Hemos dado la bienvenida a 2015. Un año en el que todos tenemos esperanza de conseguir nuestras metas. 365 días en los que, de nuevo, son muchos los propósitos que nos hemos marcado. Ahora es el momento de que todo lo que nos proponemos se haga realidad y pongamos empeño en cumplirlo. La mejor manera de empezar el año es proponiéndonos retos de salud, intentando poner todo de nuestra parte para preservarla y cuidarnos de la forma más natural. Con la ayuda de nuestra colaboradora Meritxell Martí vamos a ayudarte a conseguir algunos de ellos.
1. Dejar de fumar
Este debería ser el objetivo principal de las personas que todavía son fumadoras. Todos sabemos ya cuáles son los efectos negativos de fumar, no sólo para la salud, pues aumenta el riesgo de sufrir enfermedades, sino también los efectos en lo relativo al envejecimiento, al estado de nuestra piel y las arrugas que nos provoca, pues la piel se apaga, se ensucia; de igual forma sucede con las encías y los dientes, que también se estropean. Es realmente un hábito difícil de dejar, por la dependencia que crea la nicotina y las sustancias aditivas que llevan los cigarrillos. Por eso, nos podemos ayudar con diferentes productos. Si no se fuma mucho y se tiene buena fuerza de voluntad, se puede optar por productos naturales. Lo ideal es el regaliz (aunque con precaución en los pacientes hipertensos). También los caramelos para dejar de fumar como son las piruletas Smoking Sucks de diferentes gustos. También hay cigarrillos de hierbas naturales, como son los Honey Rose, que no contienen nicotina.
Si nos resulta más difícil, se puede optar por los chicles, caramelos, o spray con nicotina, empezando con bajas dosis y, poco a poco, ir cambiando los cigarrillos por estos productos hasta eliminar totalmente los mismos. Dos ejemplos son Nicotinell o Nicorette.
Como última opción, están los fármacos como el Zyntabac o Bupropion y el Champix o Vareniclina. El farmacéutico te explicará cuál es el método más adecuado para dejar de fumar y cómo debes tomar estos medicamentos.
Otro aspecto es el efecto relajante que les produce a muchas personas el cigarrillo, y el momento de fumarlo. Al eliminarlo, puede provocar ansiedad y esta ansiedad traducirse en comer más. Se puede combatir esta sensación con el 5HTP, este metabolito del triptófano que ayuda a disminuir la ansiedad.
Es un hecho que cada vez fuman menos personas, por lo que si eres 'fumador social', evitarás cortar conversaciones por tener que salir o cambiar de sitio para fumar.
2. Beber menos alcohol
El alcohol también perjudica, sobre todo cuando tiene altas graduaciones o cuando se bebe más de lo que se debería. No es conveniente beber más de dos copas de vino al día. ¿Sus efectos? Nos hace subir de peso por la cantidad de calorías que aporta, aumenta los niveles de colesterol, provoca vasodilatación en la piel con lo que aumentan los capilares y las venitas rosadas. Además de problemas cardiacos, como alteraciones del pulso o tensión arterial.
Cuando se bebe en exceso, el alcohol provoca un aumento de la temperatura corporal, lo que a su vez estimula la glándula sudorípara y la glándula sebácea, así se dilata el poro, se suda más y engrasa la piel, aunque a la vez sufre deshidratación. También conocemos los efectos nocivos del alcohol frente al sistema nervioso, aumentando la tendencia a la depresión después de la euforia, o de problemas frente al sueño, entre otros.
Cuando el problema es más grave y hay una dependencia, es preferible acudir al médico o terapeuta que indicará la medicación oportuna, pues algunas veces es necesaria la medicación. Si solo es un problema de que bebemos algo más de la cuenta, se puede cambiar por otras opciones naturales como los zumos. Meritxell Martí nos aconseja el zumo de granada o de arándano, aunque es bastante más dulce.
Antes de las comidas la opción de un combinado con sabor algo amargo puede ser una buena alternativa a la copa de vino. Ya que, además, mejorará la digestión de la comida. Podemos también beber más cantidad de agua y se puede añadir una rodaja de limón para darle algo de sabor. También son buenas opciones el té frío o infusiones de hierbas.
3. Comer todas las comidas de forma sana y equilibrada
Está demostrado que la dieta mediterránea es la más sana, y que nos ayuda a alargar la vida y con un buen estado de salud. Durante el año, es posible que hayamos ido perdiendo las buenas costumbres. Muchas veces, debido a que el trabajo, el estrés, las prisas o factores emocionales nos hacen olvidarnos de las buenas costumbres, por lo que al principio del año es el momento ideal para retomar la dieta equilibrada y sana.
