Aunque el abanico de variedad de dietas alimenticias es muy amplio, los expertos tienen sus favoritas, siendo una de ellas la mediterránea, por su gran cantidad de nutrientes y múltiples beneficios en la salud. Varios estudios de Harvard, donde se graduaron Natalie Portman, Michelle Obama o Tyra Banks entre otras celebrities, apuntan a que una dieta saludable contribuye a aumentar la longevidad y la capacidad intelectual. “Nuestros descubrimientos han mostrado que una alimentación saludable está asociada con telómeros más largos. Sin embargo, la asociación más firme fue observada en las mujeres que seguían una dieta mediterránea”, cuenta Marta Crous-Bou, investigadora en la Escuela Médica de Harvard.
Para entender mejor lo que son los telómeros y cuál es su función en el organismo, Ata Pouramini, orientador en salud, experto en nutrición y uno de los quiroprácticos más reconocidos, afirma que "son como un tapón al extremo de cada cromosoma que actúa como protector del ADN. Con el tiempo, los telómeros van perdiendo longitud, se van acortando, lo que coincide con el envejecimiento y posterior muerte celular."
Gracias a los telómeros, los cromosomas no se adhieren entre sí, algo que, al parecer, tiene una gran relevancia en la vida celular. Por otra parte, resume el doctor Vicente Mera, especialista en genética de Sha Wellness Clinic, "estos contribuyen al emparejamiento de los cromosomas homólogos en ciertas fases de la división celular, de tal forma que son esenciales para prevenir el cáncer y el envejecimiento".
Más listas y con menos arrugas
En conclusión a los estudios de Harvard, la dieta mediterránea es el estándar de oro de la salud cuando se trata de envejecimiento, salud del corazón, longevidad y control de peso, entre otros. Además, han demostrado incluso que aquellos que practican esta dieta poseen mayor capacidad intelectual a medida que envejecen. La razón, tal y como anota Pouramini, "parece encontrarse en los minerales, vitaminas y otros nutrientes de esta dieta, de carácter antioxidante, rica en vitamina D y Omega 3". Asímismo, las verduras, aceite de oliva y pescado son tres grandes ingredientes considerados positivos en la alimentación, sin olvidarnos de la fruta.
La dieta mediterránea posee, entre sus aportes diarios, una gran cantidad de frutas y verduras, cuyo principal macronutriente son los hidratos de carbono, de los que se alimenta nuestro cerebro. "Si a este dato añadimos que la principal fuente de grasa es el aceite de oliva, rico en grasas buenas, podemos concluír que el porcentaje de grasas malas es menor y con ello la concentración de adipocitos (células grasas). Esto hace que el impulso nervioso llegue con mayor velocidad. El impulso nervioso transmite la información y en un cuerpo con menos grasas, esa información se transmite más deprisa. Por ello, con la dieta mediterránea se piensa más rápido", asegura Borja Sanjuanbenito Nutricionista de Clínica Dray.
El Omega 3, además del potasio, el zinc, el selenio y el magnesio, presente en pescado blanco y azul, que se encuentran en esta dieta, contribuyen de igual forma al desarrollo intelectual.
¿Por qué es tan especial esta dieta?
Cada población tiene unas necesidades de aporte de energía por sus condiciones climáticas, consumo de energía diaria y sus posibilidades de acceso a la comida. En este punto "merece la pena hacernos conscientes de que el incremento en la esperanza de vida, hace a los miembros de cada población sensibles a los problemas derivados de sus dietas. Dietas muy ricas en grasas o alcohol en países donde hace mucho frío, provocan problemas cardiovasculares y disminuyen la longevidad", destaca el nutricionista de la Clínica Dray. Por consiguiente, el experto opina que dadas sus condiciones innatas, la dieta mediterránea permite una mejor calidad de vida.
En realidad, no se trata de que exista una dieta mejor que otra, sino "del equilibrio en los distintos tipos de nutrientes y de que esa alimentación forme parte de una vida saludable", afirma Pouramini. Esto significa que, además, existen otros elementos muy importantes en la contribución a la longevidad: el buen descanso, control del estrés, no tomar alcohol, hacer ejercicio, etc.
Aún con todo, los expertos coinciden en que la mejor dieta debe siempre ser personalizada, no solo en calidad, sino también en cantidad. "Cada persona tiene una información genética, una grado de actividad física, un entorno y una personalidad totalmente diferentes. La dieta ideal debería adaptarse plenamente a todas las circunstancias del individuo", concluye el doctor Mera.
Celebrities como Jennifer Garner, Heidi Klum o Elizabeth Hurley avalan este tipo de dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, carbohidratos, grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, la proteína de pescado y pollo, quesos saludables como feta y vino tinto como buen antioxidante.