Inspirarse en otras capitales del mundo para estar al tanto de lo que se lleva y expandir nuestros horizontes en materia de tendencias siempre es enriquecedor, así es como París nos descubrió 10 peinados ideales (y aptos para principiantes) con los que darle un aire diferente a looks de oficina, de fin de semana o para una cita romántica o con amigas. De la ciudad de la luz nos vamos a la de La Sirenita, pues Copenhague y su street style nos han traído más de una alegría en términos de estilo: en concreto 12 recogidos ideales, con opciones más sofisticadas y otras que nos invitan a experimentar.
Uno de los moños más clásicos y sencillos de hacer -tan solo hay que recoger el pelo en una coleta y enrollarlo sobre sí mismo, después se retuerce hasta crear el recogido y se asegura con horquillas-, es también el recurso perfecto para lucir un escote de espalda como este. Otro detalle que nos apuntamos es el de llevar los collares hacia atrás para darle un toque aún más especial al look.
Al igual que el de arriba, este moño por encima de la nuca se convierte en el mejor truco para cederle todo el protagonismo al estilismo: desde el espectacular collar de cuerda de cuero hasta el juego de pendientes XL dorados. La clave para evitar el encrespamiento en melenas rizadas pasa por prepararla antes con una espuma fijadora o finalizar con un toque de laca.
Lola Flores, Antoñita Colomé, Raquel Meller o Lolita Sevilla son nombres de cantantes folclóricas que forman parte de la historia de nuestro país y cuyo estilo ha traspasado fronteras, pues vemos a las chicas de moda de Copenhague añadiendo el rizo en la frente que caracterizaba a las divas de la canción.
Es el accesorio con el que transformar un peinado sencillo en otro mucho más especial en cuestión de segundos, y más cuando se eligen cintas como esta: estampadas, en tamaño maxi y a todo color. Lo bueno es que siempre se puede jugar con el estampado del lazo, el tono o el tejido para conseguir resultados diferentes.
Y hablando de accesorios y peinados fáciles, este es un ejemplo perfecto de cómo los primeros ayudan a darle una gracia especial a los segundos. En el caso de los coleteros de los ochenta que volvieron hace ya algunos años y no se han ido a ninguna parte, permiten al igual que los lazos jugar con el color o el estampado. En esta ocasión nos ha encantado el scrunchie blanco ribeteado en rojo.
Este peinado que antes se limitaba a eventos de invitada ha dado el salto a la calle como la opción más estilosa con la que completar estilismos informales. Lo mejor es que funciona con maxi melenas o cortes midi, lo que cambia entre una y otra versión es el número de burbujas que podrán crearse y lo grandes o pequeñas que queden.
Llegamos al look ideal para un día en el campo o en la ciudad, la bandana que arrasaba a comienzos de los 2000 ha regresado más colorida y estilosa que nunca. Además, ayuda a mantener la melena suave y peinada sin importar el clima, también nos enamora su acento fashion y que permite presumir de pendientes cuando se recoge por detrás de las orejas.
Al igual que el caracolillo folclórico, las flores en la cabeza también nos recuerdan al flamenco. El truco con el que restar dramatismo al look es en lugar de colocar el accesorio encima de la cabeza como se lleva con un vestido de gitana, se desplaza más abajo acompañando a un moño desenfadado.
¿Cómo un peinado tan simple como una coleta puede convertirse en el más sofisticado? Pues apostando por el estilo sleek que consiste en aplicar un producto de styling (gomina, gel fijador o espuma) y recoger toda la melena hacia atrás con un cepillo de cerdas duras para conseguir un acabado pulido.
Los rizos son las estrellas de este moño bajo que multiplica su volumen gracias a la textura natural del cabello. Eso sí, la clave para evitar la rotura en un tipo de pelo que suele ser más fino que el liso consiste en elegir gomillas respetuosas como las de forma espiral, las forradas de satén o de seda.
Un truco muy fácil para darle un aire diferente a tus peinados de siempre consiste en colocar la raya a un lado y crear una suerte de flequillo side swept que recorra la frente desde el nacimiento del cabello hasta la mejilla del lado contrario. El resultado, además de favorecedor, añade frescura y sofisticación al look.
Darle forma al recogido para que crear un lazo con el propio pelo puede no ser tan fácil para las poco experimentadas, pero el resultado merece la pena. Lo mejor es que por delante parece el moño sencillo de siempre pero desata su magia cuando te das la vuelta.
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