No pertenecen a ninguna línea solar, pero reparan la piel de los efectos solares con el mismo mimo y precisión que el mejor de los after-sun. Sus ingredientes -y tecnologías de vanguardia- se encargan de ello.
Es inevitable: la sufre los efectos colaterales de la exposición solar. Por eso, tras un día disfrutando de la playa o la piscina, es imprescindible tener a mano los productos after sun. Sus efectos van mucho más allá de los de una crema hidratante: además de prolongar el bronceado, alivian la sensación de quemazón, ayudan a hidratar, nutrir y calmar la piel sensible en profundidad y regeneran las células dañadas, y también preparar la piel para nuevas exposiciones, volviéndola más resistente. Muchos de ellos cuentan con el aloe vera como uno de sus ingredientes estrella, por sus propiedades calmantes, además de otros ácidos grasos y vitaminas, y puedes encontrarlos en múltiples texturas, desde brumas a mousses, cremas o sprays.
Pero, además, hay otros que no pertenecen a ninguna línea solar, pero que reparan la piel de los efectos de la exposición al astro rey, gracias a sus ingredientes y tecnologías de vanguardia. Un truco: puedes probar a guardar el after sun en la nevera (nunca en el congelador, cuidado), para disfrutar de una experiencia refrescante al llegar a casa, algo especialmente recomendable en las piernas, ya que, además, estimula la circulación.