Se han convertido, por méritos propios, en uno de los productos estrella de muchas colecciones de cosmética del color. Si bien conseguir una piel jugosa y con luz siempre ha sido uno de los objetivos principales del maquillaje, lo cierto es que desde hace un tiempo, el iluminador ha ido convirtiéndose en imprescindible. También para las celebrities. Una de sus incondicionales es la propia Meghan Markle, que confía en él como uno de sus básicos, confirmando que el producto favorito de las Youtubers es verdaderamente un indispensable de maquillaje. “Siempre hemos intentado a la hora de maquillar o maquillarnos que la piel se vea bonita, jugosa e iluminada, pero es cierto que en los últimos tiempos el uso de los iluminador ha sido un boom, pues realmente hace que nos veamos más guapas y que el maquillaje cobre un protagonismo mayor”, nos cuenta la maquilladora Eva Escolano, quien explica que le encanta trabajar bien la piel y que se vea bonita sin sobrecargarla, sacando toda la luz del rostro. Pero, claro está, hay que saber usar bien este producto para aprovechar su beneficiosos efecto y no cometer errores que pueden, lejos de mejorarlo, arruinar nuestro maquillaje. Para la maquilladora de NYX en España Silvia Pellissa, “es muy importante tener en cuenta el tono de nuestra piel y, sobre todo, el efecto que deseamos conseguir con el iluminador. Igualmente la textura influirá en el resultado”. Esos son, por lo tanto, algunos de los errores que podemos cometer, en la opinión de los expertos.
1. Elegir mal el tono y caer en el temido 'efecto panda'
Como decimos, igual que sucede con la elección de la base de maquillaje, elegir mal el color el error básico. Los maquilladores nos dan sus consejos profesionales para acertar. “Nunca utilices un iluminador muy oscuro como polvos de sol porque aparecerán más las imperfecciones de la piel y avejentara el rostro”, nos cuenta Eva Escolano. “El tono depende de nuestra base pero también del efecto deseado. Los iluminadores muy blancos o claros son más adecuados para pieles claras. No porque sea “más claro” hay más luz. Tiene que quedar de manera elegante en nuestro rostro, y un iluminador muy blanco puede crear un efecto extraño en el rostro y hacer que nos equivoquemos en el resultado final”, nos cuenta Silvia Pellisa, maquilladora de NYX en España, que a la vez precisa que “si tenemos la piel más oscura o bronceada conviene elegir tonos más dorados o bronces".
“Para realizar un auténtico strobing, técnica que continúa muy en tendencia, tendremos que elegir el iluminador ideal teniendo en cuenta el tono de la piel. Para pieles más claras usaremos los tonos rosados, que además de dar el efecto glow, nos aportarán un tono saludable, dejando tonos más dorados para pieles bronceadas”, cuenta por su parte José Luis García, Makeup Artist de Givenchy. “Si cogemos un tono muy claro, uno de los principales errores que se suelen cometer, lo que conseguimos es ese efecto panda que es horroroso, que nos hace recordar a algunas celebrities hace unos cuantos años con ese efecto”, afirma el maquillador Gabriel Llano.
2. La textura también influye
También la textura de los productos que utilizamos para iluminar tiene importancia, como nos explica la maquilladora. “Ese efecto iluminador lo podemos conseguir desde la preparación de la piel con una prebase o hidratante específic. También cuando aplicamos la base de maquillaje; para ello es importante elegir fórmulas que sean luminosas en vez de mates. Un buen truco sería mezclar la base con unas gotas de aceite o crema iluminadora”, nos cuenta Eva Escolano. “Si queremos resaltar zonas del rostro como los pómulos, la nariz o parte del mentón, lo podemos hacer con iluminadores en polvo o crema, en función de nuestros gustos. Incluso podemos mezclar varios tonos de iluminador, por ejemplo, utilizando un iluminador claro en la alto de los pómulos, el tabique de la nariz y el arco de Cupido, y un tono más oscuro, que puede ser melocotón para pieles claras o dorados y cobres en pieles más oscuras, sobre el pómulo (mezclado con el colorete), sobre los huesos de la sien y en la barbilla”, explica la maquilladora.
3. Darle un acabado poco sutil
“Si la textura es fluida, podemos mezclarla con la base de maquillaje, o con nuestra crema de tratamiento de día, para dejar la piel tratada y luminosa, siempre y cuando el nácar sea diminuto. Así dejará un efecto dewy y no un efecto bola de Navidad”, explica de forma explícita José Luis García, Makeup Artist de Givenchy. “También podemos utilizarlos después de aplicar el maquillaje. En la textura de polvos compactos es importante que sea libre de talco, para un resultado más natural y ligero. Creamos así un efecto glow a medida”, añade. Uno de los errores que más podemos cometer es utilizar un producto en exceso. “Todo tiene que ser muy sutil porque si nos pasamos ¡podemos parecer una bombilla!”, nos dice Eva Escolano, quien añade que "no solo dependerá de nuestra piel, sino del resultado que queramos obtener. Los líquidos se funden perfectamente con la piel, son perfectos para mezclar con la misma base de maquillaje o utilizar en looks muy ligeros y con poca cobertura. Los iluminadores en crema sirven para todo tipo de piel, siempre que busquemos un efecto más glow. El polvo es perfecto para los looks donde trabajamos mayor cobertura”.
4. ¿Con brocha o con las manos?
En opinión de Silvia Pellissa, “la mejor manera de aplicar los iluminadores líquidos es con la brocha de base de maquillaje, mientras que los cremosos lo mejor es que lo hagas con los dedos a pequeños toques encima de la base jugosa, y los de polvo también con la brocha 24 para crear un efecto velado precioso”. José Luis García añade una sugerencia: “Si llevas un generoso escote en las fiestas, no dudes en usarlo sobre el pecho y las clavículas, pero siempre con brocha, para un efecto radiante de la piel”.
5. Aplicarlo en el lugar incorrecto
Es otro de los grandes errores, aplicarlo en zonas que no son las apropiadas. “Nunca hay que usar un iluminador compacto por todo el rostro como si de un polvo tradicional se tratara”, cuenta el maquillador de Givenchy, quien nos sugiere limitar su uso “a las zonas más salientes del rostro, donde se refleja la luz (entrecejo, parte alta de las mejillas, arco de cupido…), así como para dar puntos de luz a los ojos (lagrimal, arco de la ceja, etc)”. Coincide en que es importante la zona dónde se aplica Gabriel Llano: “Yo normalmente abarco una zona que es como si fuera un stick de hockey, desde el lagrimal, que baje y suba hasta la sien. Esa es para mí la mejor forma de iluminar”. Y un último truco de experto: "No utilices un iluminador liquido encima de un look con mucha cobertura porque sentirás que no se adhiere de manera correcta o crea pequeños vacíos", finaliza la maquilladora de NYX.