Una belleza que cautiva y unas medidas de infarto con las que provoca más de un suspiro allá a donde va. Irina Shayk es una de las mujeres más atractivas y sexys del mundo (además de una modelo de lo más codiciada) y son muchas las que sueñan con tener un cuerpo como el suyo, pero... ¿es posible?
La top rusa confiesa que, aunque trabaja muy duro para estar en forma y tonificada, tiene mucho que agradecerle a la genética y no se priva de nada. Y es que, ante todo, hay que ser realistas. Cada mujer tiene una constitución, pero tener un 'cuerpo 10' requiere de mucho esfuerzo, dedicación y constancia. Puede que los genes tengan mucho que ver, pero sin el ejercicio ni una dieta equilibrada, el resultado de esta ecuación no sería el mismo.
"Soy modelo pero me encanta comer", asegura a la revista People. "A veces, cuando estoy trabajando, no dejo de comer y la gente me pregunta: "¿De verdad te vas a comer eso?", y yo les digo: "Sí" (...) Me gusta mucho, mucho la comida, ¡y no entiendo cómo la gente puede no comer! Yo como de todo", añade.
"Tengo buenos genes y tengo que dar gracias a mi familia", afirma la novia del actor Bradley Cooper, que advierte: "Pero hago mucho ejercicio. Hago boxeo y un poco de Jiu Jitsu (un arte marcial de origen japonés), con lo que estoy realmente obsesionada. Es muy divertido y tengo el mejor entrenador". ¿Su clave? "Tienes que encontrar el entrenamiento que mejor le va a tu cuerpo y tienes que equilibrar lo que comes con el ejercicio que haces".
La modelo rusa, de 29 años, está viviendo un momento muy especial tanto en lo personal como en lo profesional. Tiene una agenda llena de compromisos y le llueven las ofertas de trabajo. Viaja constantemente recorriendo medio mundo, sin embargo, la satisfacción de estar cumpliendo su sueño y de ver los resultados del trabajo bien hecho, le compensan. Eso sí, ya hemos visto que en cuanto tiene un hueco libre se escapa para estar con Bradley disfrutando de unas románticas (y apasionadas) vacaciones o disfrutando de una jornada sólo de chicas acompañada de la madre del actor.
De hecho, esta misma semana la hemos visto conquistando la Gran Manzana coincidiendo con la New York Fashion Week. Convertida en una 'diosa' tropical, Irina desfiló con las propuestas de Diane Von Furstenberg para la próxima primavera-verano 2016, un desfile lleno de color en el que compartió pasarela con otras grandes tops como Kendall Jenner, Gigi Hadid, Karlie Kloss o Lily Aldridge.