Tanto el paso del tiempo como la exposición al sol que se ha intensificado durante el verano, dejan huella y además… visible. Especialmente, a medida que se llega a la barrera de los 50 años. Sin embargo, esto no significa que debamos resignarnos a una piel flácida y sin vitalidad porque hay mucho que hacer. Hemos hablado con los expertos de la firma de cosmética natural especializada en pieles maduras Paymani para saber cómo cambiar la situación de la piel a través de la gimnasia o el archiconocido yoga facial. De la misma forma que a través de algunos ejercicios tonificamos otras partes de nuestro cuerpo, podemos hacer lo mismo con la piel del rostro implementando algunos sencillos gestos en la rutina diaria.
Yoga facial: sus beneficios
Los ejercicios faciales tienen muchos beneficios que van más allá de la simple estética. Facilitando el flujo sanguíneo, estos ejercicios aseguran que la piel reciba oxígeno y nutrientes suficientes, lo que propicia un aspecto saludable. Además, tonifican los músculos del rostro de manera similar a como los ejercicios físicos tonifican el cuerpo. ¿El efecto? Una reducción de la flacidez y una mejora en la elasticidad de la piel.
La actividad también puede estimular la producción de colágeno, una proteína fundamental para mantener la piel firme y joven. Al mismo tiempo, hacer estos ejercicios puede convertirse en un ritual relajante que ayuda a reducir el estrés y la tensión facial al final de una jornada dura y sobre todo… larga. Y a eso ¡no te puedes negar!
10 ejercicios (fáciles) de gimnasia facial
Incorporándolos en la rutina diaria notarás cambios importantes en la firmeza de la piel en solo 30 días, aseguran los profesionales. ¿Lista?
1. Levantamiento de las cejas
Coloca los dedos índices en la parte superior de las cejas y presiona suavemente hacia abajo mientras tratas de levantar las cejas. Mantén esta posición durante 5 segundos. Este ejercicio ayuda a tonificar los músculos de la frente y puede reducir arrugas en esa área.
2. Besos al cielo
Inclina la cabeza hacia atrás y mira al techo. Luego, haz el gesto de dar un beso hacia el cielo, estirando los labios. Esto tonifica los músculos alrededor de los labios y la mandíbula.
3. Sonrisa suave
Intenta sonreír sin mostrar los dientes, haciendo una sonrisa suave y mantenla durante 5 segundos. Este ejercicio ayuda a tonificar los músculos de las mejillas y puede disminuir la flacidez.
4. Levantamiento de papada
Con la cabeza recta, inclínate ligeramente hacia atrás y empuja hacia adelante la mandíbula. Hazlo durante 5 segundos. Este ejercicio reduce la apariencia de la papada y tonifica la piel del cuello.
5. Apertura grande de ojos
Abre los ojos lo más que puedas, manteniendo la mirada fija hacia adelante. Sostén la posición durante 5 segundos. Este ejercicio trabaja los músculos alrededor de los ojos y puede ayudar a reducir líneas finas.
6. Alisamiento del entrecejo
Presiona suavemente el entrecejo con dos dedos y al mismo tiempo intenta levantar las cejas. Mantén la posición durante 5 segundos. Este ejercicio es ideal para suavizar las arrugas del entrecejo.
7. Levantamiento de pómulos
Sonríe y empuja los pómulos hacia arriba con la ayuda de los dedos. Mantén esta posición durante 5 segundos. Esto ayuda a tonificar y levantar los pómulos, proporcionando un aspecto más terso y firme.
8. Estiramiento de cuello (para alisar los llamados “anillos de venus”)
Con el cuello recto, gira la cabeza hacia la derecha y luego hacia la izquierda, repitiendo el movimiento varias veces. Estira el cuello de adelante hacia atrás. Este ejercicio tonifica la piel y ayuda a reducir las arrugas horizontales.
9. Suavizar la comisura
Coloca los dedos en las comisuras de la boca y realiza un movimiento hacia arriba mientras sonríes. Mantén la sonrisa durante 5 segundos. Este ejercicio ayuda a disminuir líneas de expresión.
10. Masaje linfático
Con movimientos circulares suaves, masajea la cara desde el centro hacia los lados, bajando hacia el cuello. Este masaje ayuda a reducir la hinchazón y promueve una piel más radiante y tonificada.
Estos ejercicios no solo son una forma efectiva de devolver la elasticidad y firmeza a la piel, sino también una manera de conectar con nosotras mismas y darnos unos minutos al día de cuidados. Como dicen los expertos, tomar parte activa en el cuidado de nuestra piel nos empoderada gracias a estas prácticas simples y naturales.
Al final, la clave está en el “envejecimiento positivo”, una mezcla de cuidados externos e internos desde un enfoque integral (combinando cosmética y ejercicios faciales) con el que afrontar la madurez con confianza.