Cate Blanchett y la razón por la que asegura no tener miedo a las arrugas

La actriz se une a otras de sus compañeras de profesión y acepta con optimismo el paso del tiempo

Por Hola.com

Es una de las actrices más respetadas de la industria del cine y, aunque lleve 24 años protagonizando películas, su físico ha permanecido casi inalterable a lo largo de todo ese tiempo. A sus 49 años, Cate Blanchett continúa mostrando la imagen natural con la que comenzó su carrera, un truco que también le funciona a Jennifer Aniston, quien confía en el mismo corte de pelo desde hace 18 años. Pero aunque la genética esté de parte de la australiana, ha confesado que no tiene miedo a envejecer; de hecho, asegura no preocuparse por ello. Con esta actitud, Cate apoya el movimiento que ya empezaran otras compañeras como Salma Hayek o Courteney Cox.

“No pienso nunca en el envejecimiento hasta que alguien saca el tema de conversación”. Las declaraciones de Blanchett recogidas en W Magazine van en línea con las de otras actrices que tampoco ven el paso del tiempo como algo negativo. Por ejemplo, Salma Hayek, quien subió orgullosa un selfie a Instagram en el que se le podían ver las canas, o Courteney Cox, otra estrella que ha admitido sentirse contenta por haber aprendido a aceptar que el envejecimiento forma parte de la vida.

Por su parte, Cate Blanchett asegura no tener ningún problema con las arrugas porque no las percibe como algo negativo: “Cuando pienso en los rostros más inspiradores, serían Louise Bourgeois y Georgia O’Keeffe. Busco dentro del espíritu de la mujer y eso es lo que adoro”. De hecho, cuando le preguntan por su rutina de belleza, la estrella no menciona ninguna crema antiedad, a pesar de haber sido imagen de la lujosa firma de cuidado de la piel SK-II durante 15 años.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Jeanine Lobell (@jeaninelobell) el

En cuanto a su look preferido para maquillarse, la simplicidad vuelve a ser su máxima y limita los pasos diarios a dos: máscara de pestañas y labial de acabado mate. Aunque parezcan pocos, lo cierto es que ambos gestos tienen un enorme poder de transformación. En primer lugar, la máscara consigue abrir por completo la mirada, embellecer la forma del ojo e intensificar el color del iris. En cuanto a la barra de labios, le da un toque de color al rostro y delimita los contornos de los labios instantáneamente. Un ritual simple pero efectivo e ideal para aquellas que, como la actriz, tienen un tono de piel uniforme y pueden olvidarse de la base de maquillaje.