Es importante desayunar, hacer una comida y una cena ligera, con las 5 porciones de fruta y verduras diarias. Una dieta equilibrada es aquella que nos aporta todos los nutrientes necesarios. Conviene comer ordenadamente, procurando seguir un horario correcto y regular.
Además, hay que procurar hacer una dieta no muy alta en calorías. Una mujer consume de 1.500 a 2.300 calorías diarias, y los hombres de 1.800 a 2.500 calorías diarias. Es importante seguir las recomendaciones de la pirámide alimentaria.
-Comer variado
-Evitar los productos que contengan demasiados aditivos o alimentos poco naturales.
-Evitar los alimentos que ya sabemos anticipadamente que nos sientan mal o que van a producir mala digestión o reacciones adversas.
-Evitar los excesos, como los alimentos industriales, los muy elevados en hidratos de carbono o muy ricos en grasas.
-Es muy importante en la dieta el desayuno; nuestro cuerpo va a recibir y va a absorber primero, por lo que es el mejor momento de tomar las vitaminas u otros suplementos. Los alimentos muy ácidos es preferible que no sean en ayunas y es el momento ideal donde podemos comer hidratos de carbono. Los de absorción lenta nos van a ayudar a mantenernos con energía durante más horas.
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4. Hacer ejercicio
Otro objetivo quizás de los más habituales en el comienzo del año es empezar una rutina de ejercicio, no es necesario que nos pongamos metas muy estrictas que vamos a abandonar muy rápido, ya que muchas veces aunque queramos nos lo impiden el tiempo y las ocupaciones diarias.
Hacer ejercicio nos va a beneficiar en varios aspectos como ayudar a disminuir el colesterol, es anti-edad , aumenta la energía y nos ayuda a mejorar emocionalmente.
Conviene empezar con una rutina que nos sea fácil de seguir, como andar rápido y poco a poco ir aumentando la velocidad y las distancias. Si vas a empezar a hacer ejercicio, y hace mucho tiempo que no haces nada, es recomendable conocer nuestra resistencia, y no forzar ni las articulaciones ni órganos como el sistema circulatorio, la tensión arterial y pulsaciones. Se puede utilizar un monitor cardíaco, para controlar las pulsaciones y ritmo. Se han de conocer nuestras limitaciones, pues cada edad y cada persona es diferente y cada uno tiene sus propios límites. Un truco que funciona es explicar a las personas de tu alrededor que se va a empezar a hacer ejercicio, quizás se apunta alguien y se puede conseguir esta resolución acompañado. Otro es comprar ropa nueva de deporte que nos guste, nos ayudará a tener ganas de usarla. Si se decide apuntarse a un gimnasio es aconsejable dejarse asesorar por los expertos que allí se encuentran.
No conviene ir con hambre al gimnasio o hacer ejercicio demasiado lleno, por lo que lo ideal es comer un pequeño snack con fibra y pocas calorías, como una pieza de fruta o una barrita energética.
Hacer ejercicio en la hora más apropiada que se adapte a nuestro horario y nos sea fácil de seguir durante todo el año, si se hace ejercicio intenso por la noche puede que nos provoque algo de insomnio al ponernos en estado de alerta.
Una vez hemos terminado el ejercicio, hemos de procurar ser responsables y no darnos un atracón justo después de la sesión, es preferible comer ligero y no más de lo que hemos gastado. Beber agua, tomar algún carbohidrato y proteínas.
Se pueden tomar suplementos, desde astaxantina, contenida en el aceite de krill que nos ayudará a mejorar la energía, a la espirulina. Si tomamos cafeína, nos aporta energía inmediata, pero se corre el peligro de enmascarar el cansancio, por lo que no es recomendable antes de hacer ejercicio.
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5. Perder peso
Es quizás junto con las anteriores uno de los propósitos más deseados al empezar el año. Si se desea perder mucho peso es preferible marcarnos metas cortas, y cuando se llega a esta meta, volver a comenzar.
Perder peso no se consigue en tres días, es por ello que conviene hacerlo lentamente y de forma segura, no con dietas estrictas y alocadas, que nos pondrán en riesgo la salud y nuestra integridad emocional. Para perder peso hemos de aumentar nuestro consumo energético o disminuir la ingesta de calorías, aunque lo ideal es procurar comer menos y consumir mas calorías.
Lo ideal es comer equilibradamente. No podemos estar todo el día con una manzana, porque lo más probable es que al final del día o al principio del siguiente vayamos a arruinar todo lo conseguido al comer más de la cuenta sin darnos cuenta, por pura hambre o ansiedad.
Se pueden tomar ayudas para conseguir los objetivos:
-Drenantes, que nos ayudarán a eliminar líquidos y toxinas y a mejorar la circulación.
