Nueva red flag entre nuestras preocupaciones estéticas: la flacidez del cuello y piel del mentón y escote. Y parece ser cada vez más común en el momento que las marcas de cosmética comienzan a sacar cada vez más referencias dedicadas a esta problemática.
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Hasta ahora parece que se ha tratado de una zona olvidada, pero nada más lejos de la realidad: esta área nos preocupa, y mucho. Especialmente, a medida que vamos cumpliendo años. La buena noticia es que hay solución. Más bien, “solucion-es”. Y no sólo a nivel quirúrgico, sino en forma de tratamiento cosmético no invasivo. El objetivo, restaurar la firmeza de esta zona de la piel que a su vez es tan delicada. Pero antes de ver qué hacer, hay que entender qué pasa en este área de la piel para afinar en la solución.
Las causas de la flacidez en el cuello
Según la Dra. Beatriz Beltrán, fundadora de la Clínica Beatriz Beltrán en Barcelona, "la flacidez se instala en el ángulo mandibular y baja hacia el cuello. Con los movimientos faciales, esa piel se mueve porque parece que está despegada y genera mucha inseguridad a quien lo padece". Este problema se ve exacerbado por los hábitos modernos, como pasar largas horas mirando hacia abajo el teléfono móvil, lo que intensifica la flacidez y la apariencia de la papada.
Y es que no hay una sola causa que provoque la aparición de los llamados “anillos de Venus”... Hay más.
El envejecimiento. No es la única, pero sí la razón nº1. Con el paso del tiempo, la producción de colágeno y elastina se disminuye y esto provoca una pérdida de firmeza.
La Dra. Beltrán ha observado un aumento en el número de pacientes que acuden a su clínica preocupados por la apariencia de su papada y cuello. "Las reuniones a través de pantallas centran la atención en la zona y cada vez son más conscientes de su estado", apunta.
A medida que envejecemos, el descolgamiento del ángulo mandibular puede cambiar la forma de nuestro rostro, dándole un aspecto más cuadrado y descolgado. De hecho, a muchos de sus pacientes les molesta más la flacidez en esta área que las arrugas en otras partes del rostro.
Además, la piel del cuello y el escote tiende a envejecer más rápido debido a su delicadeza. Según Virtudes Ruíz, cirujana y médico estético, "es una piel más delgada, con menos fibroblastos (células que producen colágeno y elastina) y menos glándulas sebáceas".
Hay que recordar que esta zona está muy expuesta al sol, lo que la hace más susceptible al fotoenvejecimiento, sumado a que a menudo se le presta menos atención que a la cara. Esto significa que no se realiza la prevención adecuada, y cuando se perciben los signos del envejecimiento, ya pueden ser evidentes.
Comparada con la piel del rostro, la del cuello y escote tiene capas más finas y una menor producción de colágeno y elastina, lo que limita su elasticidad y capacidad de firmeza. La Dra. María Vicente añade que "en el cuello, el músculo platisma puede provocar un envejecimiento precoz", mientras que en el escote se forman arrugas por presión al dormir de lado.
Las soluciones
Tratamientos no invasivos
La mejor opción para quienes no tienen en sus planes todavía someterse a procedimientos quirúrgicos pero sí quieren mejorar la firmeza de la zona.
Los ejercicios faciales. Realizar ejercicios específicos para el cuello y el mentón puede tonificar los músculos subyacentes. Ejercicios como la elevación de la barbilla y el estiramiento del cuello ayudan a mejorar mucho su apariencia.
La cosmética. El retinol, los péptidos o el colágeno son algunos de los ingredientes que puede estimular la producción de nuevas células y mejorar la elasticidad de la piel.
La radiofrecuencia. La energía de radiofrecuencia se utiliza para calentar las capas profundas de la piel, promoviendo así la producción de colágeno. Los resultados son un cuello y mentón más tonificados.
Tratamiento de ultrasonido. Similar a la terapia de radiofrecuencia, el ultrasonido utiliza ondas sonoras para estimular la piel a profundidades superiores, mejorando su firmeza y elasticidad.
Entre los tratamientos que usan ultrasonidos está Ultherapy. Los ultrasonidos focalizados que actúan a nivel del músculo en el ángulo mandibular para tensar la zona y estimular la producción de colágeno. La Dra. Beltrán señala que es su tratamiento favorito por su elevada seguridad y eficacia, habiendo tratado a más de 1000 pacientes con un alto índice de satisfacción.
El Láser Tightsculting de Fotona. Este láser no invasivo utiliza una longitud de onda dual para esculpir y estirar la piel del rostro, ángulo mandibular, cuello y escote. Destruye adipocitos y renueva el colágeno, ofreciendo resultados excepcionales en un corto período.
Tratamientos mínimamente invasivos
Si bien los tratamientos no invasivos ofrecen mejoras, hay quien quiere dar un paso más con tratamientos que ya incluyen pinchazos. Los resultados son visibles en menor tiempo y entre las opciones encontramos:
Los rellenos dérmicos, que suelen contener ácido hialurónico y pueden inyectarse en el área del mentón para dar volumen y reducir la apariencia de la flacidez.
Las infiltraciones de ácido poliláctico, considerado como el mejor estimulador de colágeno, tiene un respaldo de numerosos estudios que demuestran su eficacia y seguridad. Se recomiendan tres sesiones y sus efectos pueden durar más de dos años, trabajando directamente en la flacidez facial, el óvalo y el cuello.
Tratamientos quirúrgicos
Y si buscas resultados más permanentes, los procedimientos quirúrgicos pueden ser otra opción a considerar.
Lifting de cuello. Este tratamiento implica eliminar el exceso de piel y tensar los músculos subyacentes, dando un aspecto más joven.
Lipoescultura de cuello. Para quienes tienen exceso de grasa en esta área, la lipoescultura puede eliminar la grasa acumulada y crear un contorno más definido. Este procedimiento suele ser menos invasivo que un lifting completo.
Criolipolisis médica. Este tratamiento es ideal para eliminar la grasa sin cirugía y sin empeorar la flacidez. "En una sesión podemos eliminar un 40% de grasa de forma mini invasiva", explica la Dra. Beltrán. A diferencia de la liposucción, la criolipólisis no afecta a la flacidez, y es importante asegurarse de que se realice de forma médica, alcanzando temperaturas de -11 grados bajo cero.
La prevención
Para evitar la aparición de la papada, la Dra. Beltrán sugiere cuidar la postura y evitar pasar mucho tiempo con la cabeza inclinada hacia abajo. Una dieta saludable es clave para prevenir la acumulación de grasa localizada en el área del cuello. Además, realizar ejercicios faciales puede ayudar a tonificar los músculos de la mandíbula y el cuello.
Los ingredientes esenciales
Los expertos están de acuerdo: esta lista de ingredientes es la que tienes que tener en cuenta a la hora de comprar tu próximo tratamiento de prevención y/o tratamiento para la firmeza del cuello.
- Astaxantina. Se trata de un potente antioxidante que combate el fotoenvejecimiento. Se recomienda su uso junto con protector solar de amplio espectro (SPF 50).
- Vitaminas C y E. Actúan en sinergia, neutralizando los radicales libres y protegiendo la piel de daños futuros.
- DMAE. Conocido por su efecto reafirmante y tensor. Este activo mejora la flacidez en la piel y produce resultados visibles a corto plazo, además de tener un efecto acumulativo.