En el año 2004, Charlize Theron ganó un Oscar por su papel en Monster, una película en la aparecía irreconocible y con un físico muy diferente al que nos tiene acostumbrados. Ahora, la actriz ha vuelto a 'transformarse' para su último trabajo,Tully, que llega a los cines españoles el 22 de junio. En la cinta, dirigida por Jason Reitman (Juno, Up In The Air, Young Adult), Charlize interpreta a Marlo, una madre de tres hijos totalmente exhausta que decide contratar a una niñera y ve cómo su vida cambia radicalmente. Sin embargo, para la actriz, de 42 años, no fue un camino de rosas y para prepararse el personaje tuvo que engordar más de 20 kilos.
En una reciente entrevista con Entertainment Tonight, la sudafricana ha reconocido que al principio le resultó divertido poder comer todo lo que quería, sin embargo, poco a poco las cosas fueron empeorando y se convirtió en su peor pesadilla. Para ella ha sido un viaje físico "muy largo" y solo tuvo un margen de tres meses y medio para alcanzar ese peso: "Las primeras tres semanas fueron divertidas porque era como un niño en una tienda de golosinas. Así que fue genial ir a desayunar a In-N-Out y tomar dos batidos (...) Pero luego ya no era divertido. Comer tanta cantidad de comida se convierte en un trabajo. Recuerdo que me ponía la alarma para levantarme a comer en medio de la noche". "Me despertaba a las dos de la mañana y me comía un plato de macarrones con queso frío", dijo la actriz recordando todo lo que tenía que hacer para mantener ese sobrepeso, una tarea que no fue nada fácil: "Por primera vez en mi vida tuve que comer mucha comida procesada y tomaba bebidas con azúcar".
La ganadora de un Oscar explicó que "solo quería sentir lo que sentía esta mujer, y creo que fue la mejor forma de acercarme a ella". Charlize, que es madre de Jackson, de seis años, y August, de dos, cuenta de una manera muy simpática lo extrañados que estaban sus hijos de verla así. "Mi hijo pequeño estaba convencido de que tenía un bebé en mi tripa (...) Pensé: 'Esto es demasiado real para mí'. Y todavía se refieren a esta película como la película donde mamá tenía una barriga grande".
Aun así, lo peor estaba por llegar y la actriz ha confesado que cuando terminó la película y quiso volver a su peso, fue "un infierno" y que sufrió una fuerte depresión. "No hay nada de divertido en eso. Tardé aproximadamente un año y medio. Fue un viaje largo, muy largo", explicó a Entertainment Tonight, añadiendo que: "Y es difícil porque tenía ruedas de prensa y películas y nadie sabía que lo había hecho por esto".
Charlize ha reconocido que estaba muy preocupada porque le estaba costando mucho perder todos los kilos que había ganado: "En Monster no comí nada durante cinco días y ya estaba bien. Pero tu cuerpo no es el mismo a los 27 que a los 43, y mi médico se encargó de que fuera consciente de ello: 'Tienes 42 años, cálmate. No te estás muriendo, todo está bien'". Eso sí, pese a todo, para ella el esfuerzo ha merecido la pena y afirma que es importante que las madres compartan con sus parejas cómo se sienten, sin tener miedo a que puedan juzgarlas por pedir ayuda o decir que hay momentos en los que la maternidad les supera. "Muchos padres se han acercado a mí para decirme que son cosas que no sabían (...) Creo que eso depende de nosotros y que deberíamos sentirnos más cómodos al decir: 'Esto es realmente difícil y no es como me dijeron que iba a ser'".