¿Y si te dijéramos que puedes tener la piel que ves en los filtros… sin filtro? Bienvenida al universo del blur makeup, la tendencia que ha conquistado las redes, pasarelas, neceseres y tocadores de medio mundo. ¿La promesa? Una piel suave, difuminada, sin poros visibles ni brillos molestos. Pero lo mejor es que parece que no llevas nada puesto.
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Nada que ver con los maquillajes de alta cobertura ni con los looksultra luminosos del clean girl look: aquí la reina es la perfección invisible. Inspirado en los efectos de desenfoque que usamos en las fotos (el soft-focus que suaviza sin borrar tu esencia), el blur makeup se basa en técnicas y productos que camuflan imperfecciones sin que la piel pierda naturalidad.
Es una técnica de maquillaje cuyo objetivo es crear una piel perfeccionada y sin textura visible, pero sin parecer que llevas base. ¿Cómo se logra? A través de productos con efecto difuminador (blur), fórmulas ligeras y técnicas que suavizan visualmente imperfecciones como poros, líneas de expresión o rojeces. La idea no es cubrir, sino "alisar ópticamente" la piel. Como si activaras el modo retrato de la cámara… pero en tu cara.
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El auge del 'filtro sin filtro'
Vivimos una era de retorno a lo natural, pero no por ello menos sofisticado. Las redes nos han hecho más conscientes de la textura de la piel real, pero también más exigentes. Queremos vernos bien, sin maquillarnos en exceso. El blur makeup es la respuesta a este deseo colectivo de una belleza realzada, no artificial. Es el nuevo lujo silencioso del maquillaje.
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Preparar la piel es la clave del éxito
Aquí no vale cualquier crema antes de la base. El blur makeup empieza con una piel bien hidratada, lisa y equilibrada. Exfoliar suavemente, aplicar un sérum con ácido hialurónico y sellar con una crema ligera es el trío ganador. Y si tienes la piel mixta o grasa, un toque de tónico equilibrante también ayuda a que todo se difumine mejor.
Este producto es el truco clave del blur makeup. Los primers con efecto blur contienen siliconas suaves o partículas ópticas que actúan como difusores de luz, haciendo que los poros, las arrugas finas y otras irregularidades se vean mucho menos visibles. Se aplican solo en zonas estratégicas (nariz, mejillas, entrecejo) para evitar que el rostro se sienta sobrecargado.
Las bases tradicionales de alta cobertura no tienen cabida aquí. Para conseguir ese acabado invisible y difuminado, hay que apostar por fórmulas ligeras como los skin tints, las BB creams o las bases tipo serum. La aplicación debe ser suave y bien difuminada, mejor si se usa una esponja húmeda o una brocha suelta. El objetivo no es cubrirlo todo, sino nivelar el tono y dejar que tu piel respire y se vea real.
En lugar de aplicar una capa completa de corrector, la clave está en usarlo como un bisturí cosmético. Localiza las zonas que realmente lo necesitan y aplica una pequeña cantidad de producto solo allí. Luego difumina con los dedos o con una esponja de precisión para que se funda perfectamente con la base. Esta técnica evita que el maquillaje se vea pesado y mantenga la ligereza del efecto blur.
Aunque el objetivo no es un acabado brillante, tampoco buscamos una piel completamente empolvada. Los polvos traslúcidos ultrafinos son imprescindibles para sellar, pero deben aplicarse solo en puntos clave: zona T, aletas de la nariz, barbilla. Lo ideal es usar una brocha pequeña y suelta, y hacer movimientos ligeros, como acariciando la piel.
El colorete es ese toque de color que eleva el rostro y lo hace parecer más vivo y saludable. En el blur makeup, se prefiere el formato crema o líquido porque se funde mejor con la piel y mantiene ese efecto húmedo y natural que queremos conservar. Se aplica a toquecitos, con los dedos o una esponja, y se integra bien para que parezca que el color sale de la piel, no que está encima de ella.
Aunque el lookno es glowy, un toque de luz estratégica nunca viene mal. Eso sí, debe ser tan sutil que casi no se note. Aquí ganan los iluminadores líquidos, en formato bálsamo o en crema, sin partículas de glitter. Se aplican con el dedo en puntos muy concretos: pómulos, arco de la ceja, lagrimal y tabique nasal. El resultado es una luminosidadsuave que aporta dimensión sin competir con la textura difuminada del resto del rostro.
El blur makeup también se traslada a la mirada. Las cejas se dejan más naturales, peinadas hacia arriba, rellenadas solo donde haga falta y sin contornos marcados. En los ojos, lo mejor son sombras en crema o polvo en tonos tierra, melocotón o nude, siempre bien difuminadas. Nada de delineados dramáticos ni pestañas postizas. Un toque de máscara sutil y sombras sin cortes hacen que la mirada se vea fresca, despierta y en sintonía con el rostro.
El toque final viene con unos labios que siguen la misma lógica: naturalidad, difuminado y cero rigidez. Lo ideal son las tintas labiales, los bálsamos con color o los labiales en barra aplicados a toquecitos y difuminados con el dedo. Este efecto, conocido como soft kiss o labio mordido, aporta color sin definición excesiva. Es romántico, moderno y mantiene la armonía general del look blur.
El mayor halago que recibirás es: "¿Qué te has hecho en la piel?", y tú sabrás que es solo la tendencia blur. Esta técnica suaviza poros, difumina rojeces, equilibra brillos y unifica el tono con una naturalidad extrema. El rostro se ve más descansado, más fresco, más joven. Y lo mejor:no se siente pesado ni se cuartea.