-Los quemadores, productos que sirven para aumentar el gasto energético. Con ellos quemamos mas calorías, aunque las personas con problemas tiroideos han de consultar al experto antes de tomarlos, ya que la mayoría de ellos contienen sustancias o productos que estimulan la glándula tiroide. También suelen contener sustancias estimulantes, por lo que muchas veces aumentan el ritmo cardiaco o ponen algo nervioso.
-Los productos saciantes también pueden ayudarnos, con ellos conseguiremos disminuir lo que comemos y reducir el hambre . Pueden ser fibra que aumentan el contenido en el estómago o que actúan a nivel central.
-Otro tipo de productos que nos puede ayudar son los que inhiben la absorción de algunas sustancias como hace el chitosan o el orlistat frente a las grasas y la fasolina frente los azúcares.
6. Cuidarse la piel
El principio del año es el mejor día para empezar la rutina de cuidados, ya que si hemos dormido poco o después de fiestas, necesitaremos cuidados extra urgentes.
Para empezar, conviene una limpieza extra y en profundidad. Es por ello el momento perfecto para exfoliaciones y mascarillas sea cual el tipo de piel. La exfoliación la haremos más o menos intensa, pero siempre es necesario eliminar impurezas y exfoliar las células muertas para que aparezca la piel nueva debajo. A la vez que va a ser mucho más receptiva a las mascarillas.
Al comienzo de todos los tratamientos, conviene usar una mascarilla de arcilla o sílice más que una mascarilla hidratante, pues con ella conseguiremos calmar, desinflamar y disminuir las rojeces de la piel. Posteriormente lo ideal es usar un sérum:
-Para las pieles más secas, un sérum con aceites como el argán.
-Para pieles apagadas, la vitamina C.
-En pieles deshidratadas, lo ideal es el acido hialurónico.
-En pieles grasas, un sérum con AHA, como el glicólico o el láctico.
También puede aplicarse en forma de ampollas unidosis. Los sérum se han de usar con la piel limpia y son los que van a aportar más activos a la piel al ser además más concentrados. En pieles secas, se puede posteriormente aplicar una crema nutritiva por la noche. En las pieles con tendencia grasa no es necesario aplicar nada más.
No debemos olvidarnos del filtro solar, sobre todo cuando se están usando productos exfoliantes y ácidos o enzimáticos. También es aconsejable utilizar una crema específica para el contorno de los ojos, mañana y noche.
Es importante ser constante con la rutina diaria, la limpieza y la hidratación. La piel estará más bonita con estos pocos cuidados que con muchos tratamientos antiarrugas sólo aplicados puntualmente. La nutricosmética también es muy efectiva, se tratan de los suplementos para ayudar a mejorar la piel por dentro. Los omega 3, flavonoides, vitaminas, colágeno y hialurónico son de gran ayuda y se deben tomar parte de nuestra rutina de belleza.
7. Evitar el estrés y dormir más horas
Uno de los propósitos que nos puede ayudar a mejorar la salud es evitar estresarnos, respirar profundamente y procurar tomarnos la cosas con más calma. Esto nos ayudará a la vez a dormir más horas y que estas sean más efectivas.
A la inversa, cuando dormimos mejor, se sufre menos estrés y las cosas se ven de otra manera. Un buen método es programar con bastante anterioridad las cosas del día siguiente, anotándolo. Para ello es importante seguir un método para dormir mejor, con algunas pautas como:
-Intentar seguir un horario regular y constante, a ser posible dormir por la noche.
-Desconectar de los problemas del día, olvidarnos de todo lo que nos preocupa.
-Evitar los estimulantes como la cafeína más tarde de las tres de la tarde.
-No beber mucho antes de acostarse.
-Usar la cama para dormir, y, en ella, evitar leer en la cama y ver aparatos electrónicos que emiten luz directa activando la mente.
-Procurar dormir en una cama limpia, en una habitación ordenada y silenciosa, con poca luz.
-Cenar ligero con lo que conseguiremos digestiones rápidas.
Se puede tomar algún suplemento que nos ayude a relajar como la valeriana, melisa, pasiflora, amapola, espino blanco, la melatonina, o combinación de productos. En la farmacia nos pueden aconsejar productos naturales que nos ayudarán a relajar y a dormir mejor.
8. Hacernos las pruebas necesarias
La prevención de enfermedades es uno de los objetivos que no debemos olvidar. Muchas veces vamos dejando las pruebas médicas que necesitamos para prevenir enfermedades, es por ello que al principio de año es el momento de pedir cita. Algunas de las pruebas más habituales son:
-Mamografía, colonoscopia, revisión de la vista y el oído.
-Analíticas generales para conocer valores de colesterol, triglicéridos, azúcar y los otros valores que puede pautar el médico.
-Revisiones en el ginecólogo, urólogo.
-Densitometría ósea