Kelly. Su parecido es innegable, pero además, las dos son el reflejo perfecto de que muchas veces, la sencillez en un look y en un peinado es todo lo que se necesita para ir perfecta. Así, la princesa Carolina también resaltó, al igual que su hija, su mirada con un delineador intenso de color negro en el párpado móvil, eso sí, sin alargarlo tanto como Carlota.
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