Tras las fiestas navideñas, muchas celebrities han vuelto a entrenar con energías renovadas. Algunas han retomado su cita con el gimnasio o con su entrenador personal, otras han empezado sus sesiones de spinning, boxeo o el ballet fit... eso sí, consiguiendo vencer a la pereza e intentando motivarse de una u otra forma. En el caso de Cristina Pedroche, ha confesado que el primer entrenamiento del año le ha costado más de lo esperado pero que se ha "obligado, pero siento que mi cabeza lo necesita".
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La colaboradora de Zapeando se ha sincerado con sus más de 3 millones de seguidores asegurando que este segundo embarazo "no está siendo para nada como el primero". , haciendo referencia a que "las circunstancias son otras". Cristina ha hecho referencia a que cuando estaba embarazada de Laia descansaba cuando quería: "Ahora tengo una niña pegada a la teta todo el rato y que solo quiere jugar conmigo, por no hablar de los mil despertares de cada noche".
En este sentido, la mujer del chef David Muñoz ha pedido un deseo para el 2025: "Encontrarme mejor para poder volver a entrenar y sentirme fuerte". "Hoy no me he encontrado mejor, pero he entrenado (con mucho menos peso y más descansos entre series). Muchas veces para que se nos concedan los deseos tenemos que 'obligarnos' un poquito y, en este caso, sé que el entrenamiento de fuerza es lo mejor para mí y mi bebé", ha escrito.
La popular presentadora de televisión ha acompañado su mensaje de esta foto en la que pueden verse unas pesas y sus pies con sus famosos separadores de los dedos. Se trata de un accesorio que Pedroche usa desde hace tiempo, pero que siempre que los muestra generan una enorme polémica.
Cristina los utiliza de manera habitual, sobre todo cada vez que entrena. "Los separadores son una pequeña pieza de silicona que ayuda a 'desdeformar' los dedos. Cristina, que lleva zapato de tacón y zapato estrecho para los eventos, lo que quiere minimizar el daño que le pueda hacer este tipo de calzado en los dedos usando separadores cuando entrena, cuando va descalza por casa o por el jardín", nos cuenta su fisioterapeuta, Jesús Serrano, de la Clínica Improve y autor del libro La salud a tus pies.
Según nos explica, lo que se consigue es separar los dedos de los pies y que se vuelvan a alinear de forma correcta. "Al separarlos, desaparecen muchos dolores en los metatarsianos porque liberamos toda la presión que se produce. Hay nervios entre hueso y hueso, hay músculos que se atrofian... y, al separarlos, conseguimos oxigenar tejidos y liberar las compresiones a ese nivel", afirma.
Así se usan correctamente
Jesús Serrano afirma que es un accesorio "totalmente inofensivo" pero que se debe utilizar siempre en movimiento. "Si los usas en estático, a veces te corta el riego sanguíneo, pero es que están pensados para ponerlos y moverse tanto andando en casa como entrenando. No son para estar quietos, que es el único problema que puede dar".
Para usar los separadores de manera correcta, el fisioterapeuta recomienda usarlos "todos los días, descalzo y en movimiento". "Empezar por cinco, diez, quince minutos e ir ampliando el tiempo, pero siempre descalzo y en movimiento", insiste.
La polémica de los separadores
Tal y como recuerda el propio Jesús, cuando Cristina Pedroche confesó que utilizaba estos separadores, provocó un enorme revuelo y, a día de hoy, los propios especialistas del sector siguen sin ponerse de acuerdo. "La polémica surgió por un estudio totalmente sesgado hecho por podólogos en los que se criticaba el uso de los separadores. Obviamente, va totalmente en contra de la forma en la que ellos trabajan con los pies con el zapato convencional. Pero nosotros defendemos toda la corriente que existe hoy del calzado respetuoso, que son calzados anchos, flexibles, blanditos... que imitan al pie descalzo, y nos dedicamos a eso, a restaurar los pies descalzos, para lo que usamos estos separadores", reflexiona el fisioterapeuta.
