Hay vestidos que entran a formar parte del imaginario colectivo cuando todos pensamos en doña Letizia. Se ganan, por méritos propios, un lugar de honor en nuestra memoria. Y sin duda, el diseño de cuento de Felipe Varela con el que la Reina acudió a la cena de gala organizada en honor del presidente de Perú y su esposa es uno de ellos. Un espectacular diseño que, además, nos ha permitido comprobar cómo con el paso de los años -ocho desde que lo estrenó, el 28 de abril de 2011 en la cena de gala anterior a boda de los Duques de Cambridge en Londres- la esposa de Felipe VI ha ido mejorando su forma física. El escote corazón de este diseño de muselina y tul gris lavanda bordado dejaba, de nuevo, sus brazos al descubierto, pero ahora más tonificados que nunca, como podemos ver en el número de la revista ¡HOLA! de esta semana.
La Reina volvió a dejar constancia de su buena forma física en esta reciente aparición y sus brazos estuvieron, de nuevo, en el punto de mira, más tonificados que nunca. Su aspecto físico confirma que el ejercicio forma parte de su día a día y que presta especial atención a esta parte de su cuerpo. Con este último look de gala resulta inevitable recordar el día que estrenó este diseño de Felipe Varela, en la cena de gala previa al enlace del príncipe Guillermo y Catherine Middleton. Doña Letizia presumía entonces de una figura envidiable, pero lo cierto es que sus brazos eran entonces más finos y menos definidos que en la actualidad, cuando la vemos con una imponente forma física. Un cambio espectacular el de la Reina, resultado de horas de gimnasio junto a una cuidada alimentación.
Así, a base de mucha disciplina, tanto en su rutina de ejercicios como en su dieta, durante estos años la Reina ha remodelado su cuerpo. Aunque no era especialmente deportista antes de entrar a formar parte de la Familia Real, sí que podemos afirmar que, con el paso de los años, ha ido incorporando el deporte a su vida. Hace pesas para fortalecer sus extremidades superiores, y según diferentes fuentes, práctica ejercicio en el gimnasio que tiene en su residencia, donde alterna pesas, planchas, gomas, aeróbic y máquinas.
Y precisamente este cambio hace que no se aprecie el paso de los años en una zona especialmente sensible, pues las extremidades superiores denotan mucho el paso del tiempo y el efecto de la gravedad, especialmente en las mujeres, que habitualmente tienen menos musculados los brazos. Para conseguir unos bíceps estilizados y tonificados como los de doña Letizia, la constancia en la práctica de deporte y mantener un plan de alimentación equilibrado son fundamentales. Como complemento a estos buenos hábitos, existen tratamientos estéticos con los que potenciar la belleza de la zona. Miguel Rojo, director de Cool Health Club, nos explicaba que la tonificación de esta zona va a depender de tres factores principalmente: la genética, la alimentación y el ejercicio. "El primer aspecto no lo podemos controlar, pero la alimentación y ejercicios que hacemos sí", asegura el entrenador personal.
"La genética ayuda, pero no siempre va acompañada de tersura y musculatura", nos dice la entrenadora personal de la Unidad Metabólica y de Control de Peso de Instituto Médico Ricart. "Para conseguir unos bíceps y tríceps perfectamente definidos es fundamental seguir un plan de trabajo diseñado por un profesional quien, después de realizar un estudio personalizado, debe establecer un entrenamiento a nivel cardiovascular y de fuerza integral", asegura, y hace hincapié en un dato importante que debemos tener en cuenta: "Fortalecer un brazo femenino requiere esfuerzo y paciencia porque la fuerza de la gravedad es más estricta que en el caso de los hombres. Resulta vital una rutina de ejercicios alternos durante un mínimo de 3 días a la semana centrada en tonificar bíceps y tríceps". Ya sea en casa o en el gimnasio, la entrenadora aconseja realizar ejercicios de curl de bíceps con pesas, barra o estirando desde un TRX que se puede enganchar en la misma puerta de casa. Los ejercicios de tríceps son todavía más importantes, porque es en esta parte donde se acumula mayor flacidez.