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Las celebrities llevan tiempo denunciando las consecuencias a las que hacen frente por estar tan expuestas a la opinión pública y echando la vista atrás recordamos las críticas que recibió Camila Cabello tras revelarse unas fotos suyas haciendo deporte al aire libre. Lucía Rivera también ha hablado sin filtros del tipo de problemas que ha tenido que combatir a causa de las redes y se ha planteado un propósito que compartía recientemente, "no quiero ser dañina para que haya personas que caigan al igual que caí yo en comparaciones que no han hecho nada más en mí que crear un profundo vacío". En cuanto a nuestra protagonista de hoy, Anne Hathaway, sabe de sobra lo que supone el perder el favor de la gente ya que fue precisamente lo que le sucedió después de ganar el Oscar a Mejor actriz en 2013 por su interpretación de Fantine en Los miserables.
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Puede presumir de tener una carrera tan longeva como plagada de proyectos de primer nivel y a día de hoy está considerada como una de las estrellas más estilosas del panorama internacional y de emocionar de cuando en cuando a los fans de la película El diablo viste de Prada reinterpretando algún look de Andy Sachs. Sin embargo, hace diez años se convirtió sin motivo alguno en el blanco de un movimiento virtual bautizado como "Hathahate" (del acrónimo de su apellido y hate, "odio" en inglés) al que muchos se sumaron por encontrar a la actriz "irritante" en un momento cumbre de su vida profesional: ganar un Oscar a Mejor actriz.
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El resultado tras la cantidad de críticas recibidas resultó en una Anne "en shock" y "avergonzada" como ha confesado en el discurso que acaba de dar con motivo de la 29ª gala anual Women in Hollywood celebrada por la edición estadounidense de Elle. Sin embargo y con el tiempo, se demostró a sí misma su capacidad de resiliencia, es decir, de superar situaciones traumáticas: "Hace diez años me dieron la oportunidad de mirar el lenguaje del odio desde una nueva perspectiva", recuerda la estrella, quien añade para poner a la audiencia en contexto que "este fue un lenguaje que yo había empleado conmigo misma desde que tenía siete. Y cuando tu dolor autoinfligido de repente se amplifica hacia ti, digamos, con todo el volumen de internet... Es algo fuerte".
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¿Su respuesta ante tal nivel de rechazo? "Cuando me pasó, me di cuenta de que no. Este no era mi sitio. Cuando lo que sucedió, sucedió, me di cuenta de que no tenía ningún deseo de tener nada que ver con esta línea de energía, a ningún nivel. No volvería a crear arte desde este nivel", apunta la estrella sobre su decisión de dejar de odiar por completo y de manera irrevocable. "No volvería nunca más a reservar espacio para ello, a vivir aterrorizada por ello, ni a hablar su lenguaje por ninguna razón, a nadie, incluída a mí misma". Y como colofón final, nos quedamos con esta frase: "Lo que quiero decir es que te sientas feliz por las mujeres. Punto. Especialmente siéntete feliz por las mujeres que consiguen grandes retos. En fin, no es tan difícil".
