El cabello, al someterse a procesos químicos como tintes o decoloraciones, experimenta una alteración que puede afectar seriamente a su salud, y como consecuencia, también a su apariencia. Estos tratamientos suelen romper la barrera protectora de la cutícula, que actúa como escudo para evitar la pérdida de hidratación. Los tintes, por su parte, penetran en la fibra capilar, mientras que, a través de la decoloración, se elimina parte de la melanina (el pigmento natural del cabello), debilitándolo todavía más.
Como nos explican los peluqueros profesionales de Jean Louis David, durante este proceso, especialmente dañino, también se aumenta la porosidad del cabello, haciendo que sea más susceptible a la deshidratación y la rotura. En conjunto, la melena se vuelve más frágil y a menudo desarrolla una textura áspera y quebradiza. A todo esto se le suma el uso frecuente de herramientas de calor, como planchas, rizadores y secadores, que acelera el proceso de daño: al fin y al cabo, el calor también deshidrata la fibra capilar. Esto puede generar sequedad, puntas abiertas y, con el tiempo, la pérdida de elasticidad y luminosidad, lo que aumenta la posibilidad de que el cabello se quiebre.
Con todo y con ello, lo único que conseguimos es vernos en la necesidad de cortar el pelo más de lo que nos gustaría cada vez que visitamos la peluquería y, además, esto lo vamos a tener que hacer cada vez con más frecuencia por mucha mascarilla, acondicionador y aceite que usemos en casa. Por suerte, para que no tengas que renunciar a llevar el color de pelo que más te gusta ni a utilizar las herramientas de calor con las que te gusta peinarte, hay ciertos tratamientos que puedes hacerte. Además, los expertos nos han brindado otros consejos con los que vas a lograr la apariencia que buscas para tu melena sin sacrificar su salud: toma nota.
Un tratamiento que funciona
Los expertos de Jean Louis David recomiendan tratamientos como el Fitness Pro. Este consiste en la reparación de los daños capilares provocados por los procesos químicos. Gracias a la proteína y el ácido cítrico que repara, reduce la rotura y ayuda a fortalecer los puentes más débiles del cabello. "Este tratamiento equilibra el pH del cabello sellando la cutícula y protegiendo el cabello. Por eso es un tratamiento ideal para los cabellos secos, dañados o tratados químicamente, incluso los más exigentes y procesados", afirman desde Jean Louis David.
Con él, se obtiene una reducción de la rotura de hasta un 56%, así como protección en el color, un 82% de puntas menos abiertas, suavidad y un cabello menos encrespado, un cabello reforzado y un brillo sublime. Después de este protocolo intensivo, bastará con continuar el mantenimiento en casa, según las indicaciones del estilista, que nos indicará qué ritual es el indicado para nosotros dependiendo de nuestro estado y tipo de cabello.
¿Por qué te tienes que fijar en la porosidad de tu pelo?
La peluquera profesional María Roberts, fundadora de Madart Hair y Studio 25, nos cuenta que "la porosidad que tiene el cabello es la capacidad que tiene de absorción de la humectación o el agua. La porosidad de un cabello va a depender de lo tratado que esté químicamente y de cómo sea su estructura interna, que puede ser también un factor genético. Cuanto más poroso es el cabello más tendencia tiene a quebrarse y romperse. Utilizar los productos adecuados y tratarlo de la manera correcta evitará que la porosidad aumente.
¿Cómo podemos conseguir que nuestro cabello tolere mejor el uso recurrente de herramientas de calor?
Para empezar, según María Roberts, nos tenemos que asegurar de que contamos con la herramienta de calor adecuada y que no supera ciertos grados cuando la utilizamos (va a depender del tipo de cabello y cómo haya sido tratado). Es importante también que cuando las utilicemos, lo hagamos de forma correcta. María dice que, habitualmente ve, por ejemplo, que se pega demasiado al cepillo la boquilla del secador. Asegura que esto es un error porque se eleva mucho la temperatura del pelo.
La experta recomienda dirigir el cabello allá a donde queramos llevarlo. No conviene malacostumbrarlo a que se seque hacia todos los lados. Lo único que vamos a conseguir si hacemos esto es tener un cabello encrespado y fosco. Hay que secar el pelo en la dirección de la cutícula, es decir, dirigiéndolo hacia donde queramos llevarlo. Por otra parte, es indispensable utilizar un protector térmico y un sérum al terminar (para sellar la punta, que es lo que más sufre a largo plazo).
Los productos que utilizas cuando te lavas el pelo también son muy importantes si quieres seguir utilizando herramientas de calor. Son imprescindibles, por ejemplo, la mascarilla nutritiva y un producto que recupere la estabilidad del cabello, como un living. En definitiva, productos que se apliquen de medios a puntas y no toquen el cuero cabelludo.
También recomienda desenredar siempre el pelo en seco y no dormir ni salir a la calle nunca con el pelo mojado porque, por mucho que te sorprenda, sufre más por fricción un cabello mojado en esos escenarios que uno secado con secador si se tiene una buena práctica.
El calor no es malo
María Roberts nos ha confirmado que el calor en sí no es malo. Es perjudicial para la melena si se usa mal pero puede ayudar a cauterizar y activar ciertos ingredientes. Es más, si lo utilizamos de forma adecuada dirigiendo bien la cutícula, puede ayudar a sellar y dar aspecto de cabello mucho más sano. Lo que es malo es no secar el pelo. "Hay demasiados mitos acerca del cuidado del cabello", concluye la peluquera.