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Desde hace unos meses, médicos estéticos, dermatólogos y centros de estética parece que se han puesto de acuerdo en dar visibilidad a una nueva tendencia que no prioriza los rellenos sino la regeneración de la propia piel mediante otras técnicas. El volumen que se consigue con ácido hialurónico creando labios gordos y pómulos prominentes, se deja de lado (sobre todo en los ambientes más conservadores). El giro es sustancial. Algunas mujeres tienen que recurrir a la hialuronidasa (ezima que degrada el ácido hialurónico) para eliminar restos de productos anteriores.
Las caras hinchadas de muñeca que hemos visto hasta la saciedad, ya no se llevan (por fortuna). Tanto los laboratorios creadores de rellenos como los médicos son los primeros en apostar por unos rostros más naturales. Adiós a los pómulos de ardilla, las caras pillow y los labios salchicha. Hoy, prima el cuidado consciente de la piel sin crear volumen y sin transformar el rostro y para ello, se han tenido que replantear ciertos tratamientos. Esta nueva tendencia conocida como "no rellenos" aboga por la preservación de los rasgos en lugar de buscar la perfección artificial de las caras de muñeca.
© Getty ImagesPinchazos que no rellenan
La renuncia a los excesivos rellenos faciales ha dado paso a los procedimientos sutiles que realzan las características naturales sin alterar tu apariencia o convertirte en otra persona. Se trata de conseguir un aspecto juvenil sin perder tus rasgos. Los laboratorios suizos IBSA, fueron los impulsores de esta tendencia con su ácido hialurónico Profhilo de baja densidad (es muy importante la densidad y la pureza) que se integra en la piel sin crear efecto inflado. "Produce una bio-remodelación contrarrestando la laxitud de la piel y estimulando la producción de colágeno", explica el doctor Angel Martin, director médico de la Clínica Menorca.
La última novedad de estos laboratorios se llama Profhilo Structura y es el primer ácido hialurónico que la Agencia Europea del Medicamento ha aprobado para regenerar el tejido graso subcutáneo que se pierde a partir de los 40 años. "Se trata de un ácido hialurónico que no aporta volumen, no rellena y no hidrata sino que, 'habla' con tus células madre para que sinteticen nuevos adipocitos (solo donde se inyecta) sin engordar el rostro, tensando surco nasogeniano y reborde mandibular", cuenta el doctor.
© Getty Images"Los polinucleótidos (provienen del salmón o la trucha), son otra opción para potenciar la hidratación y mejorar la calidad de la piel. Se inyectan con una cánula muy fina y pueden ser potenciados con un ácido hialurónico que no aporte volumen (sin huella estética y de alta calidad)", explica la doctora Jessica Basurco de la Unidad de Medicina Estética de la Clínica Granado Tiagonce.
A su vez, el doctor Granado aclara que, "el envejecimiento de la piel es un proceso natural, pero su impacto puede ser suavizado mediante técnicas de medicina estética regenerativa. El objetivo es restaurar la función y estructura de la piel, activando la producción de colágeno y elastina, y remodelando el rostro de manera natural", aclara.
¿Cómo evitar la huella estética?
"La huella estética es el impacto que producen los rellenos en nuestro rostro", comenta la doctora Sofia Ruiz del Cueto. "Además, esta huella provoca que nos alejemos de nuestra esencia y de la armonía y proporción facial y podría incluso cambiar la dinámica de la sonrisa o la mirada", añade la doctora Mar Mira. Un buen tratamiento estético nunca debe notarse ni dejar huella. "Antes de tratar, realizamos un diagnóstico facial muy exhaustivo. De esta manera logramos redirigir el envejecimiento para contener el paso del tiempo sin transformar la expresión del paciente", afirman las doctoras.
© Getty ImagesDe hecho, cuando alguien de nuestro alrededor dice "tú te has hecho algo", en vez de "qué guapa estás", es que algo falla… "Si algo nos 'choca' a primera vista es que no está bien hecho", continúa Mira. "Cada tratamiento tiene que estar integrado en la armonía facial; tanto si se trata de mejorar arrugas, soporte o mejorar la calidad de la piel o el envejecimiento cutáneo. No se puede hacer un tratamiento parcheado porque dejará esa huella estética que debemos desterrar", concluye.
Por su parte, el doctor Miguel Sánchez Viera, dermatólogo y miembro del GEDET (grupo español de dermatología estética y terapéutica), explica que la huella estética puede ser positiva, cuando el tratamiento y el producto empleado se adapta a las necesidades y características del paciente y el resultado es natural. Pero, en muchos casos (por falta de profesionalidad o por emplear un mal producto), la huella estética deja residuos, origina reacciones anómalas y el resultado es artificial.
¿Cómo se puede paliar la huella estética negativa?
"Es básico que, el producto que se emplee en estética no solo sea de calidad, sino que tiene que ser adecuado a las características del paciente. Lo que puede tener un impacto estético positivo en una persona, puede no tenerlo en otra", explica el doctor Sánchez Viera. Hay productos que, por su alto peso molecular, persisten, se van acumulando y por ser más pesados, con el tiempo tienden a caer, como es el caso de los mofletes hinchados por debajo de los pómulos (lo que se llama pillow face) o de pequeños bultos que a veces mutan en el rostro. "Para que esto no ocurra, deben evitarse productos persistentes como la hidroxiapatita cálcica o los ácidos hialurónicos muy modificados en el laboratorio", finaliza Sánchez Viera.
© Spotlight LaunchmetricsPero, no todo tiene que ser negativo, los tratamientos estéticos temporales, bien aplicados por un profesional, suelen tener efectos positivos a largo plazo. Es cuestión de sentido común, de informarse muy bien, de acudir a un buen profesional cualificado y saber qué producto nos van a aplicar. Existen laboratorios con muchos años de investigación como por ejemplo Merz Aesthetics, creadores de Radiesse (bioestimulador del colágeno y elastina ) o los suecos Nordberg Medical propulsores de la medicina regenerativa.
Además, es importante no dejarse influenciar por las redes o las ofertas. Un pinchazo en el rostro, no es comparable a cortarse el pelo o hacerse las uñas. La SEME (asociación de española de médicos estéticos), acaba de lanzar una campaña denominada "Tu cara no me suena" donde alertan que, el 65% de los tratamientos médico-estéticos en España son realizados por profesionales no cualificados y el 20% de estos procedimientos se realizan en lugares no regulados (centros sin acreditación, peluquerías, cafeterías o domicilios). Ante este panorama, es fundamental la precaución y, sobre todo, la información precisa (de médicos y periodistas, ¡nunca influencers!).
