El consumo de alimentos fermentados ha experimentado un aumento en los últimos años. Estos se han convertido en un componente esencial de las dietas saludables y naturales . Alimentos como el yogur, el kéfir, la kombucha, o el tempeh son ejemplos de productos fermentados que, gracias a su riqueza en microorganismos vivos, ofrecen una amplia gama de beneficios para la salud. También se usan en cosmética por sus propiedades probióticas porque, así como refuerzan la microbiota (bacterias buenas del intestino), también contribuyen a mejorar la salud del microbioma (bacterias buenas de la piel).
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¿Qué son los alimentos fermentados y cuáles son los más comunes?
Según la dietista-nutricionista Laura Jorge, "aunque ahora parece que están de moda, los alimentos fermentados han formado parte de la dieta del ser humano desde siempre". "Son alimentos que favorecen la digestión y aportan microorganismos beneficiosos para el intestino", nos confirma. Explica que estos alimentos han demostrado ser aliados clave para mantener un organismo sano y para la prevención de patologías metabólicas como la hipercolesterolemia, la hipertensión e incluso enfermedades crónicas. Nos dice que algunos de los alimentos fermentados más conocidos, aparte de los que ya hemos mencionado, son:
- Rejuvelac : grano de quínoa fermentado en agua
- El chucrut y el kimchi : que se hacen a base de col verde que se fermenta o bien solo con sal, o agregando también especias y más verduras. Los pepinillos, las zanahorias, la coliflor o los rabanito, se fermentan con salmuera
- El miso : pasta de soja o garbanzos fermentados
- Umeboshi : el vinagre de manzana
Sus principales beneficios
"La base de los beneficios que proporcionan los alimentos fermentados se encuentra en su capacidad para equilibrar y restaurar la microbiota intestinal", así lo afirma la profesora de Nutrición de la Universidad Europea, Andrea Calderón. Los estudios sugieren que una microbiota intestinal equilibrada está estrechamente vinculada a una mejora de la salud a nivel general, ya que influye en funciones clave del cuerpo, como la digestión, la respuesta inmune y el control de peso. Tamará Falcó bebe kombucha hace tiempo para presumir de piel bonita y adelgazar.
Según la profesora Calderón, "el consumo habitual de estos alimentos, en combinación con una dieta saludable, puede fortalecer la barrera intestinal, reducir la inflamación o inflamación y mejorar la función inmunológica, tanto localmente en el intestino como a nivel sistémico".
Según Laura Jorge, es cierto que no todos los alimentos fermentados tienen las mismas propiedades, pero la mayoría comparten algunas características comunes:
- Favorecen que nuestro intestino se llene de microorganismos saludables, por lo que, además de cuidar nuestro intestino, refuerzan el sistema inmunitario
- Ayudan a favorecer la digestión
- Favorecen la absorción de nutrientes
- Son una fuente excelente de nutrientes y vitaminas esenciales
Su consumo se nota en la piel
Según el dietista- nutricionista Antonio Andújar, los alimentos fermentados tienen beneficios directos e indirectos para la piel. Los directos se refieren a la aplicación tópica de productos cosméticos que incluyen algún ingrediente obtenido mediante procesos de fermentación. Los indirectos son los que guardan relación directa con el ámbito más puramente nutricional.
En este sentido, según el experto, la mejora de la salud intestinal gracias a las propiedades probióticos de los alimentos fermentados hace que todo el cuerpo mejore de forma general. Esto tiene una repercusión en la piel. Absorbemos más nutrientes y, en consecuencia, la piel se ve más bonita.
No funcionan de forma aislada
Andrea Calderón advierte de que, a pesar de los beneficios bien documentados de los alimentos fermentados, a menudo se exageran sus propiedades. "En algunos casos, los usuarios pueden llegar a creer que estos alimentos pueden sustituir tratamientos médicos, como antibióticos, lo cual es un error. Los alimentos fermentados no son una cura milagrosa y su consumo se debe dar siempre en el marco de una dieta equilibrada y bajo la supervisión de un profesional cuando sea necesario", determina.
Por último, la experta recomienda comprar los productos fermentados en el supermercado y los herbolarios y no correr el riesgo de hacerlos en casa. "Se producen bajo condiciones estrictas de seguridad alimentaria, lo que asegura su calidad", sostiene.