¿Has oído hablar del face tapping? Se trata de una técnica viral que consiste en colocar estratégicamente tiras faciales adhesivas en el rostro, similares a las que se emplean en fisioterapia, con el objetivo de eliminar arrugas, tensar la piel o estimular ciertos procesos relacionados con el rejuvenecimiento facial. Nos hemos preguntado si verdaderamente existe una evidencia científica que respalde la eficacia de esta tendencia que BeautyTok ha ensalzado. Por eso, nos hemos puesto en contacto con los profesionales: primero para entender su popularidad y, en segundo lugar, para constatar si realmente merece la pena probarlo.
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La opinión de los expertos sobre las 'face tapes'
El doctor Carlos Morales Raya, fundador en Madrid de la clínica dermatológica que lleva su nombre, así como de la firma Raya Cosmética Dermatológica, lo tiene claro. Asegura que "no existe evidencia científica sólida que respalde que esta técnica sea efectiva para tratar la flacidez a largo plazo". Admite comprender su popularidad porque entre sus promesas destaca las siguientes:
- Tensión mecánica temporal: las cintas pueden levantar la piel momentáneamente, creando la ilusión de firmeza o un efecto lifting instantáneo. Sin embargo, este efecto desaparece al retirar las cintas.
- Estimulación del drenaje linfático: en algunos casos, las cintas se utilizan en combinación con masajes para mejorar el drenaje linfático, reduciendo la hinchazón o el aspecto de "cara cansada".
- Reeducación muscular (teoría): algunas técnicas afirman que el uso continuo puede "entrenar" los músculos faciales para evitar tensiones que favorezcan arrugas o flacidez, aunque esto no está comprobado y dependerá de la mecánica de contracción muscular de cada paciente.
Ahora bien, según el experto, el face tapping tiene también algunas limitaciones.
- Efecto temporal: no hay cambios estructurales duraderos en la piel ni en los tejidos profundos que combatan la flacidez.
- No estimula colágeno ni elastina: la flacidez ocurre por la pérdida de colágeno y elastina en las capas profundas de la piel, lo cual no puede ser abordado con cintas adhesivas.
- Riesgo de irritación: en pieles sensibles, el adhesivo puede causar enrojecimiento, irritación o alergias de contacto.
Los riesgos del 'face tapping'
Cristina Sainz, directora gerente en Clínica ITYOS tampoco es partidaria de aplicar esta técnica en el rostro. Nos cuenta que tras una evaluación cuidadosa de sus limitaciones, riesgos potenciales y la falta de evidencia científica sólida que respalde su eficacia a largo plazo, no puede defender el face tapping. En cambio, como el doctor Morales admite que comprende que, por su simplicidad, sea una tendencua que pueda parecer atractiva. Sin embargo, asegura que "es importante considerar los efectos reales que puede tener sobre la piel".
La doctora Sainz nos cuenta, por ejemplo, que "en personas con piel fina o sensible, el uso de cintas adhesivas podría generar más problemas que beneficios". "Aunque es cierto que al aplicar la cinta se cubre momentáneamente una arruga, el mal uso de esta técnica puede provocar nuevas líneas o marcas, además de dejar rastros visibles en la piel tras retirarla", advierte la experta. "Otro aspecto preocupante es el efecto del adhesivo sobre la piel", agrega. "La cara es como una esponja: absorbe todo lo que se le aplica, incluyendo los componentes del pegamento en estas cintas", alerta. Afirma que esto podría afectar la barrera cutánea, especialmente si se usa con frecuencia.
Cuidado con los experimentos caseros
La doctora Sáinz es partidaria de que el cuidado facial en el domicilio se enfoque en métodos naturales y respaldados por la ciencia. "Recomendamos prácticas como los masajes faciales, que pueden realizarse tanto en cabina como en casa", asegura. Sí defiende el uso de herramientas como el guasha y de todas las técnicas manuales enfocadas a mejorar la circulación y la firmeza de la piel, especialmente si se realizan por la noche. Defiende que, si se desea un enfoque más avanzado, las tecnologías como los dispositivos con microcorrientes (MS) también ofrecen resultados efectivos y seguros cuando se combinan con una buena rutina cosmética adaptada a las necesidades de cada piel.
En definitiva, los expertos consideran que el face tapping es una moda pasajera, y aseguran que, aunque pueda generar interés en redes sociales, no sustituye el valor de tratamientos comprobados y cuidados personalizados.