Pocas cosas nos gustan más a las mujeres que reunirnos en grupo y hablar de todo tipo de temas que nos preocupan. Y da igual que seamos amigas íntimas de toda la vida o que nos acabemos de conocer, enseguida encontramos puntos en común en torno a los que debatir entre risas, anécdotas y confesiones de lo más variopintas. Y entre todas esas “cosas de chicas”, hay una que da para horas y horas de conversación: la belleza y, en concreto, el fascinante mundo del maquillaje.
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No es un secreto que la llegada de las redes sociales ha revolucionado el mundo de la cosmética y que la viralidad de algunos contenidos y plataformas ha hecho que cambiemos nuestra forma no sólo de cuidarnos sino de acercaros a algunos productos beauty. Un mercado —el de la belleza—, en el que hoy en día coinciden consumidoras de diferentes edades: desde baby boomers hasta generación Z. Por eso, en ¡HOLA! hemos reunido a un grupo intergeneracional de lectoras de nuestra revista para descubrir la base de maquillaje perfecta en un entorno offline.
Un desayuno en el hotel JW Marriott de Madrid en el que 5 mujeres, entre los 20 y los 60 años, con la presencia de Roberto Siguero, maquillador oficial de Lancôme, han hablado de su relación con el maquillaje o cómo esa búsqueda de la base perfecta las ha llevado a lo largo de las décadas a pasar por polvos compactos que dejaban un tono sospechosamente anaranjado en los 90, texturas demasiado cubrientes o que se cuarteaban y el temido efecto máscara en el cuello, entre otros dramas.
En este taller, las lectoras tuvieron la oportunidad de probar en su propia piel la base de maquillaje Teint Idole Ultrawear de Lancôme, uno de los productos más icónicos de la marca. Creada en 1997, según explica Roberto, “es una base con mucho recorrido. Lancôme lleva casi tres décadas centrando la investigación en mejorar la fórmula para conseguir un maquillaje que dé respuesta a las necesidades de todas las mujeres de cualquier edad, cualquier tipo de piel y tiene una amplia variedad de tonos que se adaptan a cualquier color de tez”.
«Esta base de maquillaje es perfecta para las mujeres de cualquier edad y tipo de piel. Entre nuestras lectoras las había con piel grasa, mixta y seca, y en todas ellas ha funcionado a la perfección»
Entre las cuestiones en las que coincidieron las cinco lectoras a la hora de elegir una base de maquillaje estaba la durabilidad y la confortabilidad, pero también sentir la piel hidratada y jugosa, con un resultado natural. Para Claudia Ladaria, decoradora de 44 años, “es muy importante evitar el efecto careta, que no parezca que vas disfrazada, que no se cuartee y salgan arruguitas. Y a mí, ahora que parece que la tendencia es que todo el mundo vaya con la cara muy iluminada, como si fuera una estrella fugaz, me gusta un maquillaje que deje buena cara, pero sin brillos”.
Como explica Roberto, “cuando se lanzó esta base a finales de los 90, tenía un efecto aterciopelado, porque en esa época lo que se llevaba era la piel de melocotón. Ahora se mantiene ese acabado mate, pero es un mate natural, un mate luminoso”. Un resultado que pudieron comprobar las cinco lectoras quienes, además, vieron cómo con el paso de las horas, el maquillaje se iba asentando y salía la luz natural de cada una de ellas. Otra de las propiedades de Teint Idole Ultra Wear es la larga duración —en este caso de hasta 24 horas—, y “aunque muchas de nosotras podemos identificar durabilidad con tirantez, sin embargo, la sensación que esta base deja en el rostro es de máximo confort”, apunta Marta del Palacio, de XX años, directora de Estrategia y Transformación en una multinacional.
Uno de los asuntos que salieron a relucir durante el desayuno fue la preocupación de todas por el fotoenvejecimiento y aunque alguna de ellas como Lidia Fernández, coach holística, de 37 años, se declaraba “más bien vaguita” para incluir el protector solar en su rutina diaria, todas estaban de acuerdo en su importancia. Por eso, uno de los puntos que más valoran de Teint Idole Ultra Wear es que tenga un SPF 35 y que también sea un maquillaje que trata la piel, gracias a que está enriquecido con ácido hialurónico. Y es que Lancôme lleva 90 años, los cumple en este 2025, siendo un laboratorio de referencia en investigación tecnológica en sus tratamientos, que luego también aplica a sus líneas de maquillaje: bases, labiales, lápices de ojos…
La asistente más joven del taller, Inés Rocci, de 22 años, estudiante de interiorismo, acostumbrada a buscar sus productos de maquillaje en redes sociales y a través de rewievs y recomendaciones de amigas, destaca de esta base que sea modulable. “Me encanta que te la das por la mañana y si se te complica el día y no te da tiempo a pasar por casa, la llevas en el bolso, te la vuelves a aplicar y te sofisticas, por decirlo de alguna manera. Es una base muy versátil”.
«Teint Idole Ultra Wear de Lancôme tiene 45 tonos para que cada mujer encuentre el que mejor se funde con su piel»
“Ojalá pudiera llevarme a Roberto a casa y que me maquilara todos los días que, además, es algo que me da mucha pereza y en lo que no me gusta invertir mucho tiempo”, confesaba María de la Puerta, vicepresidenta en una agencia de comunicación y representante de la generación boomer en el taller. Y es que no todos los días se tiene a un maquillador profesional como Roberto Siguero a nuestra disposición, por eso recogemos aquí dos de las preguntas que más se repitieron durante el encuentro: cómo elegir el tono que mejor se adapte a nuestro color de piel y cómo aplicar el producto. Respecto a la primera, Roberto echa por tierra el mito de probarse la base en el dorso de la mano o en el interior de la muñeca: “Si cuando vamos a comprarnos una chaqueta, nos la probamos, ¿por qué no hacemos lo mismo con el maquillaje?”
Para el make up artist de Lancôme el tono ideal es aquel se funde con la piel, ahora bien, cuando se pasa de una determinada edad, por ejemplo, a partir de los 65, recomienda aclarar un par de tonos el maquillaje, porque rejuvenece. “Las mujeres tenéis muy claro que según cumplís años os ponéis mechas y reflejos porque el cabello oscuro hace más mayor, pues lo mismo se debería hacer con el maquillaje”, asegura. En cuanto a la segunda cuestión, “yo le ha aplicado con una brocha, pero se puede hacer con la yema de los dedos o con la esponja que está tan de moda. No hay un protocolo para ponérsela”, señala Roberto.
Con una foto de grupo, dimos por finalizado este taller dedicado a celebrar la belleza de estas cinco mujeres, pero también la individualidad de cada una de ellas. Un día que como ellas mismas dijeron “fue un regalo”, gracias a todo lo que aprendieron de la mano de Roberto Siguero, que resolvió todas sus dudas y les dio los mejores consejos prácticos de maquillaje.