Junto a Naomi Campbell, Cindy Crawford o Gisele Bündchen, Kate Moss es una de las modelos que ha conseguido el estatus de icono y, del mismo modo en que ella cambió en su día los estándares de belleza gracias a su figura delgada y su naturalidad, el clan Kardashian ha hecho lo propio dos décadas después. Ahora que su hija Lila Grace ha decidido seguir sus pasos profesionales, la británica reflexiona sobre lo que significa crecer en una sociedad dominada por las redes sociales, tal y como recoge el portal People. Al igual que ella, otras celebrities como Selena Gomez, quien lleva un tiempo alejada del mundo virtual, o Julia Roberts también se han dado cuenta de qué significa para la juventud vivir expuesta a las críticas en Instagram.
“Para Lila y sus amigas es duro porque todo está ahí en el teléfono, el factor Kardashian, está todo el tiempo delante de ellas mucho más de lo que lo estaba para nosotras. Es inspiración instantánea pero también juicio instantáneo”, explica la supermodelo. Y es que ella vivió una realidad muy diferente cuando estaba en el punto más alto de su carrera: “Pero me ha visto a mí, no estoy obsesionada conmigo misma, así que espero que se le pegue algo”.
Además de la peor parte, Kate Moss admite que también existe un lado positivo en el manejo que tiene su hija de las redes sociales: “Me enseña de todo. Lila y sus amigas siguen todos los blogs de belleza y las cuentas de Instagram y me dice, ‘Mamá, tienes que probar esto, es increíble lo que se puede hacer’. Se hace contouring y todo eso, que estoy segura que es lo que me hacen cuando trabajo pero nunca presto atención. Estoy muy ocupada hablando”. Así que, como casi el resto del mundo, Lila también ha caído rendida a la técnica que democratizaron las Kardashian con la que se puede remodelar la forma del rostro tan solo maquillaje mediante.
Sin embargo, Moss sigue asegurando que la clave para no dejarse llevar por las críticas y seguir adelante es el humor: “Creo que ayuda el no tomarme a mí misma demasiado en serio, no quieres ser una esclava de la belleza. No me malinterpretes, me encantan los productos de belleza y ahora más que nunca - cuando te haces mayor más tienes que esconder-, pero no estoy obsesionada”. De lo que sí es consciente es de la necesidad de quererse a una misma: “Hago yoga a diario. No salgo tanto como antes ni de cerca. Y cuido mi piel, lo que de alguna forma ha funcionado”.