"Al igual que Cristina, muchos pacientes han notado más mejoría en los pies entrenando descalzos y usando separadores, que usando plantillas dentro de un zapato estrecho. La gente ha descubierto un mundo maravilloso para los juanetes, los dedos en garra, las fascitis, el neuroma de Morton... Hay un montón de patologías que se benefician del entrenamiento de pies y los separadores. Consideramos que el zapato convencional enferma mucho más los pies que un simple separador, que es totalmente inocuo", añade.
Una opinión totalmente opuesta
Como decíamos, el tema de los separadores provoca opiniones encontradas. En el lado opuesto a Jesús Serrano tenemos a Javier Navarro González-Moncayo, podólogo de Clínica Moncayo, que no recomienda utilizarlos de manera generalizada. "Pese a que puede parecer que separar los dedos puede mejorar mucho la mecánica del pie (volviendo a lo 'natural'), esto no tiene por qué ser así, ya que limitar la movilidad lateral y de flexión/extensión de los dedos no es natural".
Navarro defiende que "cada persona es un mundo y un dispositivo que a alguien puede funcionarle muy bien por un motivo concreto, a otra persona puede causarle una lesión. No se debe generalizar su uso, igual que no se debe generalizar el uso de cualquier dispositivo sin una valoración previa por un especialista en salud".
Al preguntarle si cree que es un accesorio totalmente inofensivo, su respuesta es clara: "Para nada, estos dispositivos pueden producir muchas patologías. Se han hecho pruebas con y sin ellos realizando una radiografía, midiendo los espacios entre los metatarsianos (los huesos de la parte de delante del pie que articulan con los dedos) y se ha demostrado que disminuyen el espacio, lo que puede ayudar a que aparezca mayor riesgo de neuromas, como el de Morton que padece la reina Letizia".
El experto afirma que también se ha comprobado que "la presión ejercida bloquea parcialmente los vasos sanguíneos, lo que puede producir riesgos de isquemia". "A nadie se nos ocurriría ponernos un anillo que nos apriete el dedo, ¿no? ¿Por qué ponérnoslo en los pies? Esto se valora con cámaras térmicas, observando que la zona queda peor irrigada, causando también riesgo para los nervios de los propios dedos, pudiendo lesionarlos".
"Respecto a la marcha, en estudios con plataformas de presiones (baropodografías), un sistema que nos permite ver que fuerza hace el pie contra el suelo en cada punto de la planta, al no poder realizar los movimientos naturales, ya que los dedos van ferulizados, se incrementa la presión en los metatarsainos, pudiendo causar patologías dolorosas por sobrecarga, o en casos extremos, fracturas por estrés", nos cuenta.
Navarro cita que, según un estudio publicado en 2022 en la revista Foot and Ankle Surgery, este tipo de dispositivo es mucho menos eficaz que el uso de una plantilla en el manejo de la sobrecarga asociada al juanete. Respecto a las mejoras en el equilibrio, un estudio publicado en agosto de 2024 en la revista Phys Sportsmed indica que no se observa beneficio ni en el equilibrio ni en el rango de movimiento de tobillo.
¿Tienen alguna contraindicación?
"Desde luego", explica el podólogo: "En personas que sufran problemas vasculares, diabéticos, con fenómeno de Raynaud, tendencia a la ulceración, tendencia a la hiperhidrosis (sudoración excesiva de los pies), personas con neuromas, sobrecargas metatarsales, infecciones fúngicas, víricas o bacterianas (localizadas en el pie), pieles atópicas, alergias a las gomas, etc., no deberían emplearlos en ningún caso".
Los beneficios de este tipo de dispositivo son "muy limitados", según la opinión de Javier Navarro, "y nada que no se pueda conseguir empleando un calzado respetuoso con el pie, caminando descalzo por entornos seguros (como el domicilio) o realizando ejercicios que potencien la musculatura intrínseca del propio pie".