Por un lado, están los defensores del lavado diario de pelo. Por otro lado, los que se lo lavan en días alternos, con la firme creencia de que así no se engrasará. Y por último, aquellos que reconocen tener suficiente con una vez por semana. No hay una respuesta exacta para esta cuestión. Expertos dermatólogos afirman que el pelo debe lavarse cuando está sucio, sin más. Miguel Ángel López, brand manager de Gliss (Schwarzkopf), opina que "depende de las necesidades de cada persona y de la época del año (en verano aumenta la frecuencia)". Las personas que tienen un cabello con tendencia grasa, necesitan lavárselo a diario, mientras que aquellos que tienen un cuero cabelludo sensible o seco, no pasan de las tres veces por semana. En el último caso, el experto recomienda "utilizar un champú seco para conseguir un día extra de frescor entre lavados".
¿Lo estamos lavando bien?
Pero, dejando a un lado la frecuencia de lavados, ¿realmente lo hacemos bien? Demasiado champú, poco aclarado, raíces con producto... Para comenzar, es importante "cepillar el cabello antes del lavado para desenredarlo y prepararlo", cuenta Adolfo Remartínez, creador del Champú de Cebolla de Nuggela & Sulé. Tras esto, debemos mojar todo el cabello con abundante agua y aplicar el champú, "primero en la zona de las raíces e ir bajando hasta las puntas, mientras masajeas suavemente el cuero cabelludo con las yemas de los dedos para evitar irritaciones", aclara el experto de Gliss. Además, realizar este gesto "durante al menos tres minutos activa la circulación sanguínea y mejora la nutrición de la vaina epitelial". Repetir la aplicación dos veces: la primera como gesto de limpieza y la segunda como masaje. Un truco a tener en cuenta, apunta Remartínez, consiste en "no aplicarlo directamente en el cabello, sino primero sobre las manos y repartirlo entre las dos para un reparto más homogéneo". Después, lo enjuagamos abundantemente hasta que deje de salir espuma, con el fin de que no queden restos. Si el cabello es muy largo, asegura que es más fácil "si primero aplicas el champú en la parte delantera de la cabeza y luego, una segunda parte en la zona de atrás". El uso de acondicionador es voluntario dependiendo del tipo de cabello. No obstante, Miguel Ángel López explica que, "viene muy bien para suavizar y desenredar así como la utilización de una mascarilla que nutra y repare los cabellos castigados".
La prueba final que todo buen lavado debe pasar, es, según Miguel Ángel, "comprobar que después del secado, el cabello queda suelto y luce un brillo natural. Si queda mate o apelmazado, puede ser que no se haya enjuagado bien el champú, o que debas buscar otro más acorde a tu tipo de cabello". A la hora de elegir producto, el creador de Nuggela & Sulé nos recuerda "comprobar que la formulación no agreda a la piel ya que ésta puede reaccionar ante agresiones externas".
En la galería te proponemos algunos productos para un buen lavado de pelo