Las técnicas de coloración son uno de los servicios más demandados en las peluquerías. Nos lo confirmaban los propios peluqueros cuando les planteábamos cuáles eran las preguntas más frecuentes en los salones, muchas de las cuales tenían que ver con tintes, mechas y baños de color. Pero, claro está, todos ellos necesitan un mantenimiento con relativa frecuencia, sobre todo cuando se trata de colores muy diferentes a nuestra base natural o cuando aparecen las temidas canas. Si quieres espaciar las visitas a tu peluquería pare retocar el color, vamos a intentar ayudarte. Con la ayuda de varios expertos, hemos recopilado una serie de consejos que pueden ayudarte a alargar la duración del tono de tu pelo y reducir así el tiempo (y el dinero) que inviertes en el salón.
1. Elegir bien el champú
La elección de los productos que utilizamos en el cabello coloreado es fundamental. Tal y como nos cuenta Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez, los cabellos coloreados deben lavarse con un champú específico que contenga fórmulas suaves que nutran la fibra y reduzcan la oxidación del color mientras fijan los pigmentos. También suelen tener acción desensibilizante. “Si no se usan, los pigmentos se pierden con mayor rapidez y el cabello pierde luminosidad. El champú sin sulfatos también es una buena opción porque su fórmula es más suave y respetuosa y degrada menos el color. Además de utilizar uno específico para cabello coloreado, una vez por semana o cada diez días conviene lavarlo con otro que contenga pigmentos acordes con nuestro tono”, nos cuenta. Gema Eguiluz, de Salón In-Viso, nos da un truco práctico para reconocer los champús con sulfatos, que son detergentes. “Los podemos detectar porque la espuma es muy densa y muy abundante, afecta a la fibra capilar porque abre la cutícula y el pigmento sale al exterior y el que queda en el interior se oxida. Afecta también a nuestro cuero cabelludo porque nos quita el manto hidrolipidico”, nos cuenta, a la vez que añade que hay que evitar también los productos con parabenos, que forman una película en el cabello difícil de retirar, y esto hará que el color sea cada vez más opaco y que la penetración de los colores sea un poquito más difícil.
2. El agua, mejor tibia
Cristina Pérez, del Salón de peluquería Divinité de Madrid, nos habla de un aspecto que también puede tener importancia y en el cual tal vez no has pensado: la temperatura del agua de lavado. Así, aconseja lavar el pelo con agua tibia, pues si se utiliza el agua muy caliente hará que el color de tus mechas desaparezca más rápido, aunque la mejor temperatura es la fría. Además, la estilista Eva Milla aconseja no lavar el pelo inmediatamente cuando se ha realizado una técnica de coloración.
3. Evitar tratamientos agresivos
Los expertos coinciden en que no hay que utilizar tratamientos agresivos tales como alisados con queratina justo después de aplicar las mechas, y también es importante proteger el pelo del sol, tal y como nos explica Eva Milla. Hay que evitar, además, el uso excesivo de tenacillas y secadores, nos cuenta Cristina Pérez. En el caso de recurrir a ellos, los protectores térmicos son vitales, tal y como explica Eduardo Sánchez: “Si en cualquier tipo de cabello es recomendable el uso de protectores térmicos antes de utilizar herramientas de styling, en el caso de los cabellos coloreados su uso es obligado. Además, yo no recomiendo el uso de planchas en cabellos coloreados porque al estar tratados químicamente, pasarle una plancha supone mucho castigo para la fibra capilar”.
4. Pelo bien hidratado
“La coloración es mucho menos agresiva que hace unos años, pero el pelo coloreado tiene unas necesidades especiales, el cabello hay que hidratarlo más, eso es básico”, nos cuenta María Baras, directora creativa de Cheska, quien recomienda el uso de gamas específicas para cabello coloreado, que incluyen mascarillas hidratantes. Eduardo Sánchez nos explica que los tintes resecan el cabello, por lo que el uso de la crema acondicionadora es obligatorio para cerrar bien la cutícula del cabello y que refleje mejor la luz avivando el brillo y potenciando el color. Una vez por semana –o lavado sí, lavado no- se puede aplicar la mascarilla específica para pelo teñido o con mechas que potenciará los pigmentos. Los sérums también son buenos aliados en los cabellos coloreados porque proporcionan la nutrición necesaria que este tipo de cabellos necesita.
5. Un extra en el salón
El director de Maison Eduardo Sánchez cuenta que también es muy importante realizarse de manera periódica protocolos más profundos en el salón de peluquería. “El tratamiento Chronologie, por ejemplo, incluye una mascarilla hidratante con caviar, un masaje en cabello y cuero cabelludo y penetración con papel film bajo fuente de calor durante 20 minutos y deja el pelo suave y manejable. O el Ritual Protector del Color del HairSpa de Leonor Greyl”, recomienda.
6. La importancia del tinte utilizado
Hay que tener en cuenta que todo comienza en la peluquería. Gema Eguiluz nos explica que, al margen de los cuidados en casa, hay que partir del trabajo realizado en el salón. Conviene, así, apostar por coloraciones saludables, ya sea tinte o mecha. “La coloración tradicional que se trabaja a altos volúmenes de oxigenada tiene una penetración muy rápida en el cabello pero va destruyendo poco a poco las microfibras y los microfilamentos que forman el córtex, dejan la cutícula abierta y los pigmentos se oxidan rápidamente, lo que provoca que en 15 días el color sea más claro y esté más oxidado, a la vez que la textura de tu cabello está más rugosa y tiene menos brillo. La coloración orgánica respeta la fibra capilar, no tiene los inconvenientes anteriormente nombrados ya que trabaja despacio, de hecho, hasta los 15 o 20 minutos no empieza a desarrollarse el pigmento en el interior del cabello”, nos explica. La experta añade además que cuando vamos al salón a retocar la raíz siempre es ideal sacar algún mechón del mismo tono o realizar una emulsión de 5 minutos en la punta porque así la melena va reavivando el color ya que las aguas alcalinas, la contaminación y la temperatura también pueden afectar al deterioro del color en un porcentaje mucho menor. El día que se hace el color, además, siempre es aconsejable que en el salón se utilicen productos con un pH ácido porque así encapsulamos el color en la fibra. Y en los trabajos de mecha siempre se recomienda limpiar la mecha antigua y realizar un tratamiento reconstructor.
Hay técnicas de coloración que podríamos calificar de más ‘agradecidas’, que duran más que otras. “A la hora de iluminar melenas, la técnica del degradé, con la raíz más natural y las puntas más claras, es mucho más sufrida, dura muchos más meses, no tiene efecto raíz, es muy cómoda. Antes tenían que venir cada dos meses a retocar y ahora cada cuatro, y todo sumándose a la moda”, nos cuenta María Baras, quien añade que como se ha ampliado el tiempo de retocar el color, existen tratamientos para esa etapa intermedia, como baños de brillo o de gloss, para refrescar el tono, tanto en la peluquería como en casa.