Vuelta a la casilla de salida. A aquellas primeras apariciones públicas en las que conquistaba con su rostro dulce, casi aniñado, su larga melena rubia y su sexy figura. Jennifer Lawrence ha dado un giro a su look en los últimos meses y parece haber dicho adiós a una etapa en la que había apostado por una imagen más masculina, tanto en sus beauty looks como en sus outfits. Y para muestra un botón: las imágenes de la joven actriz tras la gala del MET, de la que fue coanfitriona, en las que aparece más sexy que nunca con un ceñido vestido plateado y presumiendo de melena, rubia y ondulada, mucho más larga -unas horas antes, la actriz estadounidense había destacado en la gala como una de las más guapas, con uno de los beauty looks más aplaudidos-.
Una imagen que, no hay duda, nos recuerda a la actriz en su aparición en la gala de los Oscar de 2012, cuando acaparó todas las miradas radiante con un vestido rojo de Calvin Klein y su larga melena suelta, como una auténtica ambición rubia. El año siguiente fue, sin duda, su año, y llegó el Oscar por ‘El lado bueno de las cosas’, tras el que, para sorpresa de todos, decidió dar un giro a su imagen. El corte pixie era la tendencia fetiche entre las famosas y Lawrence –que ya era imagen de Dior- cayó rendida también a este nuevo look. Ella misma explicó las razones de este cambio, que no parecía tratarse de una exigencia del guion -razón por la que muchas actrices se ven obligadas a cambios 'forzosos' de estilo-. La actriz decidió cortarse la melena pues reconocía tener un largo incómodo y estaba cansada de llevarlo siempre recogido.
Cierto es que la actriz no le tenía miedo a los cambios de look, y la habíamos visto, siempre fiel a su estilo juvenil, pero apostando por diferentes largos, recogidos informales, coletas, moños muy elaborados y jugar también con el color de su melena. La actriz demostró también la versatilidad del corte pixie y cómo se le puede sacar partido a un estilo más masculino, que combinó a la perfección con su vestuario.
Ahora, a punto de cumplir los 25 años –el próximo mes de agosto-, la actriz vive un excelente momento profesional, y ha recuperado esa capacidad de seducir con la que aquella joven de Kentucky acaparó todos los flashes. ¡Bienvenida, de nuevo, Miss Lawrence!