Lograr que el cabello esté aun más bonito en verano resulta paradójico, ya que es una de las épocas en las que más daños recibe nuestro pelo. Por eso, es frecuente poner en práctica ciertos cuidados para mantenerlo sano, acabar con el frizz o incluso a recurrir a peinados que ayuden a incrementar su volumen. Trucos, muchos de ellos completamente asentados en el imaginario colectivo, que no siempre funcionan o que incluso pueden ser contraproducentes. Desmontamos algunos de los más oídos pero también confirmamos con ayuda de varias expertas los verdaderos secretos de un cabello sano y bonito.
Cortar el pelo hace que crezca antes VERDAD... A MEDIAS
No es necesario cortar mucho, pero si repasar las puntas mensualmente o cada dos meses. Tener las puntas abiertas y el hecho de no cortar el cabello le restan fuerza y evitan que salga y crezca vigoroso y rápido. Sin embargo, Mercedes Abarquero, responsable científica de Vichy, explica que “la velocidad de crecimiento no depende de si el pelo es más largo o más corto, si no de la actividad de las células presentes en el bulbo. La velocidad de crecimiento es aproximadamente de 0,35 mm/día (1 cm al mes), alcanza su máximo entre los 16 y los 46 años, y a partir de los 50 disminuye”.
El cabello se sanea después del verano... FALSO
Un buen corte antes de verano y durante el verano lo fortalecerá, estimulará su crecimiento y evitará daños mayores al finalizar la temporada. “El cabello se puede cortar en cualquier momento. Durante el verano, los factores externos como la radiación solar, el agua (del mar y la piscina), el calor... hacen que el pelo (la parte exterior que es visible) se vea impactada. El pelo se ve agredido y se altera su estructura volviéndose seco, quebradizo, frágil. El famoso 'saneado' que se realiza después del verano es para eliminar esa estructura dañada. Para evitarlo, es necesario la utilización de productos hidratantes, nutritivos y reparadores”, nos cuenta la experta de Vichy.
No hay que irse a dormir con el pelo mojado... VERDADERO
Mantener mucho tiempo mojado el cabello, algo que sucede al apoyar la cabeza húmeda sobre la almohada, puede dañar la cutícula y el cuero cabelludo, pudiendo llegar a ocasionar picores e irritaciones en el mismo.
El agua fría preserva el brillo del cabello... VERDADERO
El agua fría siempre se ha recomendado para aportar brillo, ya que ayuda a que la cutícula se quede más sellada. Aunque no es necesario hacer todo el lavado con agua fría, sino que conviene comenzar la aplicación de champú con agua tibia (nunca muy caliente) para ayudar a dilatar el poro y limpiar profundamente el cuero cabelludo. Es el último aclarado el que hay que realizar con agua fría, ya que estimula, sella la cutícula y aporta luminosidad al pelo.
No es necesario cepillar el cabello a diario... FALSO
El cepillado regular del cabello es necesario para estimular la circulación sanguínea que genera el crecimiento, oxigenar el cuero cabelludo y eliminar impurezas (grasa, restos de productos adheridos...). El cepillado de la raíz a la punta distribuye los aceites naturales, protegiendo la fibra del cabello contra los factores externos dañinos. Además, cepillar varias veces al día fortalecerá el cabello, lo hará más flexible y le aportará brillo.
El cabello se cepilla de raíces a puntas... FALSO
Para proteger el cabello, conviene comenzar el cepillado por las puntas, sin tirones y sujetándolo bien por los medios. Se sigue cepillando de medios a puntas y se acaba de raíz a puntas. Conviene, además, hacerlo separándolo en mechones.
Es preferible desenredar la melena en seco... FALSO
El cabello húmedo es mucho más flexible. Una vez que la fibra capilar está seca y, sobre todo cuando se trata de cabellos largos, hay más posibilidades de rotura. La clave, en uno y otro caso, es utilizar peines o cepillos adecuados y que no dañen el cabello. En mojado el pelo se desenreda mejor con peine; en seco, con un cepillo de madera y cerdas naturales. Sí que influye con qué lo desenredemos: “Generalmente, los peluqueros recomiendan que cuando el cabello esté mojado se evite el uso de los cepillos, en su lugar utilicemos un peine con las púas separadas, para evitar la distensión del cabello. Cuando lo tenemos seco podríamos utilizar el cepillo sin problemas intentando no realizar excesiva fuerza para no partir el cabello”, nos advierte Abarquero.
Lavarse todos los días el pelo es perjudicial... FALSO
El pelo debe lavarse cuando lo necesite y siempre usando los productos adecuados. Hay magníficos champús de uso diario y también existen diferentes tipos de cabello, y no todos necesitan ser lavados con la misma frecuencia. No es cierto que cuanto más se lave el cabello más grasa produce. Esto está determinado hormonalmente y difiere en cada persona. En los días de mayor calor, por ejemplo, la necesidad de lavar el cabello aumenta debido a la transpiración. Algunos agentes externos como el cloro, la arena o la sal, pueden provocar alergias e irritación en el cuero cabelludo si éste no se lava después de exponerlo a ellos. También coincide en ello la experta de Vichy: “Lavarse todos los días el cabello no es perjudicial, siempre que se utilice un producto adecuado. Es necesario que el champú que utilicemos esté testado para su uso todos los días y que respete el cuero cabelludo. La frecuencia de lavado es individual, dependerá de cuando se ensucie el cabello”.
Los cabellos se caen con el lavado... FALSO
No lo hacen como consecuencia del mismo; son los cabellos “viejos” los que se caen ante cualquier mínimo traumatismo (lavado, peinado, roce...). Cada día se desprende una media normal de 50-60 cabellos que son reemplazados por otros nuevos que salen en el mismo sitio, de forma que el número total de cabellos en el cuero cabelludo suele mantenerse constante.
Lavar poco o incluso no lavar el pelo es bueno... FALSO
Esta medida está altamente contraindicada por los expertos, ya que la función del champú es limpiar selectivamente el cuero cabelludo para que el poro y el folículo respiren y así produzcan un cabello fuerte y sano. Muchas de las marcas comerciales producen fórmulas de champú con componentes baratos que no hacen una limpieza “selectiva” sino detergente y muy agresiva para el manto hidrolipídico, llegando incluso a romperlo y produciendo muchas enfermedades, de ahí el deterioro del cabello. Lo correcto es recurrir a fórmulas de champús respetuosos, sin químicos como siliconas o sulfatos, que preserven las características naturales del cabello y no lo debiliten.