Aunque la percepción de la belleza sea absolutamente subjetiva, Angelina Jolie posee unas facciones que podrían ser consideradas como universalmente perfectas. Por ello, sus trucos de belleza son tan valorados: a sus 43 años parece haber detenido el paso del tiempo y conserva casi intacto el físico que la llevó a la cima de las listas de las mujeres más guapas del mundo hace casi dos décadas, cuando participó en algunas de sus películas más conocidas como Inocencia Interrumpida o Tomb Raider. Uno de sus secretos para mantener perfecta su piel es la Dra. Rhonda Rand, la dermatóloga a la que su madre la llevó cuando de pequeña le salió la primera cicatriz, según ha contado a varios medios, y en la que confía desde entonces para cuidar su piel con un enfoque lo más natural posible. La especialista reveló hace pocos meses a Refinery29 cuáles son los hábitos de la actriz, entre los que se encuentran confiar en un maquillaje natural que no enmascare el rostro o llevar siempre protector solar, para conservar su característica apariencia radiante año tras año.
Desde muy joven, Jolie quiso cuidar su piel a pesar de contar con unos genes privilegiados: “Posee una belleza natural, así que nunca ha tenido que hacer demasiado. Simplemente aplica protector solar, limpia su piel con un desmaquillante suave y delicado, antioxidantes, a veces usa ácido glicólico y productos naturales”. La lista de la compra de belleza de Angelina se reduce a estos imprescindibles según la Dra. Rand, que también revela que la actriz americana no es de las que necesite exfoliaciones profundas con agentes químicos.
Otra de las razones por las que la experta opina que Angelina Jolie ha conservado una piel tan bonita es su enfoque minimalista cuando se arregla: nunca lleva maquillaje a no ser que esté trabajando: “También es muy buena desmaquillándose, conozco a su maquilladora y es muy cuidadosa con lo que aplica en su piel y muy respetuosa con ella cuando está trabajando”. Sin embargo, la hiperpigmentación sí que es un problema al que ha tenido que enfrentarse, especialmente durante sus embarazos, cuando le salieron manchas oscuras en el rostro. Desde entonces, cuando trabaja en climas cálidos vuelven a aparecer, aunque ella las trata con luz pulsada intensa. Además, pone siempre en práctica dos hábitos con los que se pueden evitar los daños provocados por el sol de una manera fácil: usar protector solar a diario y llevar siempre sombrero y gafas de sol cuando se sale al exterior: “Se hidrata constantemente, pero, de verdad, es la crema protectora la que va a detener el envejecimiento más que cualquier otra cosa”, asegura la especialista.