Siempre ha sido uno de las actrices con el físico más espectacular de Hollywood. De hecho, su salida del mar enn bikini como "chica Bond" en Die Another Day (2002) es una de las secuencias más icónicas de la historia del cine. Y aunque en estas casi dos décadas, la actriz de 54 años ha demostrado una y otra vez mantenerse muy en forma, ahora mismo está más tonificada que nunca. Como suele suceder entre intérpretes, ha sido el guion quien ha marcado su transformación física, para la que Halle Berry ha tenido que entrenar con una de las disciplinas más intensas, MMA (artes marciales mixtas).
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Ya en la pasada gala de los premios Oscar, celebrada a finales de abril, pudimos apreciar que Halle Berry tenía los brazos muy tonificados; un físico que la actriz de 54 años ha dejado patente en su último reportaje para una publicación estadounidense. En ella, se han podido ver algunos planos de su próximo estreno, Bruised, un drama deportivo en el que interpreta a una luchadora de MMA, una combinación de distintos tipos de combate. El papel le ha servido para ponerse todavía más en forma gracias a un deporte que, como ha dicho, adora. Sin embargo, se trata de una disciplina tan intensa que la actriz se rompió dos costillas al comienzo del rodaje.
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Aunque, como cualquier arte marcial o combate debe practicarse con precaución, el MMA es un deporte muy completo. Igual que el boxeo, ayuda a tonificar todo el cuerpo, especialmente abdomen, espalda y brazos, al tiempo que mejora la capacidad cardiovascular y quema mucha energía: hasta 500 kcal en una hora de ejercicio. Por otro lado, ayuda a mejorar la coordinación, el equilibrio y la agilidad, e, igual que otros deportes de defensa, mejora la autoconfianza y sirve para descargar estrés. Muchos beneficios que han conquistado a Halle Berry, quien, por otro lado, ya practicaba boxeo -fitboxing, en realidad- y se ha preparado con ejercicios funcionales específicos para esta película. Según ha contado, uno de sus objetivos era tener los abdominales muy definidos, y viendo las secuencias de la producción podemos confirmar que lo ha logrado.
La primera película que dirige
Bruised ha requerido tres años para producirse y supone el debut de Halle Berry como directora. Distribuida por Netflix, la película iba a estrenarse el pasado otoño, aunque finalmente llegará a las pantallas el próximo 24 de noviembre. Con ella, Halle Berry busca volver a colocar su nombre en lo más alto de la industria ya que, ha revelado, desde que ganó el Oscar por su papel en Monster's Ball (2002), los grandes directores no han contado con ella para sus trabajos más importantes.