Acudir cada mes a hacerme la manicura semipermanente es uno de esos placeres culpables que están en mi lista. Para mí, llevar siempre las uñas perfectas es casi una necesidad, y tengo que reconocer que el hecho de poder jugar con los estilismos de mis manos —en lo que a manicura se refiere— es un pequeño hobby al que me cuesta decirle que no. Además, tengo la suerte de que este tipo de esmaltes se adhieren muy bien a mis uñas y me podrían durar sin problema más de un mes, lo que me permite mantener ese aspecto impecable con el mínimo esfuerzo.
Sin embargo, el verdadero drama viene cuando tomo la decisión de “dejar respirar las uñas” durante una temporada. Aunque al salir del salón de belleza parezca que la uña está como nueva, es al retirar el esmalte cuando veo la realidad: una superficie escamada, uñas muy blandas y que con nada se rompen. No me gusta tener que admitirlo, pero tanto los químicos presentes en estos productos, como el peso que soportan con ellos nuestras uñas y el uso constante de limas sobre su superficie, no son una buena práctica. Y en el momento que decidimos darnos “este respiro”, a mí personalmente me ha pasado que de ver mi propias uñas tan dañadas, me cuesta salir de este círculo de rehacer la manicura semipermanente una y otra vez. ¿Solución? Además de paciencia, tenemos la suerte de que existen productos que ayudan a reparar este daño y que juegan a favor de que podamos presumir de una manicura natural y bonita. Por ello, y siguiendo la tendencia de manicura de clean girl nails, hemos creado junto a essie este manual para reparar nuestras uñas —y que puedan presumir de su belleza natural—. Toma nota, te lo dice una ex adicta a las manicuras semipermanentes.
El tratamiento reparador definitivo
Hay un producto que nos une tanto a las que no podemos vivir sin hacernos la manicura semipermanente, como a aquellas que cuidan sus uñas o son fieles defensoras de su color natural y nunca visitan el salón. Se trata de essie to the rescue , y desde que lo he descubierto, creo que le daré el cuidado que mis uñas necesitan. Este no es un esmalte cualquiera, sino un esmalte reparador que mejora los daños causados por los geles UV, ¡en tan solo 5 días*! Y no solo eso, sino que también corrige al instante la superficie de la uña descamada, protege contra la rotura y engrosa la apariencia de las uñas finas. Después de tener la sensación de que ya había visto reparadores de este tipo, me di cuenta de que este tenía algo muy novedoso en su fórmula —asimismo, vegana— que lo diferenciaba del resto: un complejo de tres proteínas que se encarga de fortalecer nuestras uñas, ceramidas como lípido esencial para evitar la rotura, y urea para sellar la superficie escamada.
Un acabado que cumple con la tendencia clean girl nails (y más)
Hay algo que siempre me ha frenado a probar este tipo de esmaltes reparadores, y es que el acabado suele ser algo sobrio y que mis uñas no luzcan bonitas durante un tiempo. Sin embargo, essie to the rescue tiene dos aspectos que juegan a su favor y que han hecho que me decante por él. Lo primero, es que tiene un acabado transparente, neutro y brillante que sigue todos los requisitos de las clean girl nails. Este tipo de manicura pega con todo, es muy elegante y luce sofisticada, y cumple con otras tendencias en manicura que hemos visto anteriormente, como las glazed nails o las milky nails, y es que buscan un acabado natural. Por otro lado, permite no dejar de lado esa creatividad de querer probar con distintos esmaltes y diseños en tus uñas, ya que se puede aplicar como base y utilizar otro esmalte por encima. De la misma forma, para retirarlo es una maravilla, con tu quitaesmalte de toda la vida no dejará rastro en tus uñas.